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May 2, 2025


Alma libre

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 Castillo en los Pirineos 1959. René Magritte

 

Si uno agarra un limón de la mata, lo lava y lo pica cuidadosamente, la boca se va haciendo agua de inmediato. Como probablemente se le ha hecho agua la suya con apenas leer estas primeras líneas. Es una prueba contundente de cómo sí es posible y sí es cierto que la mente lleve al cuerpo y no que el cuerpo se va solo, como suelen creer algunos todavía. O sea, yo lo conduzco; cada cual conduce el suyo. Es decir que soy capaz de generar procesos dentro y fuera de mi; que somos capaces de concebir procesos y resultados conscientes adentro y afuera… lo del limón es apenas un ejemplo, una muestra.

Ha empezado a sonar una radio. Cantan a dúo maravilloso e inolvidable en esa canción Don Alfredo Sánchez Luna y Don Bartolomé Moré, junto a una orquesta sinfónica magnífica con los arreglos del maestro venezolano Aldemaro Romero. Sí, en 1955, Alfredo Sadel y Benny Moré grabaron juntos «Alma libre», un bolero compuesto por el músico cubano Juan Bruno Tarraza ¡Un temazo! La sola letra es una belleza:

Igual que un mago de oriente,

con poder y ciencia rara,

logré romper la cadena

que sin piedad me ataba.

Saltó en mil pedazos como fina copa,

lo triste de mi vida se volvió feliz.

Logré que si el amor de mí se olvidaba

igual tampoco yo ni me acordaba.

Perfume de alegrías tiene mi alma viva,

sin penas ni rencores hoy podré vivir.

Si me quieren sé querer,

si me olvidan sé olvidar,

porque tengo el alma libre

para amar… 

Hay noches en las que el país duele más que otros días. Aquel guayabo que cargamos se acentúa, se vuelve pasón y se oscurece hasta el mediodía. Una mezcla de tristeza y amargura nos copa, nos plena el gusto cierto sabor a tristura. Entonces es cuando suceden milagros y ocurre que alguien prende una radio y se escucha un bolero como Alma Libre que nos restituye, nos estimula y nos hace seguir como cuando se oye la voz femenina de una mujer amada susurrando al pie del balcón de la oreja. Eso que se escucha es una voz que ya llevabas adentro y de la que no te acordabas y por eso la resonancia es mayor y es movilizadora. Entonces aquella restauración te pone enérgico como quedas después de haber manejado varios kilómetros en la bicicleta o como cuando le huiste a la guardia después de aquel carrerón en el que llevabas a la novia tomada de la mano y del que se salvaron de vainita. Después, cuando recuperaron el aliento e hicieron balance, de nuevo llegaron aquellos pensamientos… Pero ¡¿Por qué tenemos que estar corriéndole a estos mequetrefes?! ¡¿Qué derecho tienen, esos señores como uno, de hacernos correr así?!  ¡Ah, sí, gran vaina, qué valientes, claro como llevan ese pistolón! Llegan entonces en tropel aquellos pensamientos en los que todo el mundo anda metiéndole cabeza desde hace mucho rato… Llega de nuevo aquel pensamiento de corte terminal, de final definitivo, de acabar con los rastreros y sus atrocidades de una buena vez y para siempre… Lo siento, es asi.

Sí, me gusta pensarlo y lo pienso mucho. Lo pienso bastante. Lo pienso tanto como usted. Es verdad que no lo digo, es cierto que ya no lo decimos, pero cierto es también que lo pienso hasta cuando estoy dormido. Lo pensamos hasta cuando estamos dormidos. Bueno, ahí ya ni se le piensa; ahí ya yo no lo pienso. Llegado a ese punto puedo mirar después cómo ese pensamiento hizo cuerpo y me ha dispensado imágenes elocuentes de eso que pensaba. Me maravilla saber que muchos piensen lo mismo. Bueno, muy similarmente, nunca es lo mismo y nunca igual, pero sí, es común. Y lo pienso, sí, y no lo digo porque allá adentro soy libre; porque la vastedad de mi pensamiento hace que lo que piense sea libre; porque la enormidad de mi pensamiento hace que en lo que piense sea enormemente libre; que al pensarlo restituya mi alma libre… Ese es mi espacio de libertad. Sé que todas y todos pensamos lo mismo o parecido… Me pregunto si será posible que se vuelva entonces en un asunto de percepción extrasensorial, un fenómeno de telepatía para el que bastaría con afinar mejor… ¿y si nos escucháramos más?…  igual que un mago de oriente con poder y ciencia rara…

…Logré romper la cadena que sin piedad me ataba… Dolor sobre dolor, el villorrio completo había logrado sobreponerse. Ahora, a ese prodigio le llaman resiliencia. En todo caso, los habitantes del villorrio, efectivamente, habían logrado sobreponerse al punto de que habían alcanzado, sí, sin aviso ni protesto, sin ponerse de acuerdo, la posibilidad infinita e imparable de ejecutar juntos unas cuantas acciones colectivas como hacer limonadas con los limones, como hacer llover, como arroparse todos con una misma cobija y hacerse invisibles, como desplegar la telepatía a cortas y a grandes distancias, así como la levitación de objetos, la gravitación de las personas y la ingravidez absoluta por voluntad propia cuando fuese necesario.

De allí pudieron convertirse en ciudadanía boyante, en ciudad flotante, en país hinchado y nebuloso, en república que con todo su peso flotaba en al aire. Una vez arriba, suspendidos en el firmamento, los rastreros abajo corrían despavoridos de un lado a otro sin saber cómo intervenir, cómo atacar, como hacerles correr y, en el momento más inesperado, la ciudad flotante, el país y la república les cayeron encima y les aplastaron fatalmente… Saltó en mil pedazos como fina copa, lo triste de mi vida se volvió feliz.

Esa nueva y vaporosa condición que les había dispuesto a elevarse y a volar por encima de la insania y el malandraje excesivo impuestos desde arriba en los conciliábulos cada vez más desprovistos de la cúpula del régimen, les convirtió en civilización distinta, en sociedad diferente, renovada, tenían el alma libre para amar

Perfume de alegrías tiene mi alma viva, sin penas ni rencores hoy podré vivir.

Premier, Minestrone, disculpe, pero ¿de qué se ríe? ¿por qué suda tan copiosamente y le sube el pecho tan rápidamente cada que vez que toma aire? ¿por qué lleva tantas noches sin poder dormir? ¿de dónde le viene ese insomnio que ha perdido el sueño? ¿por qué mira para los lados como un tic nervioso? ¿por qué usted se muerde tanto la lengua?

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