Las artes y ciencias del pueblo chino tienen un origen milenario y desde tiempos muy remotos, los chinos han legado a la humanidad inventos tan importantes, tales como son entre otros: el papel, el dinero en forma de billetes, el ábaco –primer mecanismo computador analógico conocido–, la brújula, la pólvora, los fuegos artificiales, las armas de fuego, el acero, la acupuntura y la imprenta, que varios siglos más tarde, fue perfeccionada por el alemán Johannes Gutenberg, a quien erradamente se le atribuye su invención.
Con el transcurrir del tiempo, los chinos por ser descendientes de grandes constructores del pasado –pues fueron los creadores de la Gran Muralla China– han participado en proyectos de construcción de infraestructura a nivel mundial, muy complejos y de gran envergadura, tal como fue el ferrocarril transcontinental de los Estados Unidos de América, construido en la década de 1860, con el apoyo del presidente Abraham Lincoln, donde miles de obreros chinos participaron en la instalación de las vías férreas, destacándose en la excavación de túneles en la roca viva, para atravesar la cordillera de las montañas rocosas, usando las manos, el pico, la pala y algunos nuevos explosivos de nitroglicerina –que eran muy peligrosos por su gran volatilidad, tal como fue el invento de Alfred Nobel llamado la dinamita– y trabajando en invierno con temperaturas bajo cero, lo que permitió conectar por ferrocarril el Este con el Oeste en ese inmenso país del Norte, siendo este el mayor logro de la ingeniería norteamericana en el siglo XIX y muchos de los chino-americanos que viven en el estado de California actualmente, son descendientes de los obreros de la construcción del ferrocarril transcontinental.
Los trabajadores chinos también participaron en la construcción del ferrocarril interoceánico de Panamá, en un ambiente caluroso e insalubre, con muchos pantanos, humedad, lluvias, plaga de mosquitos, disentería, paludismo y fiebre amarilla, siendo esa obra ferroviaria de gran utilidad para la movilización de personas y el comercio mundial antes, durante y después de la construcción del canal de Panamá a comienzos del siglo XX.
Más recientemente, un gran logro de la ingeniería del pueblo chino, ha sido la construcción de la represa de las tres gargantas en el río Yangtsé –que es el mayor río de la China y del continente asiático– cuya altura es de 185 metros y su longitud de corona es de 2.335 metros, lo que evita las inundaciones aguas abajo del pasado y también suministra una capacidad instalada para producir hidroelectricidad por 22.500 Megavatios, siendo esta instalación la mayor hidroeléctrica del mundo y hasta esta fecha, es la obra de ingeniería más grande en esa nación.
A raíz del fracaso en Colombia de la construcción de la represa de Hidroituango en el departamento de Antioquia, por malas praxis administrativas y de ingeniería, donde se ha represado el rio Cauca –que es el segundo río más grande del país, después del río Magdalena– pero han colapsado los túneles por donde se alimentan las turbinas de generación de electricidad y para corregir el entuerto, se ha procedido a contactar con empresas de ingeniería china, que tuvieron bajo su responsabilidad la construcción de la represa de las tres gargantas y por tanto, tienen la experiencia adecuada para estudiar y resolver ese grave problema de ingeniería hidráulica.
Adicionalmente, existe en la actualidad un proyecto chino de gran envergadura a nivel global, iniciado en el año 2013 por el presidente Xi Jinping, llamado «un cinturón, una ruta» o proyecto del siglo, que emula y supera con creces a la antigua ruta de la seda y que proyecta construir una red de infraestructuras que incluye: autopistas, ferrovías, puertos, aeropuertos y redes de telecomunicaciones, que abarca 70 países, facilitando la movilidad internacional y el libre comercio mundial, siendo el proyecto de infraestructura más grande del mundo a fecha de hoy.
