La economía informal sigue creciendo con fuerza y ocupa un espacio cada vez mayor en diversos sectores económicos, destacándose especialmente en el sector comercial, donde ya representa más de 50% del total estimado del comercio en el país.
Se calcula que alrededor de 65% de los nuevos emprendimientos en la economía nacional son informales, lo cual convierte al sector informal en el de mayor crecimiento en el país.
Las razones para esta tendencia son múltiples. Al establecer un negocio, muchos emprendedores optan por la informalidad, pues les requiere menos recursos que formalizar la empresa, evitando así costos de instalaciones, decoraciones, depósitos, trámites de permisos, entre otros. Esto les permite destinar su capital disponible a la adquisición de mercancías y otros recursos necesarios para iniciar operaciones, sin necesidad de llevar libros contables ni cumplir con obligaciones tributarias nacionales y municipales.
Se ha popularizado la idea de que la informalidad es una “solución social” frente a la escasez de empleos. Dentro de la actividad informal se encuentran profesionales y personal capacitado que, debido a la pérdida de sus empleos, han recurrido a esta alternativa para generar ingresos.
Actualmente, cerca de 8 millones de venezolanos dependen de la economía informal, lo que la convierte en una de las principales fuentes de empleo en el país. Aproximadamente 1,5 millones de emprendedores impulsan esta actividad, empleando a alrededor de 6,5 millones de personas en diversas actividades económicas.
Es evidente que el crecimiento de la informalidad limita la expansión de la economía formal. Ambas modalidades compiten entre sí, y lo ideal sería que estos emprendedores se conviertan en empresas formales, contribuyendo a un crecimiento económico sostenible.