Como saben, queridos lectores, en 2021, en nombre de un grupo de masones que nos denominamos la «Comisión Masónica Internacional de Derechos Humanos», creada por iniciativa de la Federación Venezolana de Politólogos, nos propusimos informar, denunciar y dar seguimiento a la persecución de masones que se produjo como resultado de la cacería que el régimen de Maduro llevó a cabo contra Oscar Pérez. En ese sentido, enviamos cartas al Fiscal Karim Khan solicitando que se investigara el terrible crimen cometido contra Oscar Pérez y José Pimentel, conocido como la masacre del Junquito, en la que también perdieron la vida otras personas que los acompañaban. Además, incluimos los nombres de dos masones desaparecidos, Wilmer Muñoz y Juan Hurtado.
Luego en 2023, enviamos otra carta solicitando que se incluyera en la investigación de la CPI las acciones cuestionadas por parte de la directiva de la masonería venezolana de ese tiempo, en particular, el caso del coronel Juan Ubaldo Jiménez Silva, quien era el Gran Maestro de la Gran Logia, y Rubén Rodríguez, quien era el Venerable Maestro de la Logia Santiago Mariño. Ambos fueron señalados por llevar a cabo un juicio masónico con motivaciones políticas contra Oscar Pérez y José Pimentel, ocultaron información, no denunciaron las violaciones de derechos humanos presentes contra miembros de su orden y en el caso del coronel Ubaldo, permitió el acceso a los organismos de seguridad de Maduro. Todas estas solicitudes tenían como objetivo que la Fiscalía de la CPI considerara la persecución a los masones como un elemento de interés.
En el mes de septiembre, remitimos a la Fiscalía de la CPI un informe exhaustivo sobre la persecución de masones en Venezuela. En este documento, detallamos la historia de esta persecución y proporcionamos elementos de interés que arrojan luz sobre las razones detrás de este oscuro episodio y las personas que podrían estar involucradas en él. A pesar de que el régimen de Maduro ha tratado de disfrazar sus arrestos de masones como acciones relacionadas con delitos comunes o incluso crímenes de Estado, como el terrorismo, en ningún momento han admitido que estas detenciones estuvieran relacionadas con la pertenencia a una logia masónica.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por evitar que se invoque el Artículo 7 del Estatuto de Roma, que define los crímenes de lesa humanidad, cometieron una serie de errores que nos han permitido conectar los puntos y descubrir la sistemática persecución que llevaron a cabo contra la masonería en Venezuela. Este artículo establece que un «crimen de lesa humanidad» incluye actos como la persecución de un grupo o comunidad con identidad propia, fundamentada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables bajo el derecho internacional. Esta persecución debe llevarse a cabo en relación con cualquier acto mencionado en dicho artículo o con cualquier crimen dentro de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
En otras palabras, aunque el régimen de Maduro trató de ocultar su persecución tras fachadas de acusaciones comunes o políticas, no pudieron evitar los rastros que nos permiten exponer su estrategia sistemática de ataque contra la masonería en Venezuela.
Nos involucraron en este caso
A lo largo de estos años, hemos recopilado información con el fin de entender por qué el régimen de Maduro persiguió a los masones. Es a través de esta investigación que hemos descubierto una serie de detalles que arrojan luz sobre esta cuestión y añaden elementos que deben ser considerados en la investigación para esclarecer la verdad y encontrar a los responsables.
Me gustaría compartir con ustedes, queridos lectores, las últimas investigaciones que hemos recibido. Todo indica que el régimen de Maduro fabricó un expediente falso para implicar a la masonería en la trama de persecución que ejecutaron. Esta conspiración tuvo su origen en el momento en que presentaron ante el tribunal militar a Ramón Fernando Delgado Vegas, según el expediente N° CJPM-TM1C-059-17 y la sentencia N° S-N, con fecha del 16 de julio de 2017. Lo acusaron de estar involucrado en la presunta comisión de delitos militares de rebelión, ultraje al centinela, a la bandera y a la Fuerza Armada Nacional como autor. El tribunal a cargo fue el Tribunal Militar Primero de Control, con la teniente coronel Claudia Carolina Pérez de Mogollón como juez/ponente.
