Al iniciar este artículo, suerte de balance y ultimátum al 2022 que concluye, quiero agradecer al Supremo Autor del Universo por las fuerzas internas de amor que nos inspira. Con la fe del pensamiento que en él nos mueve a la trascendencia, y nos permite seguir amando, seguir creyendo, seguir actuando en la esperanza de ser aporte a la suma de la felicidad compartida, en que el camino “se hace al andar” (del poeta andaluz Antonio Machado. Nacido en Sevilla, España, el 26 de julio de 1875, dando su paso a la posteridad en Collioure, Francia, un 22 de febrero de 1939, cuando la Guerra Civil española (1936-1939) llegaba a su fin:
“¡Cantar del pueblo andaluz, que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz! ¡Cantar de la tierra mía, que echa flores, al Jesús de la agonía, y es la fe de mis mayores! ¡Oh, no eres tú mi cantar! No puedo cantar, ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar!”.
Pido a todos mantener la fe en que podemos ser fuente de unión, consuelo y esperanza en la victoria diaria. Que unidos en nuestros principios y valores podemos lograr que este viaje que llamamos vida, sea en cada día una lección de avance en el amor. Aún en esta etapa de feroz lucha contra la ignominia y la cobardía de quienes nos oprimen nuestras libertades: de pensamiento, de expresión, de creación para la justicia y por “el respeto al derecho ajeno que es la paz” (Benito Juárez, prócer mexicano,1806-1872).
Con genuina humildad, me permito compartirles discretamente mi aprendizaje en los tres últimos años, culminando con este 2022. Todos hemos perdido seres muy amados. En mi caso en particular he estado al borde de perder dos de los seres que más he amado en la vida. Aunque siento la nostalgia del partir de mi madre, estando yo lejos del hogar, no me agobió gracias al sentimiento de mis hermanos presentes allá con ella. Me agobió sí, de una manera cuasi trágica e inesperada, que solo la fe en Dios nos ha permitido resistir y seguir adelante, acompañándonos en la casi partida de mi compañera y recientemente de mi hija. Hoy puedo verlas en su decidida acción de recuperación, para superar su realidad que, aunque sea de otra forma, así mismo es mi realidad.
A todos nos han sido años más que duros, casi absurdos. Asediados por una pandemia de covid-19, pudimos ver la heroica lucha de miles de personas del área de salud para salvar vidas. En mi caso, desde precisamente comienzos del año 2020 un agresivo y silencioso cáncer casi me arrebata la vida de mi Rosy. Así me viene a la mente una querida periodista, Ana María Matute, muy respetada y reconocida como coordinadora de las páginas de opinión de este diario El Nacional. Traicionero enemigo es el cáncer, que a viajar al otro lado del universo hace, para marcharse tempranamente a seres que quisiéramos estén más tiempo con nosotros. Seguramente allá buscará más inteligencias y más sensaciones para escribirlas en idiomas para nosotros de energías desconocidas..
Separados por iniciales e indispensables hospitalizaciones, con seguidas intervenciones quirúrgicas y tratamientos, salvaron la vida a Rosy los miembros del equipo médico del Centro Sylvester de Cáncer (Sylvester Cancer Center de la Universidad de Miami). Dentro de sus constantes y atormentantes dolores que ha sufrido, creo haber entendido mucho más también el dolor de aquellos que en aislamiento no pudieron sentir el acompañamiento directo de un ser amado, bajo tratamiento de covid-19, y que perecieron en soledad. Tres largos años de ver sufrir y ver luchar a dicho equipo médico. Rosy como paciente, cuánto me han enseñado a mí sobre ese otro dolor intenso de ver sufrir sin poder, al parecer, hacer mucho más por ese ser que sufre. Este año vi a mi hija casi perder accidentalmente su vida, de modo absurdo también.
Al llegar a este fin de año, al no olvidar a nuestros prisioneros políticos en Venezuela, exigimos el cese de los tratos inhumanos y humillantes; con castigo ejemplar a los perpetradores de tales actos. Exhortamos a que las instituciones internacionales, como la ONU, la OEA, la CPI y los países que nos han apoyado en la vía del diálogo, nos acompañen en no abandonarlos ante sus verdugos, que los exterminan lentamente en cautiverios sin sol, sin una mínima dignidad de visitas y de atención a sus delicados estados de salud. Siendo inocentes son retenidos como medida intimidatoria, cobarde, propias de las dictaduras en crueldades sin parangón. Exijamos juntos la libertad de todos cuantos se encuentran prisioneros de conciencia como paso inmediato e indispensable para seguir dando validez a una posibilidad real de salida pacífica frente a la usurpación. Es preciso que sean atendidos urgentemente en sus pésimas condiciones de salud, y que para estos, nuestras hermanas y hermanos prisioneros políticos se termine el infame calvario.
A los magistrados que desde el año 2016 hasta hoy han formado parte del Tribunal Supremo del régimen usurpador, y torturador, de la dictadura de Maduro, bajo la complicidad de muchos más que los dos fantoches que se prestaron a ir a votaciones en mayo de 2018, sin condiciones mínimas, Falcón y Bertucci, así como a los que componen el elenco de esa opereta entre alacranes y traidores, les decimos, ante un Consejo Nacional Electoral puesto al servicio del continuismo opresor, que deben cesar inmediatamente en sus funciones de colaboracionismo. Advertimos que, aunque nunca seremos torturadores ni asesinos, los que caigan en medio de nuestra lucha por recobrar la auténtica soberanía popular y el orden civilizado para Venezuela, a menos que se expresen ahora, y trabajen muy activamente por el retorno al Estado de derecho bajo condiciones electorales legítimas para una transición pacífica, se les someterá con todo rigor al peso de leyes y de acciones libertadoras alcanzadas por otros medios. Las que sean necesarias aplicar para el retorno a dicho orden civilizado.
A los actuales miembros del Alto Mando Militar de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y a los que habiéndolo sido en los últimos veinte años son corresponsables de lo que al día de hoy ha devenido para Venezuela en la vergüenza de la que fue una de sus instituciones más respetables y respetadas por la sociedad les exhortamos a que actúen para el regreso del Estado de derecho. En este balance, más firmes que nunca, les expresamos nuestra condición de venezolanos comprometidos y listos para asumir la lucha en cualesquiera de los terrenos que sea necesario, a fin de recuperar la libertad y la democracia para Venezuela; así como el honor mancillado del legado histórico libertador de Sebastián Francisco de Miranda y de Simón Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar.
Quiero al finalizar de este compartir con ustedes mis pensamientos, agradeciendo el haberme leído y tolerado, semana a semana, decirles que al atravesar este año 2022, he recibido para estas navidades el regalo más hermoso de todos los que pudiera ser alguno aspirar: soy abuelo. ¡Tengo mi primera nieta!
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@gonzalezdelcas