¿Como expresar cuánto nos enorgullece que en medio de la etapa de mayor tragedia que ocurre en toda la historia republicana de Venezuela, podamos gritar en esta ocasión, en pleno paradójico paroxismo de posicionarnos sobre la alegría en medio de la tristeza: ¡Arriba Cadenas! en lugar de abajo. ¡Qué viva la Venezuela buena de los poetas, y de la poesía!
Al romper Cadenas las cadenas que le aprisionan y reconstruir con sus silencios el grito interno liberador que nos trae hasta su poesía, Rafael Cadenas se ha convertido en el primer venezolano en recibir el Premio Cervantes de Literatura.
No existe mejor momento que el presente, afirmo, para que toda España, toda Francia, toda Noruega, toda Europa se ponga de pie y en lugar de un aplauso se eleve la voz para que llegue a Venezuela una Navidad con un poco de pan, de vino y de felicidad. Sin presos políticos en cárceles de tortura y muerte. Buscar la reconciliación y la paz es asunto de valientes, de seres con el coraje intelectual para redescubrir en el humanismo católico, judío, musulmán o agnóstico la inspiración de la luz que da la poesía.
Esta semana se ha dado el encuentro auspiciado por el presidente francés Emmanuel Macron, reuniéndose el representante del dictador Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, con el que por obra y gracia de una Asamblea Nacional electa en 2015, democráticamente y expoliada de inmediato por el régimen, aún se ha considerado apta para encomendar al exalcalde de Baruta Gerardo Blyde la representación del mandato dado a Guaidó para que un país claramente mayoritario exija el cambio de gobierno y una transición pacífica hacia la civilidad.
Que se llegue a acuerdos para una transición inteligente no solo depende, como sería ingenuo pensar, de la buena voluntad de los actores involucrados. Pero debe tenerse en cuenta el interés superior de la vida y la recuperación de la nación andante en que se ha convertido la venezolana. Desfalleciente, moribunda en los caminos. Un acuerdo que no solo permita unas elecciones creíbles y audibles, sino que posibilite de manera inmediata la activación de un plan humanitario de atención a la población venezolana, aquejada de innumerables males por la miseria a la que ha sido llevada, al hambre, al empeoramiento de salud, y de la inseguridad con subyugación ante el crimen internacional organizado y el de los barrios.
Nacido un 8 de abril, como mi padre Néstor González del Castillo, Rafael Cadenas nos ofrece en la maravillosa oportunidad de celebrar su nacimiento, desde la perspectiva de una nueva oportunidad para la vida, la del cada día para la felicidad y en la salud emocional encontrar una razón sin atender a razones para hacer el amor y encontrar allí la trascendencia.
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