Para que quede claro, voy a definir el concepto de dictadura generalmente aceptado hoy en día. La dictadura es un sistema de gobierno o régimen gubernamental en el que todos los poderes del Estado se concentran en un individuo, un grupo o un partido. El dictador no permite la oposición a sus acciones y a sus ideas, tiene poder y autoridad absolutos.
Las acciones tomadas por el fraudulento TSJ contra los partidos Acción Democrática y Primero Justicia, al imponerles una directiva ad hoc sumisa, es una demostración terminante de que Venezuela, país muy sufrido, padece una dictadura sin tapujos. La fracción de aerotécnicos, de Acción Democrática, ha probado que Venezuela atraviesa por la peor crisis alimentaria de su historia desde la guerra federal, en el siglo XIX, según el sociólogo con maestría en Seguridad Alimentaria Edison Arciniegas.
En el Taller Seguridad Alimentaria en Venezuela, organizado por la Facción de Agrotécnicos del partido Acción Democrática, el experto explicó que durante el mes de abril el déficit alimentario en el país superó 62%. Indicó que los venezolanos en promedio consumen alrededor de 1.800 calorías diarias. Sin embargo, 9,3 millones de personas en el país consumen menos de 1.200 calorías al día cuando debería consumir como mínimo 2.500.
El gobierno dictatorial no puede admitir la difusión de estos muy graves hallazgos. Venezuela está bien, bonita casi perfecta. Lo dice el dictador Nicolás Maduro. Pero la realidad que existe, que es, se impone de manera capilar. Es necesario que conozca, lo mejor posible, la naturaleza del régimen político en Venezuela. Todavía hay presidentes latinoamericanos “ingenuos”, como el de Argentina, República Dominicana, México (tristemente) y la paupérrima Haití. Veamos el análisis político del prestigioso centro que dirige, con competencia y coraje, Benigno Alarcón, profesor de la UCAB, publicado en El Nacional de 17/06/20.
“[Análisis político] El régimen quiere quitarse de encima a la oposición liderada por Guaidó”. Uno de los objetivos prioritarios del régimen en el corto plazo es quitarse de encima a la oposición, sobre todo a la liderada por Juan Guaidó, señaló Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, en el Análisis político de esta semana, podcast producido gracias a una alianza entre El Nacional y la UCAB.
“Las próximas jugadas, a juicio de Alarcón, parecieran estar destinadas, inevitablemente, al tablero electoral en el que el gobierno de Nicolás Maduro pretende concretar el jaque mate al sector democrático liderado por Guaidó para recuperar la Asamblea Nacional y sustituirlos por la otra oposición conformada por quienes participan junto al régimen en la Mesa Nacional de Diálogo, y que lideran políticos bien conocidos como Henri Falcón, Claudio Fermín, Luis Romero, Javier Bertucci, Rafael Marín, Felipe Mujica, Segundo Menéndez y Timoteo Zambrano, con quienes el oficialismo pareciera mantener mejores relaciones y una comunicación más fluida”. Todos maléficos.
Las cosas deben decirse por su nombre. Creo que omite exponer las causas de la muy grave situación que se sintetiza en su podcast. Si conocemos las actuaciones de cuerpos terroristas oficiales, Sebin y FAES, y de los oficialistas colectivos, los paramilitares y otros, armados y protegidos por Maduro, es necesario decir que en Venezuela se ha instalado el Reinado del Terror, como esperpento de la Francia de Robespierre, un período de dos años en la Revolución francesa comprendido entre 1793 y 1794, caracterizado por una brutal represión en forma de terrorismo de Estado, que tuvo como protagonista principal a Maximilien Robespierre. Durante el Terreur, entre 35.000 y 40.000 civiles fueron ejecutados, la mayor parte de ellos mediante la guillotina. Maduro lo parodia, con otros medios y en este siglo, en el cual en los pechos del ladrón cuelgan las cruces.
En su informe tras la visita a Venezuela del 19 al 21 de junio, Bachelet resalta igualmente que «los grupos armados civiles progubernamentales conocidos como colectivos han contribuido al deterioro de la situación, al imponer el control social y ayudar a reprimir las manifestaciones».
La alta comisionada de la ONU pide en sus conclusiones la disolución de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), a las que achaca en particular la mayor parte de las 5.287 ejecuciones extrajudiciales, supuestamente por «resistencia a la autoridad», durante operaciones policiales en 2018.
El gobierno quiere quitarse de encima toda oposición. Desde mi silla de ruedas, yo percibo que, si bien hay voces que protestan, solo Acción Democrática ha luchado con vigor, organización y penetración en eso que llaman “pueblo”. ¿Cuál pueblo? Pregunto porque yo no lo veo. AD sabe muy bien que se necesitan acciones prolongadas y silenciosas para socavar las bases muy claras de esta dictadura de terror.
Echémonos un colirio clarificador de los ojos físicos y de la inteligencia, para que sepamos subvertir lo que quiere mostrar el esperpento de Maduro, y su compañía.