OPINIÓN

Alzar la voz contra la mentira 

por Julio César Arreaza Julio César Arreaza

Nos rebelamos contra los secuestradores de la política de cualquier lado, que se mueven bajo el signo de la banalidad, la superficialidad y la corrupción; contra los candidatos que no están vinculados con la gente, que perdieron hace rato la representación política. Este es el desafío de la elección planteada: dotarnos genuinamente de una nueva dirección con coraje y principios republicanos, romper con las desviaciones del G4 y jamás reforzar ese orden. Deslastrarnos de la mentira que ha pululado dentro del ecosistema criminal que alguna representación vacía pretende reeditar, reproduciendo sus valores y siendo cómplice, regándolo para que se haga invencible. Son los virreyes del decir y no hacer.  Esto sería un fraude anticipado. No podemos lavar esa etapa improductiva y fallida del elenco del fracaso, no hay vínculo emocional con ese chiquero. No vamos a consentir en la entrega del país y nuestros valores y principios, y mucho menos dejar atrás el cuestionamiento por el origen y uso del dinero.

Qué vergüenza dan los que pervirtieron al partido Acción Democrática -hoy usurpado- al que por su trayectoria histórica he estado identificado y vinculado, bajo la inspiración de sus fundadores y logros democráticos. Los verdaderos adecos tenemos una conducta digna y patriótica. Y observamos con escrúpulo la moralidad administrativa que predicó y practicó nuestro líder fundamental Rómulo Betancourt. El punto de quiebre fue cuando los 5 gobernadores se juramentaron ante la ANC espuria. Totalmente contrario a los valores republicanos observados en su actuación pública por Rómulo Gallegos. Eso fue lo que sentí cuando miré el video de un patético “rondador” entrevistado por Vladimir Villegas, quien se prodigó en loas sobre el criminal de Alex Saab, quien vendiera alimentos con sobreprecio y en mal estado. La AD de hoy representa lo contrario de lo que fue. Fuimos los más radicales contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Ahí queda el martirologio adeco y el testimonio de Guasina. La cohabitación rastrera es contraria al ser adeco. Señalamos también con asco moral el hecho de que el gobierno de Pedro Sánchez otorgue a los herederos políticos de una banda terrorista la capacidad de humillar a las que fueron sus víctimas, a cambio de su apoyo para mantenerse doce meses más en el poder, es simplemente inmoral.

Los ciudadanos desean una nueva dirección ante la escasez de acciones políticas hacia el bien común. Con el claro objetivo de vivir en libertad, respeto y tener proyectos de vida dignos. No hay economía al margen de los valores de la gente, por eso hay que enfocarse en el reforzamiento de los valores familiares. Que se propicie la prosperidad del reencuentro con los familiares idos. Superar mediante el efectivo sistema republicano la marca hecha en socialismo con su racimo de fracasos y miserias, recordamos el año en que nos salvaron los mangos.

Refundar la política sobre otros ideales. Reencontrarnos con el país de la llegada. Nos corresponde superar a ese liderazgo vencido. No es el qué sino el cómo y el con quién, romper el orden y no reforzarlo con los funcionales del sistema. Queremos buscar la validez de la representación política. La democracia es una forma de ser y estar en el mundo. No puede ser un monumento al fracaso desconectado con el interés del ciudadano.

¡Libertad para Javier Tarazona y Emilio Negrín! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!