Suelo dedicar este espacio de opinión para abordar temas nacionales e incluso internacionales con implicaciones en nuestro país; sin embargo, en esta ocasión me tomaré la oportunidad para hablar sobre la difícil situación que se vive en el estado Anzoátegui.
El estado Anzoátegui está padeciendo uno de los peores gobiernos regionales de todo el país; el fracaso de Luis José Marcano es evidente y nadie puede ocultarlo.
A pesar del esfuerzo de maquillar la gestión con shows musicales, de tapar con pintura y esmalte barato todas las deficiencias, la realidad es que el estado Anzoátegui padece un deterioro gigantesco y cada vez más grave.
Anzoátegui ha tenido una cadena de malos gobiernos ininterrumpidos que han dejado una estela de desolación, destrucción y abandono que se palpa en todos los sentidos. Y la actual administración no es la excepción.
El señor Marcano, quien es uno de los favoritos de Maduro, no da pie con bola, en otras palabras, no pega una. Su gestión ha sido de puros pañitos calientes y puras suturas superficiales, mientras tanto la entidad se derrumba.
Por ejemplo, los fenómenos naturales han provocado varios hechos lamentables. Zonas totalmente anegadas, familias damnificadas y angustia entre muchísimos anzoatiguenses, y la respuesta del gobierno regional ha sido muchos posts de Instagram, muchas fotos y poca efectividad.
Y esto es sumamente preocupante, pues la tormenta tropical 47 podría complicar aún más la situación de damnificados en gran parte de la zona oeste del estado.
Comunidades enteras, asentamientos indígenas están en zozobra, y la respuesta del gobierno regional ha sido, cuando poco, fría y poco realista. Lo cual dice mucho de la capacidad de trabajo y la vocación de quienes ocupan ese espacio de poder estadal.
Además, la gravedad de las consecuencias de las lluvias se debió, en gran parte, al deterioro de todos los sistemas de drenajes, al estado obsoleto de los mecanismos de prevención y la incapacidad de respuesta de las estructuras de atención de riesgos, pues los equipos de Protección Civil y Bomberos están desatendidos desde hace demasiado tiempo.
Otro ejemplo es lo que ocurre con los residentes de Barcelona, Píritu, Lechería, y otras zonas de la entidad, quienes hace unos días tomaron las calles y carreteras para protestar por la falta de agua potable.
Ante todo estas situaciones la Gobernación de Anzoátegui hace silencio, oculta su rostro como el avestruz y trata de ignorar todas las necesidades que existe en la entidad.
Es por todo ello que la gestión de Marcano es igual de mala que sus antecesores y es una gestión sin brillo, sin luces y sin dirección.
Así de simple.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.
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