Dentro del mundo de la danza académica venezolana el nombre de Everest Mayora (1947-2022), destacó con singularidad. Su baile superó con creces el nivel de desempeño alcanzado por el ballet clásico nacional durante los años sesenta y setenta del siglo XX. Su consolidado estatus de primera bailarina, logró proyección internacional.
Los altos del Teatro Municipal de Caracas conocieron los primeros pasos de quien se convertiría en una intérprete profunda e impetuosa. Los bailarines Belén Lobo y Luis Chang, integrantes del Ballet Nacional de Venezuela, fueron sus primeros maestros orientadores de su vocación artística. Ellos la condujeron hasta la referencial Academia Interamericana de Ballet donde obtuvo una sólida formación dentro de los elevados principios conceptuales y técnicos del ballet clásico.
Otro casi inmediato logro fue su ingreso al Ballet Nacional de Venezuela, a cargo de Irma Contreras, donde realizó una ascendente carrera profesional, que le permitió un versátil desempeño tanto en obras del repertorio de la tradición romántico-clásica, como del neoclásico y contemporáneo. Fue una revelación su interpretación de la obra El combate, de William Dollar. Un viaje a la ciudad de Nueva York resultó determinante en su consolidación como destacada figura en el ámbito del ballet estadounidense, donde participó durante diez años en los elencos del New City Ballet, New Jersey Ballet, Pittsburg, New Haven Ballet y Alexander Rigodoff Ballet.
El retorno a Venezuela de Everest Mayora en 1977 fue para ingresar al recién establecido Ballet Internacional de Caracas como bailarina principal, bajo la dirección artística de Vicente Nebrada, compañía en la que interpretó roles centrales de las obras de los coreógrafos internacionales Alvin Ailey (El río y Alondra), John Butler (Carmina Burana y Después del Edén), Ben Stevenson (Tres preludios), Margo Sappington (Rodin en vivo). De Nebrada, fue ejecutante de excepción de La luna y los hijos que tenía y Nuestros valses, cuya versión de tres duetos interpretó junto al bailarín estadounidense Zane Wilson en la Gala de las Estrellas Internacionales de la Danza,celebrada con motivo de la inauguración del Complejo Cultural André Malraux de París.
Hacia mediados de los años ochenta, el Ballet Nuevo Mundo de Caracas, dirigido por la primera bailarina Zhandra Rodríguez, su compañera en la Academia Interamericana de Ballet y el Ballet Nacional de Venezuela, la recibió como notable intérprete de Hans van Manen, Choo san goh, Denis Nahat, Ian Horvart y Renato Malgahaes. También por ese tiempo fue invitada de la prima ballerina Alicia Alonso a participar en el Festival Internacional de Ballet de La Habana, ocasión en la que tuvo como compañero al reconocido bailarín cubano Orlando Salgado.
Su trabajo docente fue sobresaliente, especialmente al frente de su propio estudio que llevó su nombre por cerca de dos décadas. Igualmente, destacó como docente en el Instituto Superior de Danza y la Escuela Nacional de Danza. Ciudad Bolívar sería un destino tal vez impensado por ella, pero definitivo. Allí fundó, dirigió y fue maestra del Conservatorio de Danza de la gobernación de esa capital, al que se mantuvo estrechamente vinculada hasta su reciente fallecimiento.
Everest Mayora fue una personalidad de la danza apasionada, portadora de un gesto profundo al interpretar y de una depurada maestría al enseñar.