Durante su comparecencia en dicho tribunal, Ramón Fernando Delgado Vegas fue señalado por el Sebin como vinculado a las acciones desestabilizadoras ejecutadas por Oscar Pérez. Según un informe de la Dirección de Contrainteligencia Militar del Sebin, Ramón Delgado Vegas se habría encargado del rescate de Oscar Pérez en Osma, La Guaira, Estado Vargas, entre otras actividades relacionadas con el plan de ataque a instituciones militares y entidades gubernamentales.
La trama que se desencadenó a partir de la presentación de Ramón Fernando Delgado Vegas ante el tribunal militar tuvo importantes repercusiones. El primer teniente Elber Montero Mendoza y primer teniente Keyla Ríos Lara, fiscales militares con competencia nacional, , tras analizar los informes presentados por la Dirección de Contrainteligencia del Sebin, consideraron que el ciudadano Ramón Fernando Delgado Vegas, debían enfrentar cargos relacionados con los delitos de rebelión, ultraje a la bandera, al centinela y a la Fuerza Armada Nacional.
Durante su audiencia, Ramón Fernando Delgado Vegas negó los cargos y explicó que su relación con Oscar Pérez estaba vinculada a la masonería. Mencionó que Oscar Pérez lo invitó a participar en actividades masónicas y que estuvo presente en una reunión en Santa Fe, donde se discutieron temas relacionados con la masonería y el ascenso de grados. Después de esta reunión, recibió una llamada de auxilio de Oscar Pérez y se dirigió a La Guaira a buscarlo, pero regresó a su casa cuando se encontró con un dispositivo del Cicpc en el camino.
Posteriormente, el abogado defensor de Ramón Delgado solicitó realizarle algunas preguntas adicionales y estas revelaron su relación con la masonería. Delgado mencionó que tenía tres meses de relación masónica y explicó que la masonería se enfoca en el bienestar interior de las personas y en temas relacionados con el trabajo y el ascenso de grados.
Después de considerar los argumentos y respuestas de Ramón Fernando Delgado Vegas, la jueza declaró procedente la solicitud del Ministerio Público Militar con Competencia Nacional para la privación judicial preventiva de libertad en su contra. Esto ocurrió el 15 de julio de 2017, apenas días antes de que comenzara una ola de persecución contra masones, que inició con las primeras citaciones y detenciones de seis masones de la Logia Santiago Mariño Número 208. Posteriormente, se produjeron arrestos, desapariciones, exilios y presuntos atentados en 2018.
Un elemento central en nuestra investigación es la presencia de Ronny González Montesinos, un comisario general que ha sido vinculado a graves violaciones de derechos humanos y que, según informes de la ONU, participó en la identificación y detención de opositores políticos. González Montesinos habría desempeñado un papel relevante en el Sebin y en la Operación Gedeón en 2020. Su participación en la fabricación de la historia de la masonería en el caso de Oscar Pérez es motivo de preocupación.
El falso testimonio de Ramón Delgado podría haber sido fabricado como parte de un arreglo con el Sebin en la persona de Ronny González, a quien por cierto testigo lo han visto visitando la Gran Logia de Venezuela. Las palabras exactas de Ramón Delgado durante su audiencia fueron las siguientes, según consta en el acta:
Luego de que se leyeran los cargos en su contra, la jueza preguntó a Ramón Fernando Delgado, y esto fue lo que declaró durante su audiencia: «Niego los cargos de lo que se me acusa, yo estaba en Santa Fe, en la casa de Oscar Pérez, por el Grupo Masonería, lo invito a un grupo de ska, para las actividades de películas, hemos estado reuniendo libros e ideas, hemos intercambiado para ascender al grado que le sigue. Estaban reunidos el 25 de junio de 2017, en Santa Fe; él me invita a montarme en el helicóptero y luego a disparar, es cuando yo le respondo ‘estás loco’. La noche 27 de junio de 2017 recibo la llamada de auxilio por parte de Oscar Pérez, ‘ven a buscarme a La Guaira’’, yo voy a La Guaira y me regreso a mi casa, cuando veo un dispositivo del Cicpc, en ese dispositivo la Guardia Nacional me revisan, una vez en la casa se va para una venta de motocicletas, metí un permiso en mi trabajo y me lo niegan, no tengo más nada que decir».