Una empresa pionera en tecnología 5G –comunicaciones móviles de quinta generación– fue la empresa de telecomunicaciones sueca Ericsson, pero junto con esa organización empresarial, la compañía china Huawei ha hecho grandes investigaciones, inversiones y avances en tecnología 5G, técnica que utiliza radiofrecuencias superiores a las de la tecnología 4G –que es la utilizada actualmente para la comunicación por telefonía celular– y con ese aumento de frecuencia de radio y disminución de longitud de onda, se aumentan los anchos de banda y se logran mayores velocidades, menores latencias o tiempos de respuesta, se puede tener mayor cantidad y variedad de dispositivos “inteligentes” conectados remotamente, lo cual hará que haya un cambio muy importante de paradigmas tecnológicos en el corto plazo, que permitirá mayor cantidad de comunicaciones en tiempo real e implantación de la internet de las cosas –IoT–, que facilitará conectar y controlar con el uso de internet: vehículos autónomos, diversos dispositivos de la industria, el comercio y el hogar, como son: sistemas digitales de control, computadores, neveras, cocinas, lavadoras, hornos, cámaras, etc, y así se facilitarán y mejorarán las actividades tanto empresariales como hogareñas del futuro próximo, mediante el uso de la Inteligencia Artificial.
Debido al crecimiento indetenible de China, que se ha convertido actualmente en la fábrica del mundo y en la segunda economía a nivel global, el gobierno de Mr. Trump le declaró una guerra comercial irracional a ese país, en vez de corregir las prácticas heredadas del pasado, de ponerle el palo a la rueda de la economía y el avance de otros países, paradigma que deberá ser cambiado por Mr. Biden, que es un anciano sabio, quien como verdadero estadista, junto a la elegante, inteligente, eficiente y bella vicepresidente de Estados Unidos, Mrs. Harris, deberán apostar por las buenas relaciones internacionales y las prácticas pacíficas de cooperación global, en vez de promover: odios, divisiones, enfrentamientos y belicismos peligrosos y estériles para la humanidad, que no conducen a nada positivo.
Con relación a Venezuela –que es una nación con mayoría de ciudadanos con mentalidad cosmopolita– donde desde los primeros años de la fundación de la República, se aprecia, respeta y apoya al inmigrante, independientemente del país de origen, los inmigrantes chinos que hace algunos años se instalaron en el país, crearon principalmente restaurantes de comida china o abastos, pero en la actualidad esos restaurantes han evolucionado y se han convertido en quincallas, donde se encuentra gran variedad de productos alimenticios secos y otros rubros que van desde artículos de ferretería, hasta llantas y baterías para vehículos, pero lo más interesante es que a raíz de la crisis nacional actual, ha llegado mayor inmigración de inversores chinos al país, que aportan capital con divisas en efectivo y les compran los negocios quebrados a sus dueños anteriores, como son: librerías, abastos, ventas de ropa o de calzado, etc, les pagan en divisas a sus dueños y muy rápidamente remodelan, reacondicionan, surten de diversos productos nacionales e importados los negocios y contratan a personal venezolano, siendo estas acciones en parte, el origen de la gran cantidad de moneda extranjera honesta que circula libremente en el país, lo cual, en mi opinión, es altamente beneficioso para la nación, porque genera empleo con salarios dolarizados, incrementa la oferta de productos con precios más bajos –de acuerdo a la sabiduría comercial china de obtener un mayor beneficio, al vender más cantidad, pero con menor precio–, disminuye los monopolios y los oligopolios, puesto que otros ciudadanos nacionales y extranjeros también se animan a invertir sus divisas en el país, haciendo crecer la economía, en vez de enviarlas al exterior, para que sean robadas por delincuentes financieros internacionales, tal como ocurría en el pasado con el dinero de: gente honesta y también de corruptos o especuladores, que saquearon la nación y algunos de ellos huyeron, aunque todos los ciudadanos fueron colocados en el mismo saco y varios de ellos resultaron estafados por vividores, con la justificación y la excusa de los bloqueos a Venezuela.
Reflexión final: en opinión de algunos expertos, para reconstruir la nación es necesario pedir créditos a organismos internacionales como son el FMI, el Banco Mundial o el BID, pero en mi opinión y teniendo en cuenta la existencia de tantos pillos y especuladores, que quieran disponer del dinero de los préstamos a la República sin realizar ninguna obra, es preferible apostar por la inversión directa de empresas que aporten su propio capital –que por cierto es muy abundante actualmente– y preferiblemente invitar a participar en licitación como concesionarias, a empresas serias que traigan su: know-how, tecnología, capacidad administrativa y capacidad empresarial, donde para el caso de las telefónicas, para migrar de 4G a la tecnología 5G, se podrían invitar –solo citar a dos de las mencionadas en este artículo, que son pioneras en 5G– a Ericsson o Huawei, sin que esto implique que no puedan participar otras empresas de telecomunicaciones reconocidas a nivel mundial, que estén interesadas en estos proyectos de inversión.