Cuando observamos el acontecer nacional nos encontramos con que los actores que emiten distintos pronunciamientos sobre los temas a ser debatidos, expresan sus puntos de vista de acuerdo con la interpretación que den a lo tratado. Lo podemos observar en las notas de prensa, artículos de opinión o entrevistas realizadas. Podemos clasificar a las distintas vocerías entre analíticos y activos.
Consideramos analíticos a los que expresan sus puntos de vista en cualquier tema de interés nacional, donde ellos lo consideren como prioritario para captar la opinión pública o que resulte conveniente para la institución a la cual pertenecen. Buena parte de la dirigencia política se ubica en esta tendencia. Se observa en la multiplicidad de opiniones expresadas sin que se logre coincidencia en la gran mayoría de las mismas. Destacándose las posiciones encontradas, resaltando las profundas diferencias existentes entre los que ejercen la actividad política nacional, haciéndose los desentendidos de las consecuencias qué causan esas diferencias en la población.
Se consideran activos los que logran sostener una matriz de opinión a su conveniencia, observándose cómo la vocería oficial establece esta estrategia en los distintos temas de interés nacional no solo político, sino también en lo social y económico. Tratando de sostener el positivismo en los distintos temas prioritarios del acontecer nacional, que demuestren logros o soluciones a las exigencias de los distintos sectores de la vida nacional que reclaman o solicitan respuesta a las limitaciones que los afecten. Una estrategia que funciona pero no resuelve las crecientes necesidades de la gente.
Los que todos parecen ignorar es las complejidades que afectan el acontecer nacional, especialmente a las familias donde más de la mitad de ellas tienen ingresos totales por debajo de los 200 dólares al mes y no perciben remesas de familiares en el exterior, encontrándose con una canasta alimentaría cuyo valor se acerca a los 500 dólares al mes y la cesta básica sobre los 800 dólares. Los efectos en su calidad de vida con sus consecuencias en el consumo principalmente de los alimentos básicos está a la vista.