¿Cómo hace uno para quedar bien en un espacio social? Por lo general, el estatus suele ser acreditado por la validación que a uno le dan sus amigos, sus conocidos, sus colegas. Mientras más personas puedan hablar positivamente de uno, aumentamos en un ranking invisible, pero no por ello inválido. Sucede lo mismo en el sector profesional o en el académico. Nuestros hitos y méritos hablan por nosotros mismos. Pedro Castillo, como por arte de magia, pretende aumentar su crédito con validación internacional.
Ha llegado la OEA. Esa OEA de Luis Almagro, el delfín de los mandatarios antidemocráticos y socialistas, valga la redundancia. El presidente Castillo, quien a veces parece más bobo de lo que es, ha tomado la llegada del secretario de este organismo internacional como una herramienta para validar su nefasto e indefendible gobierno.
No sé a qué país cree que ha llegado Almagro, pero los elogios con los que ha embadurnado a Castillo son propios de otro país y otro presidente. Otra teoría es que este señor viene de otro universo. Esto último hace más sentido que creer que el máximo representante de la OEA está opinando de manera objetiva sobre la coyuntura política peruana.
Comenzó con la agricultura peruana. Arrancó con el pie izquierdo y no pisó abono porque no hay. “El Perú puede aportar muchísimo y vimos al presidente comprometido con la mejor gestión de la agricultura para que la misma sea una respuesta nacional dentro del Perú, pero también dentro del propio hemisferio”, dijo el uruguayo.
¿Sabe este señor que el gobierno de Castillo ha fracasado rotundamente solucionando la crisis de la urea tan necesaria para la misma agricultura que está alabando? Tal vez sea la ausencia del brillo intelectual lo que le permita congeniar tan bien con el mandatario peruano. Recordemos además que fue embajador uruguayo en China y canciller durante la era de José Mujica. “¿A qué bando pertenecerá este señor?”, me pregunto sarcásticamente.
Recordemos, además, un hecho lamentable, vergonzoso y castillesco. Desde el Minagri, rechazaron una propuesta para abastecer con más de 73.000 toneladas de urea al Perú. La razón es la misma que califica a Castillo y a todo el Poder Ejecutivo: falta de idoneidad para el cargo. Se rechazó la propuesta de GIC en favor de la de MF Gertilizantes porque la proveedora presentó un documento en inglés y el comité evaluador no habla el idioma. El Perú pagó 8 millones de dólares de más. Ese es el presidente humilde, el presidente del pueblo, el presidente austero.
Artículo publicado en El Reporte de Perú