Las palabras proferidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su discurso sobre el Estado de la Unión y la presencia del diputado a la Asamblea Nacional Juan Guaidó, reconocido por un sector de la opinión pública nacional y unas 60 naciones que incluyen casi todas las naciones industrializadas, con importantes excepciones como China y Rusia, como presidente interino de Venezuela, son de una importancia histórica capital, pues permiten marcar un hito en el desenlace de esta crisis política, cualquiera sea el final que se presente.
En primer lugar, se demostró en pleno acto que existe una comunión de intereses entre la clase política estadounidense (Partido Demócrata y Partido Republicano) de apoyar el movimiento político de Juan Guaidó para defenestrar a Nicolás Maduro del poder político en Venezuela, por razones variopintas que cada quien pueda asumir, entre las que podríamos destacar las siguientes:
- Razones de orden ideológico: de manera análoga a las cruzadas de la Edad Media y las cacerías de brujas de la Edad Moderna, algunos consideran que este es el momento final para acabar con los movimientos anticapitalistas, socialistas-marxistas y antiglobalización, que hallan en Caracas su capital terrenal y sus cuarteles de organización y financiamiento a través del grupo de Sao Paulo.
- Razones de orden geopolítico: otros políticos y militares estadounidenses, piensan en cambio en la irrupción de países como China, Rusia, Irán o Turquía, que han organizado sus redes de influencia política, militar y de inteligencia en América Latina con el apoyo explícito de Caracas, lo que indudablemente genera un malestar permanente y un desafío a la seguridad nacional estadounidense, que debe ser afrontada y eliminada según la opinión de cada grupo de senadores y representantes, que tradicionalmente se dividen en “halcones y palomos”, según su preferencia para resolver los problemas con el uso de la violencia como herramienta política.
- Razones de orden crematístico: es simplemente por razones de orden financiera, tal como lo definió Tales de Mileto (arte de hacer dinero). En este sentido debemos recordar que en la Conferencia de Lima del año 2019 se definieron una veintena de macroproyectos de infraestructura por valor de más de 60.000 millones de dólares para la reconstrucción de Venezuela, que sumados a los anuncios de la agencia Bloomberg de una privatización de Pdvsa entre Repsol (Reino de España), Rosneft (Federación de Rusia) y ENI (República Italiana), que debe haber generado alguna molestia entre las petroleras estadounidenses como Exxon, Conoco-Phillips y Chevron-Mobil, que no suelen tomar a bien estos desafíos, genera una atmosfera de tensión que sumado a lo que implica un movimiento de capitales y proyectos de centenares de miles de millones de dólares, el más grande desde la reconstrucción de Irak, encabezado por la empresa Halliburton del vicepresidente Dick Chenney, entre otras, quedando demás decir que la privatización del sector petrolero llevaría inevitablemente a la privatización de las centenares de empresas, fundaciones e instituciones públicas, lo que también sería una “ganga” irresistible para muchas multinacionales estadounidenses que no desean ver dichos activos en manos privadas europeas o asiáticas, conllevan a la conclusión de que la clase empresarial estadounidense se ha anotado a la causa de enfrentar a Maduro.
- Razones de orden espiritual: al finalizar su intervención el presidente Trump señaló que solo la libertad podría unificar al alma de los venezolanos, en su narrativa tradicional de presentar en términos religiosos (Bien contra el Mal) las diferencias entre democracia liberal y lo que ellos llaman socialismo que lo identifican como expresión autoritaria, expresando tácitamente: Socialism destroys nations. But always remember: Freedom unifies the soul. Ahora bien, es importante recordar que en términos jeffersonianos, muy típicos del pensamiento político estadounidense, la libertad se busca con todos los medios necesarios para su obtención, de allí la famosa expresión de que “El árbol de la libertad se riega con la sangre de patriotas y tiranos», por lo cual podemos concluir que estamos en medio de una batalla en la que la clase dirigente estadounidense se ha unido a la causa de Juan Guaidó por razones metafísicas, geopolíticas, financieras y hasta políticas de corte personal, que en el caso del senador Marco Rubio de Florida lo podrían terminar llevando a la gobernación de su estado y a una candidatura presidencial en 2028.
En segundo lugar, demuestra las verdaderas razones de por qué los presidentes de las grandes potencias de Europa como Francia, Alemania o el Reino Unido, están apoyando decididamente a Juan Guaidó, entendiendo que hay una decisión de Estado de cambiar al gobierno de Nicolás Maduro por parte del gobierno de Trump por los medios que sean necesarios. Solamente Pedro Sánchez en España no ha podido participar en esta acometida, por las presiones internas de su coalición política y miembros radicales del ala política del PSOE que siguen a Zapatero en su política de mediación en Venezuela. Es importante señalar que el derecho de palabra de Juan Guaidó en Davos (Suiza) ante la élite empresarial económica mundial es una demostración de que tiene el apoyo de dichas corporaciones, debido al apoyo estadounidense o también al temor a enfrentarse a la administración Trump, por lo cual estamos en una encrucijada comercial y financiera, en la que el bloqueo o embargo comercial o financiero puede llegar a ser casi total, como se demostró hace pocos días con la decisión de Trinidad y Tobago de romper los acuerdos gasíferos con Pdvsa ante las amenazas de las sanciones estadounidenses.
En tercer lugar colocan entre la espada y la pared a los mercenarios y oportunistas, especialmente contratistas y proveedores que se han lucrado con este gobierno y que ahora están en verdadero peligro de ser declarados enemigos globales de la democracia, la libertad, la justicia y cualquier otra cosa que se le ocurra a las autoridades estadounidenses para calificar a sus enemigos desde violadores de los derechos humanos hasta narcoterroristas, por ello, en los días por venir es que vamos a saber realmente que empresarios, diputados, alcaldes, gobernadores, ministros y “x” categoría de funcionario va a seguir acompañando a Nicolás Maduro sin importar el final.
En cuarto lugar, se abre una discusión acelerada en la Fuerza Armada Nacional y en los propios partidos políticos del Polo Patriótico sobre la respuesta política muy cuidadosa al desafío de Trump que cierra toda discusión sobre la hipótesis de que las amenazas estadounidenses sean un “bluff”, por lo cual la necesidad de prepararse para una guerra total contra Estados Unidos, Colombia, Brasil y demás países que apoyan a Guaidó ha dejado de ser una fantasía de los radicales para convertirse en una inquietante realidad que deben afrontar los líderes políticos y militares oficialistas, así como el resto de los 30 millones de venezolanos que estamos a las puertas de una probable intervención militar. En un país tan arruinado económicamente y con carencias fundamentales en materia de servicios públicos, esta demás decir que dicho conflicto militar sería muy desigual y por ello, la importancia de evitarlo a través del uso de la diplomacia.
Concluyo finalizando que si en un lapso breve no se realiza un diálogo descarnado, que satisfaga los estándares estadounidenses de elecciones presidenciales y parlamentarias, la conducta actual de la dirigencia política del PSUV les puede llevar a la pérdida de todo lo realizado desde 1999 por la vía de la violencia bélica foránea.
Espero que quien lea este artículo y conozca a la dirigencia nacional, aleccione a la clase política gobernante sobre las los hechos históricos de cómo terminaron los partidos políticos predominantes en Irak, entre otros ejemplos…
Aún hay tiempo para el diálogo.