A principios de diciembre de 1944 Alemania estaba claramente vencida, pero el sueño de finalizar la guerra para Navidad no fue posible. En esos días de otoño donde la esperanza navideña rodeaba el ambiente, Adolf Hitler preparaban su última ofensiva ¡paradójicamente contra el Frente Occidental! Muy niño conocí de ella gracias a la película Battle of the Bulge (Ken Annakin, 1965), que comentamos en anteriores artículos al referirnos a los panzer; pero posteriormente vi dos perspectivas distintas sobre los hechos en: Saints and soldiers (Ryan Little, 2003) sobre una pequeña tregua de Navidad en su contexto (a ella le dedicaremos nuestro artículo más cercano a Noche Buena) y el episodio 6 “Bastogne” de la magnífica serie Band of brothers (2001). Nuestra entrega de la semana que viene tratará de la Batalla de las Ardenas, y hoy queremos ofrecerles el contexto general de la misma y el estado de la guerra en los diferentes frentes, los cuales no revisamos desde hace tiempo por las razones que de inmediato explicaremos.
El proyecto que venimos desarrollando en esta columna: publicar semanalmente un artículo sobre la relación historiografía y cine a medida que se va cumpliendo el 80 aniversario de la Segunda Guerra Mundial ha tenido algunos cambios en los dos últimos meses. Lo primero es la participación a partir del año que viene en el proyecto de investigación liderado por el profesor y arquitecto Rafael Páez: “Innovaciones tecnológicas en ingeniería y arquitectura del período nazi (1933-1945). Un análisis retro-prospectivo para la comprensión del caso venezolano”, por lo que al menos un artículo mensual será dedicado a dicho tema. Lo segundo es la amable entrevista de dos horas que me hicieron los estudiantes (José Romero y Santiago Moree) de Comunicación Social de la Universidad Monteávila que ha estado saliendo en breves reels en su espacio de Instagram (@polistoricos) y que yo replico en el mío (@profeballa), pero que está completa en su canal homónimo de youtube. Fue una grata experiencia que explora las dudas que tienen las nuevas generaciones en relación al tema. Considero que es una experiencia que debo usar para llevar a cabo algo parecido en mi cuenta de Instagram. Y por último, la imposibilidad que he tenido durante los meses de octubre y noviembre de publicar semanalmente debido a las exigencias que he tenido como docente de bachillerato. Mis alumnos más jóvenes han sido y son mi prioridad en este momento y en el futuro inmediato. Esta experiencia me ha hecho tomar algunas decisiones que espero, con el favor de Dios, realizar en el 2025. En dicho año se cumple el 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial (mayo y septiembre), pero seguiré revisando las consecuencias del gran conflicto hasta diciembre; y luego soñamos con iniciar un proyecto más ambicioso: seguir con este tema pero de cara al centenario dedicándonos a sus antecedentes desde el 2026.
El fracaso de la operación Market Garden (del 17 al 25 de septiembre de 1944) no significó un estancamiento en la guerra pero sí la imposibilidad de superar rápidamente el principal obstáculo natural para entrar al corazón de Alemania: el río Rin. La estrategia británica para terminar de vencer al Tercer Reich fue abandonada, y se asumió la estadounidense de un avance uniforme por todo el frente. La logística desde principios de diciembre ya no sería un problema gracias a la consolidación del control del puerto de Amberes en Bélgica, consolidación que se logró con la costosa Batalla del Estuardo de Escalda (del 2 de octubre al 8 de noviembre) y que desde el 2020 tiene una película holandesa que muestra el sacrificio canadiense: De Slag om de Schelde/ La batalla olvidada (Matthijs van Heijningen Jr. & Paula van der Oest) que se puede ver por Netflix. En ese mes de septiembre al oeste de la ciudad de Carlomagno: Aquisgrán, los ejércitos estadounidenses se estacionaron y prepararon su captura la cual sería una larga batalla que duraría todo el mes de octubre y con un costo material de más del 80 % de sus edificios destruidos (milagrosamente se salvó su catedral medieval donde está enterrado Carlomagno) y 5 mil bajas por cada bando. Fue la primera ciudad alemana del oeste en caer en manos Aliadas, y después de ella venía la fortificada Línea Sigfrido. En el suroeste el Tercer Ejército del general George Patton avanzaba hacia el límite franco-alemán.
En el frente oriental se estancó en el centro desde agosto justo a las puertas de Varsovia, y los soviéticos no reanudarían su avance hasta enero de 1945 cuando habían acumulado fuerzas diez veces mayores que los alemanes. En este tiempo avanzó en el norte frente a Finlandia y en el sur ante Rumanía las cuales firmaron armisticios. Rumanía sufría constantes bombarderos desde 1944 gracias al avance angloestadounidense en Italia, lo cual les permitía tener bases para sus bombarderos. Rumanía era un abastecedor de materias primas para Alemania, en especial petróleo y cereales, por esta razón los Aliados se propusieron sacarla de la guerra. Los soviéticos comenzaron su conquista a partir de abril, pero solo será en agosto cuando realizan rápidos avances y el Sexto Ejército de la Wehrmacht vuelve a ser sitiada en su historia y terminará desapareciendo. Rumanía cambiará de bando de inmediato gracias a un golpe de Estado el 23 de agosto, Hitler ordenó el contrataque y hacerse fuertes en los campos petroleros de Ploesti pero para finales de mes todo había terminado y el Reich se replegaba a Hungría quedándose sin combustible para toda su maquinaria de guerra. La Unión Soviética seguiría su avance en los Balcanes para tener el control de la región antes de la rendición de Hitler, pero en Hungría se daría una de las mayores resistencias germanas de la guerra. En el frente italiano después de la conquista de Roma por los Aliados el 4 de junio de 1944 fueron retrocediendo de manera ordenada en una serie de líneas defensivas hasta intentar hacerse fuertes en la llamada Línea Gótica en donde los Apeninos cruzan casi toda la península a lo ancho y acá resistieron desde junio hasta prácticamente el fin de la guerra.
En el frente del Pacífico el protagonismo lo tuvo la Batalla del Golfo de Leyte (del 23 al 26 de octubre) iniciando la larga campaña de liberación de Filipinas que duraría hasta agosto de 1945 por la gran cantidad de islas que conforman el país. La consecuencia fue que con el control de los mares en torno a Filipinas, Japón ya no podía abastecerse de combustible y su máquina de guerra al igual que la alemana quedaría practicamente paralizada. A finales de noviembre desde las Marianas comenzarán a salir los bombarderos B-29 que destruirán las ciudades e industrias del Japón en los próximos meses. El final estaba más cerca que nunca, pero la resistencia nipona se hacía cada día más fanática lo cual representaba un alto costo humano. Todo este contexto hace de la contraofensiva alemana en las Ardenas algo totalmente absurdo, pero será la semana que viene cuando responderemos todos estos interrogantes.
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