Si usted se siente incómodo o avergonzado por alguna parte de su cuerpo, es crucial abordar el tema abiertamente con su pareja. La confianza es fundamental para superar cualquier complejo que genere vergüenza. En el amor y en la vida, la comunicación honesta es clave para construir una relación sólida y saludable.
¿Tiene algún complejo?
Un complejo es algo que a usted le da vergüenza, no quiere hacer, le parece malo o le va a hacer daño. “No quiero que me vea las piernas porque están muy flacas o tengo mucha celulitis” o “no quiero que me vean desnudo porque esta parte es muy pequeña”, son cosas que se pueden dar habitualmente.
Sin embargo, cuando usted se casa con una persona, es muy difícil pasarse la vida sin ambos verse completamente el cuerpo. Esa persona duerme con usted, y a la larga todas sus mañas van a salir. Entonces, ¿cómo vamos a trabajarlo?
Hay que hablar de los complejos. Si el suyo es tan grande que quiere cambiarlo, por ejemplo, a través de una operación o lo que sea, su pareja lo tiene que saber. Su pareja debe ser el mejor amigo que usted pueda tener. Si no es su mejor amigo y su mejor amante, ¿de qué hablamos entonces?
Debemos abrirnos lentamente. Usted conoce a un hombre, sale con él, se casa a los seis meses, ¿y le cuenta todas sus intimidades desde que nació? No. Hay cosas que no tiene que contárselas a su marido. ¿Para qué? ¿Para crearle celos sobre los novios que tuvo o las caricias que le hicieron a los veinte años? ¿Qué es eso? Estas cosas no se comparten con los maridos, ni con las mujeres.
Aparte de ello, me parece muy bien que usted hable de las cuestiones que lo acomplejan, no le gustan o le hacen daño. ¿Sabe usted si el/la que ha tenido al lado durante años está sufriendo por algo? ¿Y a si su pareja lo que más le gusta es lo que usted considera un complejo?