Después su abogado Freddy Jesús Velásquez, en su carácter de defensor privado solicitó la oportunidad de realizar preguntas a Ramón Delgado. Esto es relevante porque permite visualizar el interés por implicar la masonería en estos eventos. A continuación, se detallan las preguntas realizadas por el abogado defensor en su interrogatorio:
Defensor Privado: «¿Podría explicar su relación con el ciudadano Oscar Pérez?»
Ramón Delgado: «Tenía una relación masónica de tres meses».
Defensor Privado: «¿Podría proporcionar al tribunal una explicación sobre la masonería?»
Ramón Delgado: «La masonería es una organización que se enfoca en el crecimiento interior y el bienestar de todas las personas».
Defensor Privado: «¿Qué tipo de temas se discuten en las reuniones masónicas?»
Ramón Delgado: «En las reuniones masónicas, se tratan temas relacionados con el trabajo que se va a realizar en la organización, con movimientos dirigidos a ascender al grado superior».
Si analizamos el conjunto de eventos, podría hasta parecer inicialmente inofensivo. Pero es que el individuo menciona que estaba participando en una reunión del grupo masónico en un momento en el que estaban planificando una operación militar, a quien se le ocurre decir esto en una sala llena de locos fanáticos del régimen de Maduro.
En resumen, la declaración atrajo hacia nosotros la atención de una especie de jauría de individuos con problemas mentales, que es lo que son a menudo los agentes del régimen de Maduro. Fue como si nos hubieran soltado un grupo de perros rabiosos detrás de nosotros, y lamentablemente, nadie nos advirtió sobre la magnitud de esta torpeza y el peligro al que fuimos expuestos.
Sin embargo, nada de esto se conocía en nuestra logia en ese momento. Mientras él señor Delgado estaba siendo procesado, mintiendo en un tribunal, el Venerable Maestro Rubén Rodríguez estaba recibiendo instrucciones del coronel Ubaldo Jiménez Silva para llevar a cabo un juicio masónico contra Oscar Pérez. Recuerdo que otro nombre que mencionó Rubén fue el de alguien de apellido Solís, quien también le había ordenado realizar ese juicio.
Pienso que este coronel estaba tratando de desvincular a la masonería de Oscar Pérez, pero lo hacía transgrediendo la ley. Pero era algo que sabía hacer muy bien, transgredir la Ley, no lo sabíamos la mayoría de los masones, pero era que teníamos como Gran Maestro a un sujeto que ya había sido procesado por un tribunal militar y condenado previamente.
Según consta en actas del TSJ, Ubaldo había sido condenado el 10 de abril de 1999 a 11 años de prisión. En un acta se puede leer que el Juzgado de Sustanciación de la Corte Marcial emitió un auto de detención en su contra, enfrentando acusaciones de sustracción de fondos pertenecientes a las Fuerzas Armadas, en grado de continuidad, así como de ordenar pagos ilegales mediante comprobantes indebidos, abuso de autoridad y agavillamiento.
Resulta aún más sorprendente que ninguno de nosotros en la logia teníamos conocimiento de su turbio pasado. Pero ahí estaba él, ocupando un rol de liderazgo en la masonería, mientras circulaba un documento digital presuntamente firmado por el que supuestamente respaldaba un juicio contra Oscar Pérez por el delito de traición a la patria. Esto nos dejó perplejos, pero lo que me resultó aún más impactante es que este delito también está tipificado en nuestro ordenamiento jurídico masónico.
Por lo tanto, es oportuna la ocasión para hacer un llamado sobre esta disposición para que sea inmediatamente eliminada de nuestro ordenamiento jurídico masónico, y exhorto a las autoridades actuales a tener el coraje de eliminar este artículo que solo sirve a los intereses de la tiranía.
Esta triste historia nos llevó en direcciones inesperadas y opuestas. Fue entonces cuando decidí dejar de asistir a la logia y pasar a la clandestinidad. Cuando vi llegar las primeras citaciones y la posibilidad inminente de arresto de masones, incluyéndome a mí mismo, tomé la decisión el 1 de agosto de comprar un pasaje y salir del país. Hasta el día de hoy, no he regresado.
