OPINIÓN

¡Ay del mundo por sus piedras de tropiezo!

por Alejandra Jiménez Pomárico Alejandra Jiménez Pomárico

El mundo y sus piedras de tropiezo, pero ¿cuáles son tales piedras? Acaso son aquellas situaciones que aportan descrédito y contradicción, o las falacias que apagan la luz en almas y corazones, incitándolos a desfallecer y menospreciar la temporada que viven. Serán esos grandes que por falta de entendimiento llevan a muchos a perdición, oprimen y deprimen aquellos que fueron designados para avanzar. Quizás para algunos sean solo las rocas del camino, erosionado por tanto transitar, pero quienes puedan ver más allá de las fosas que aspiran el aire, para llenado de pulmones y oxigenación del cuerpo, sabrán que los tropiezos van un poco más profundos en el corazón.

Divagando en la naturaleza de un tropiezo animado, mi mente voló frente a quienes se constituyen a sí mismos murallas de contención, en lugar de barreras de protección. Retienen el avance de individuos con energía, que aún con los albornoces rotos y ciertas suturas en el corazón, deciden levantarse y avanzar. Así, estos con la rigidez de la intransigencia y la severidad del juicio, se convierten en obstáculos que, en lugar de ser destruidos, serán rodeados y evadidos por el pertinente analítico de concentración y enfoque, que individuos idóneos deben tener para avanzar. Entonces, en lugar de procurar su propio camino, se plantan sórdidos perdidos en una rigidez personal que les autodestruye.

¡Ay de aquellos que traman en sus tiempos de intimidad, propiciando situaciones y embebiendo sus mentes en objetivos ilícitos!, los cuales, en vista de que no fluyen de forma natural, a su criterio deben forzar, generando la emboscada o el momento que les habilite para justificar sus acciones y fijar la mirada en sentimientos pútridos, como trampolín para el establecimiento de dimensiones alternativas, donde presumen estará su propia estabilidad. Curiosamente, ignoran que como araña tejen trampas de las cuales no podrán escapar con celeridad, porque donde hay uno que teje con hilos transparentes, habrá uno mayor que atraiga con lazos de amor. Ay de quienes entretejiendo situaciones y momentos, pecan queriendo controlar y ver, en el tiempo señalado crujen los dientes por desánimo en su infortunio al andar, no reconociendo que fueron ellos mismos los que diseñaron tales temporadas al pulso de sangre contaminada.

Individuos con tales características no escuchan más que la seducción que habita en su propio corazón, limitan su sentir a lo que creen conocer, no dejando atrás las experiencias infructuosas de las que una vez fueron rescatados. No reconocen nada fuera de sus objetivos y alcanzan a conectar padrinazgo, junto con el cual puedan cercar a víctimas o fatuos, que deciden por la comodidad el dar el gobierno a alguien más; frente a la carencia de confianza para determinar un escás de juego, donde las condiciones sean otorgadas, antes que la dinámica de avanzada consiga gestarse. No pretendo arbitrar jugadas, porque realmente no me es permitido, más que por no querer hacerlo, pero sí pretendo lanzar al viento la advertencia que me fue otorgada.

¡Ay de ustedes que destruyen! porque un día experimentarán destrucción, ¡Ay de aquellos que fraguan trampas!, más temprano que tarde serán alcanzados por una de ellas. ¡Ay de quienes engañan!, porque permanecen en engaño y oscurecen voluntariamente el camino. ¡Ay de esos que gestan para control y manipulación!, de seguro ya están siendo controlados por el mal. ¡Ay de los ingenuos!, porque perecen por falta de entendimiento. ¡Ay de los inicuos!, su iniquidad destruye su propia heredad. ¡Ay de los soberbios!, serán mirados con la misma distancia con la que ven. ¡Ay de los entendidos!, sufren por lo que saben y pueden ver. Cada temporada nos confirma lo mucho que necesitamos ser sensibles a las intervenciones divinas, para que nuestro andar no sea detenido y nuestras oraciones no alcancen estorbo. Que nunca falte la remembranza de las bondades recibidas, para afirmar que el que una vez obró a tu favor, lo volverá a hacer. Su gracia no se desgasta y su amor no se descompone, todo reverdecerá en su andar y sus lazos siempre serán incorruptibles frente a ligaduras de débil y dudosa procedencia.

@alelinssey20