La banca nacional venezolana resiste cerrar puertas a pesar de las medidas restrictivas y desalentadoras al servicio financiero impuestas por el gobierno de Nicolás Maduro.
Las instituciones privadas de prestación ante la decisión del Banco Central de Venezuela, exigir a la banca en general a partir del primero de septiembre de 2018 colocar los depósitos de cuentas a la vista como de ahorros en el ente emisor, sustentados en el aumento del encaje legal al cien por ciento; respondieron apelando la resolución.
A la misma vez implementaron iniciativas para brindar confianza a su clientela, lo cual lograron satisfactoriamente.
Esta medida fiduciaria ajustada luego al 92 porcentual buscaba a criterio de las autoridades del instituto emisor castigar a los directivos bancarios por supuestas operaciones dirigidas a apoyar la recompra de divisas extranjeras a los clientes con fines de especular estos en el mercado paralelo en el futuro con altos beneficios en la manipulación cambiaria.
Tales indiciadas transacciones no se llegaron a comprobar, como tampoco sufrió penalidades la banca particular y oficial. Todo era una tramoya inducida al desmejoramiento de la estructura crediticia, lo cual no consiguieron los burócratas en esa instancia.
Ello demuestra que fue una acción política que nada tiene que ver con iniciativas dirigidas a evitar hechos dolosos y por el contrario no fueron pocos los comerciantes cual aves de mal agüero, quienes se acercaron a los tradicionales propietarios para conminarlos a que les vendieran la institución por un irrisorio precio.
Sus directivos, ejecutivos y personal administrativo se mantienen en sus posiciones atendiendo a los relacionados mientras continúan apelando a las modalidades administrativas impuestas conforme a la ley que permitan lograr cambios en la política monetaria del gobernante comunista.
Un mercado que en el pasado era a nivel doméstico de 80.000 millones dólares al año se redujo a 20.000 millones de la divisa extranjera. Ello ha llevado al pignorador a reducirse en el crecimiento de sus transacciones, incluyendo la apertura de nuevas sucursales.
El gobierno de turno no contento con los preceptos anteriores deja de cancelar los subsidios, entre los más perjudiciales socialmente está el de la vivienda que tiene que ver con el asiento del núcleo familiar, el cual limita el ente emisor.
El impedimento para colocar adelantos por producción de bienes y servicios al sector industrial y comercial, como consecuencia por la no concertada obligación del cien por ciento del encaje legal, trajo como consecuencia una severa contracción de la economía y el sector más perjudicado fue el de la agricultura.
Hasta los momentos continúa deprimido sin signos visibles de rectificación oficial en beneficio de la salud de la población.
No hay duda, limitar los insumos alimenticios de los venezolanos es junto con el hampa común una política de Estado, la cual está dirigida a limitar el número de ciudadanos vivos que serán gobernados.
La crisis de gobernabilidad en el país, una indebida administración de los recursos del Estado, las sanciones impuestas al gobierno usurpador a nivel internacional, así como la ausencia de combustible automotor al público y el covid-19, han incidido dramáticamente en todos los ámbitos y el bancario no ha sido la excepción.
No hay indicativos por parte del Estado en adquirir los principales bancos de la nación, como tampoco expropiarlos de mala manera como en el pasado reciente con Hugo Chávez aconteció.
Hoy el área financiera particular se ve obligada a reducirse. Ello lo han observado analistas, quienes afirman que en el primer semestre muchas oficinas del interior han cerrado sus puertas , mientras los empleados en las que aún atienden al público, al no recibir dinero del BCV, solo asisten a sus relacionados a mitigar la menguada actividad local.
La reducción de operaciones atenta contra la estabilidad laboral de los trabajadores, cuya plantilla se ha reducido en 10% hasta los momentos y se espera de aquí a diciembre que aumente 20% más, lo cual dejará cesante a miles de empleados.
Los directivos desde 2018, con el fin de retener sus ejecutivos cancelaron tales ingresos en dólares, pero la pandemia ha obligado a los muy valorados profesionales a partir.
Hoy por hoy calculan que se ha reducido la nómina mayor en un 50 porcentual.
Todas las limitantes comentadas en este espacio ha llevado a las instituciones ver disminuido su valor comercial como negocio en 80% para una operación de compra-venta de acciones.
Los prestatarios en la época moderna en el mundo son fuente de desarrollo, como también para sus clientes un aliado en la iniciativa particular de progreso. Para las autoridades son conocedores al detalle de la realidad común y extracontinental global de la función social de la moneda.
En Venezuela desde los obreros hasta los directivos actúan como un sólido motor al servicio de la nacionalidad llevando transformación a los confines de la geografía.
Los comunistas intentan copar todos los espacios sociales donde la intermediación de liderazgo pueda existir e intentan emular la hermandad que la carrera bancaria como medio de vida y desarrollo personal inspira, pero para distribuir pobreza y desaliento.
Instituciones y paisanos vislumbran, producto de la resistencia ciudadana, la pronta caída del tirano Maduro y la retoma de las libertades económicas constitucionales hoy pisoteadas por el régimen.