OPINIÓN

Alquimia y emprendimiento, fórmula secreta de siglos

por Rafael Egáñez Anderson Rafael Egáñez Anderson

¡Hagamos catarsis! Para Carl Jung, la alquimia era un proceso de transformación en nosotros para transformar lo que no deseamos transformar; en la historia de los últimos siglos, y de manera codificada, los libros de alquimia explican cómo llevar a cabo la transformación del plomo denso en el oro brillante, metáfora que rige el marco teórico de la conceptualización llevada por Jung.

Podemos definir a la  alquimia como la práctica antigua enfocada en la transformación de la materia en algo valioso y útil.

En términos empresariales, la alquimia puede ser una metáfora útil para emprender un negocio exitoso.

Al igual que los alquimistas buscaban transformar metales en oro, los emprendedores buscan transformar una idea o producto en algo de valor para sus clientes y para su propio negocio.

Con el uso de las artes alquímicas y con el alquimista adecuado, cualquier empresario puede dar un giro único a su empresa, apartándose de su zona de confort para poder exprimir al máximo las ideas de cambio de eso que desea y sabe debe cambiar pero no lo hace.

La alquimia partía desde un proceso de “transformación” profundo y se enfocaba en la transformación de la materia en algo de valor. En los negocios, los emprendedores también buscan transformar una idea en un producto o servicio de valor para sus clientes.

A través el uso de la “experimentación” los alquimistas experimentaban con diferentes combinaciones de ingredientes para crear algo valioso. De manera similar, los emprendedores deben experimentar con diferentes estrategias y enfoques para crear un negocio exitoso.

La “paciencia” de los alquimistas era conocida y ellos sabían que la transformación de la materia en algo valioso podía tomar mucho tiempo y esfuerzo.

Los emprendedores también deben saber que su proyecto posible requiere de paciencia y dedicación en el tiempo para poder disfrutar de los frutos que solo se alcanzan con el éxito meritorio del esfuerzo en el tiempo.

El emprendedor debe transformarse para poder llevar a cabo tareas que le permitirán tener éxito y esforzarse por fortalecer acciones que lo lleven entre otras actividades a (1) Aprender a trabajar en equipo, (2) Adaptarse al cambio, (3) Aprender de los demás, (4) Mantener una perspectiva equilibrada y sana ante todo evento posible.

Ser un joven emprendedor puede ser emocionante y desafiante, pero también puede ser estresante y agotador.

Si tu ego te hace centrarte demasiado en tus propias necesidades y metas, es posible que pierdas de vista la perspectiva más amplia de tu negocio y de la comunidad en la que operas.

Al transformar tu ego, puedes mantener una perspectiva equilibrada y centrarte en lo que es mejor para tu negocio y para los demás. La alquimia es tu herramienta diferenciadora, tu arma para transformar eso que realmente quieres dentro de ti y que se demuestre afuera a través de tus propios éxitos!