Los cuerpos de represión del socialismo, que solo saben generar terror, se han especializado a lo largo de años en intimidar y agredir a los venezolanos.
Esos mismos grupos, expresión del odio de los autócratas, son los que mantienen un asedio de horror contra la Embajada de Argentina en Caracas, la cual se encuentra en este momento bajo la bandera de Brasil.
Aplicando técnicas de guerra psicológica, los cuerpos de terror del dictador busca quebrar la voluntad de quienes nos encontramos asilados en la sede diplomática.
Usando los mecanismos empleados por los soviéticos de la extinta URSS y de los esbirros cubanos hechura de Fidel Castro; los entes del miedo pretenden romper la resistencia anímica de quienes nos encontramos protegidos por el derecho internacional diplomático.
Nicolás Maduro, sin ningún tipo de pudor, busca cometer otro delito internacional al intentar –como se puede vislumbrar– un asalto a la sede del diplomática argentina, actualmente representada por Brasil.
Los uniformados –encargados de sembrar el terror institucional– mantienen un asedio a la casa del embajador argentino; con pasamontañas, mostrando armas de asalto y bloqueando los accesos a la sede diplomática, pareciera que están preparándolo todo para el asalto final.
Todo bajo el objetivo de intimidar; de buscar que quienes nos encontramos aquí nos rindamos en espíritu y voluntad. Pero, sépanlo de una vez, no lograrán su objetivo.
Aquí estamos un grupo de hombres y mujeres –6 en específico– que hemos aprendido de María Corina Machado la fuerza de la dignidad para resistir los embates de un régimen autoritario.
Así hagan lo que hagan; así cometan otro atropello o delito internacional, nosotros no vamos a rendirnos; nosotros seguiremos firmes en la voluntad de defender los principios de libertad que llevaron a Edmundo González a ganar las elecciones del 28 de julio.
Pues, así lo nieguen; así saquen sentencias; así traten de ocultarlo, la verdad es una sola: Edmundo ganó…
Así quieran manipularlo todo, el venezolano lo sabe y ellos también lo saben, María Corina les ganó la partida.
Desde aquí –y en nombre de todos los que estamos siendo asediados– queremos pedirle a los entes internacionales a que vean este nuevo agravio que adelanta un régimen que es ilegal e ilegítimo.
Le hacemos un llamado a los organismos democráticos mundiales a que den de una vez por todas el paso de declarar a Nicolás Maduro como una amenazada internacional, como un enemigo de la paz y de los derechos humanos. Así de sencillo.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.