Así que el coronel Ubaldo Jiménez Silva había alineado su posición con el régimen de Maduro. Resultó que el juicio masónico que celebraron contra Oscar Pérez fue en vano. Personalmente, no asistí a ese evento. Lo cierto es que el régimen de Maduro comenzó a perseguirnos a todos, como si fuéramos cómplices de Oscar Pérez, pero nadie lo sabía aún, lo cierto es que finalmente, las declaraciones de Ramón Delgado nos involucraron en el complot.
Esta persecución comenzó con extensas citaciones que se extendieron durante más de 12 horas en el Cicpc, seis personas fueron hostigadas y acosadas, se trataba de Marcial Jiménez, Jameson Jiménez, Yhonny Calderón, Ronald Marcano, Galian Sánchez y, finalmente, el mismo Rubén Rodríguez. Luego, siguieron los allanamientos a nuestras logias y las visitas de funcionarios del Sebin y la DGCIM. Es altamente probable que hayan instalado micrófonos para espiar nuestras actividades. Todo esto sucedió entre los meses de junio y diciembre. En diciembre, la policía llegó a la casa de Yhonny Calderón, quien era el segundo vigilante de la Logia Santiago Mariño y quien impartía instrucciones a los aprendices, incluyendo a Oscar Pérez y José Pimentel, quienes eran dos de esos aprendices. Siguió después la orden de aprehensión en su contra.
En enero sucedió el secuestro de Jameson Jiménez, quien era aprendiz de nuestra logia, en mi parecer este secuestro tuvo un propósito claro: influir en Oscar Pérez para que se visibilizara. Lo cierto es que luego del secuestro de Jameson, Oscar Pérez emitió un tweet el 12 de enero, uno de los últimos que publicó antes de ser localizado. En su mensaje, denunció el secuestro de Jameson Jiménez por la DGCIM, señaló al general Dala y a la comisión que llevó a cabo el secuestro, y denunció al capitán Jeanpier de Jesús Soto y al capitán Blanco. Este secuestro sí activó a Oscar Pérez en las redes sociales unos días antes de su ubicación.
Personalmente, no tuve muchas interacciones con Jameson Jiménez en nuestra logia, ya que recién había vuelto a incorporarme después de muchos años de ausencia. Él era el administrador de nuestros grupos de WhatsApp, recuerdo que me dijo que era funcionario del Ministerio de Comunicaciones. Confieso que, debido a mi trasfondo en la oposición política, esta revelación me generó cierta desconfianza hacia él. Sin embargo, en nuestra logia había muchos masones con tendencias chavistas, por lo que no le presté mucha atención. Llama la atención que en una ocasión que cruzamos líneas por WhatsApp abogó por Rubén Rodríguez a quien estoy denunciando por irregularidades, no porque me la contaran sino porque yo mismo fui testigo.
La verdad innegable es que este joven también fue arrestado una vez que asesinaron a Oscar Pérez y fue terriblemente torturado. El régimen de Maduro intensificó su persecución con allanamientos y arrestos en todas partes, incluyendo logias y grupos masónicos. Mi amigo y hermano de logia Ángel Fajardo, quien estaba en Francia en ese momento, recibió noticias de Venezuela sobre la persecución a masones, específicamente de nuestra logia. Decidió entonces solicitar asilo en Francia y, al presentar al juez pruebas de lo que estaba ocurriendo con los masones, recibió asilo político debido a su membresía en la misma logia de Oscar Pérez, la Logia Santiago Mariño número 208.
Personalmente, me encontraba en Estados Unidos cuando ocurrió el caso de Oscar Pérez. Me enteré de que estaban allanando logias y decidí quedarme. Fui yo quien alertó a las grandes logias masónicas de todo el mundo sobre lo que estaba sucediendo en Venezuela, empezando por la Gran Logia de Ecuador. El Gran Maestro Humberto Plaza tomó la valiente decisión de emitir una resolución condenando el crimen contra Oscar Pérez, y otras grandes logias masónicas de todo el mundo siguieron su ejemplo, denunciando al régimen de Maduro por este acto atroz.
