Mi amiga Mari Santana me cuenta en el show dranancy.com que lo que está de «moda» es tener relaciones con un «amigo», al que se le cuenta todo y con el que hay sexo cuando ambos tienen ganas. Pero esa persona no es su pareja, es su «amigo».
La doctora Cecilia Banchero nos comenta que, en una charla vista por miles de personas, una muchacha española, de solo 22 años, dijo que acostarse con alguien —estando borracha— y tener sexo es mucho más fácil que tomarse un café y conversar.
Esto nos habla de la hipersexualizacion del mundo, de huir de la intimidad, el vínculo y el compromiso. Es el terror a pertenecer, lo que nos confirma los dos grandes temores que sufren las personas con infancias traumáticas: miedo a estar cerca y miedo a estar lejos.
Estas personas viven sus relaciones sin ningún compromiso ni apego. De hecho, pueden estar casados con otro y siguen en esa doble relación con el esposo y el amigo con derecho.
Consideran esto natural, y además se olvidan de que un amigo es un amigo, un amante es un amante, y la diferencia real entre ser amigo y pareja es que los amigos no tienen sexo, y la pareja sí.
Y yo pregunto: ¿natural? ¿Natural engañar a tu pareja? ¿Perder tiempo, que es lo único que no recuperamos en la vida? ¿Natural jugar con los seres humanos y sus sentimientos?
No soy desfasada ni poco moderna. Ser moderno y libre no es igual a vivir en libertinaje. La definición de una relación amorosa está bien clara: un espacio de comunicación y sentimientos, basada en el compromiso, la confianza, la reciprocidad (dar y recibir) y en la intimidad.
Las personas que mencionamos al principio no se aman a sí mismas, ni se respetan. Son irresponsables, en tiempos en que el VIH está de nuevo desbordado. Las infecciones de transmisión sexual, el covid-19, el herpes genital y otras, son una triste y peligrosa realidad.
Nadie tiene sexo de fuegos artificiales si no hay un vínculo de afecto, sin un apego sano y seguro. Están confundiendo sexualización con amor. Si quieren eso, que compren un vibrador, que estimula el clítoris como nada, pero no besa, no abraza ni te hace crecer.
Es preocupante lo que está pasando. Esta conducta solo habla de seres sumamente angustiados, con serios vacíos emocionales, adictos al sexo, que viven en una gran soledad. Han sufrido abandono, abusos de todo tipo, no están preparados para amar y necesitan ayuda.
Ser amigos con derecho es una irresponsabilidad. Si te amas a ti mismo, no permites que nadie juegue contigo.