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La inestabilidad política que ha caracterizado a Perú, al menos desde 2016, vivió este miércoles un capítulo más con el fallido autogolpe del gobierno de Pedro Castillo, en la continuación de una tendencia autoritaria que culminó, sin embargo, con su destitución.
Castillo había anunciado en horas de la mañana en una transmisión en vivo desde la Casa de Gobierno la disolución del Congreso de la República, la instalación de un gobierno de excepción, la convocatoria a elecciones para elegir otro parlamento con facultades constituyentes y la reorganización del Poder Judicial. Decretó también un toque de queda que debía regir desde las 10:00 de la noche de ayer.
Un episodio que recordó a los peruanos el 5 de abril de 1992, cuando Alberto Fujimori disolvió el Congreso con argumentos sobre la obstrucción de la labor parlamentaria que Castillo copió al pie de la letra.
Fujimori logró extender su permanencia en el poder por ocho años más en un período funesto para la democracia peruana, pero Castillo se derrumbó en unas pocas horas.
Una sesión del Congreso, que había sido convocada para las primeras horas de la tarde, aprobó la vacancia presidencial por incapacidad moral con el apoyo de 101 de los 130 parlamentarios, incluyendo votos a favor de miembros del partido Perú Libre que había llevado a Castillo al poder.
La vicepresidenta, Dina Boluarte, que rechazó la decisión de Castillo de “quebrar el orden constitucional”, fue juramentada luego como nueva presidenta de Perú. Será la primera mujer que ocupe el cargo.
En seis años este país suramericano ha tenido seis mandatarios: Pedro Pablo Kuczinsky (julio 2016-marzo 2018); Martín Vizcarra (marzo 2018-noviembre 2020); Manuel Merino (10 de noviembre 2020-15 de noviembre 2020); Francisco Sagasti (noviembre 2020-julio 2021); Pedro Castillo (julio 2021- diciembre 2022) y Dina Boluarte (diciembre 2022).
El gobierno de Estados Unidos, por medio de su embajada en Lima, había expresado muy pronto su rechazo categórico a “cualquier acto extraconstitucional del presidente Castillo”.
Desde México, el canciller Marcelo Ebrard suspendió la Cumbre de la Alianza del Pacífico que reuniría en Lima la semana próxima a los presidentes izquierdistas Andrés Manuel López Obrador, Gabriel Boric y Gustavo Petro como un gesto de apoyo a Castillo, a quien el Congreso había negado su salida del país para acudir a esa cita, originalmente prevista a realizarse en México.
Castillo permanecía detenido desde la tarde de ayer en la Prefectura de Lima. El Ministerio Público peruano adelanta contra él y miembros de su familia varias investigaciones por corrupción.