Sabía que la Gran Logia, con el coronel Ubaldo Jiménez Silva a la cabeza, optaría por el silencio y no actuaría. Habían permitido que allanaran las logias y habían ordenado juicios masónicos contra sus propios miembros, nunca presentaron denuncias ante organismos internacionales de las violaciones de derechos humanos cometidas contra masones, esa gente estaba enlodada hasta la cintura en esto.
Francamente, al ver todo esto en perspectiva, me siento muy decepcionado y desilusionado por las acciones de algunas personas. A veces, uno tiende a subestimar la capacidad de las personas para buscar la verdad detrás de los asuntos. En este caso, un individuo llamado Ramón Delgado que se supone es un masón, que se debe a unos principios de honestidad y transparencia que es lo que nosotros recibimos como por formación, he hizo una declaración ante un tribunal sabiendas que nos iba a afectar, sin siquiera tomar la iniciativa de hablar con nosotros, los miembros de la logia, y darnos una advertencia o compartir información relevante, o quizás alguien lo sabía, pero nunca nos dijo.
En 2019, cuando ya lo habían liberado, hablé por teléfono con Delgado, yo había hecho mi primera denuncia pública y su interés parecía centrarse únicamente en extraer información de mí. A pesar de que lo traté como a un hermano, su respuesta fue completamente opuesta. Le hice una pregunta importante sobre el mayor Bastardo, y él simplemente respondió que no era lo que yo pensaba, dejándome muy pensativo. Recuerdo que algunos hermanos me llamaron desde Venezuela para instarme a retirar una denuncia pública que había realizado sobre este asunto del comportamiento de la Gran Logia y la falta de denuncia. Argumentaron que Ramón Delgado estaba en peligro y que mi exposición lo ponía en riesgo, junto con el resto de los masones. Que equivocados estaban, ni remota idea de la declaración que presuntamente había dado ante el tribunal militar, incluso en la actualidad presuntamente él sigue laborando en la defensa pública.
Lo cierto es que todos habían guardado silencio durante un año desde que sucedió la masacre, lo que realmente nos perjudicaba a todos. A los ojos del mundo, parecía que no había sucedido nada en la Logia Santiago Mariño, incluso las mismas víctimas guardaban silencio, y no había forma de relacionar el caso de Oscar Pérez con la persecución de los masones. Así que al no haber denuncia, ¿quién iba a considerar que alguno de nosotros podía correr peligro o riesgo por haber sido parte de la misma logia de Oscar Pérez y que se habían cometido atrocidades?
Sin embargo, el tiempo me ha dado la razón. He esperado y sido paciente. En principio se descubrió esta declaración que hizo Ramón Delgado ante el tribunal dándole sentido a toda esta persecución, y quiero dejar claro que no estoy afirmando que él haya hecho algo incorrecto, solo estoy pidiendo una investigación adecuada porque obtuve esa declaración del sitio web del tribunal del TSJ de Maduro que posteriormente, eliminaron, pero conservo una captura de pantalla como evidencia grabada desde Camtasia con el archivo .camric.
Luego, pudimos publicar la sentencia del tribunal de la Corte de Derechos Humanos de Francia que favoreció al hermano Ángel Fajardo. Su testimonio detalló la persecución que sufrió la masonería en general y nuestra logia en particular. Esta valiente declaración de un maestro masón de la logia brindó respaldo a la versión de persecución sistemática que Maduro llevó a cabo en contra de nosotros.
Posteriormente, obtuvimos la declaración del detective Endry Méndez, quien denunció la desaparición de dos masones en 2018, los hermanos Wilmer Muñoz y Juan Hurtado. Él responsabilizó a los órganos de seguridad del Estado. También afirmó que las autoridades de la Gran Logia tenían conocimiento de estos eventos, y no hicieron nada, lo contrario callaron, lo que da una idea del grado de corrupción moral presente en la administración de Jiménez Silva.
Y quiero mencionar el reciente apoyo de dos maestros de nuestra logia, que permitieron que sus nombres acompañaran la solicitud de investigación ante la Corte Penal Internacional y ante la CIDH. Uno de ellos fue directamente afectado por esta terrible persecución. En última instancia, se trata de hablar y contar la verdad para respaldar esta iniciativa, y es lo que hemos venido haciendo.
Nos seguimos leyendo en la parte II de este artículo. Hasta una próxima ocasión en El Nacional.
@estebanoria
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