OPINIÓN

Aliados y enemigos de Estados Unidos en la oposición venezolana. (Parte I) 

por Daniel Arias Alfonzo Daniel Arias Alfonzo

La polémica surgida en redes sociales y en algunos medios notorios sobre la capacidad de James Story de fijar posición sobre la situación o no de la oposición en Venezuela, merece una discusión pública y descarnada, ya que no se trata de seguidores revolucionarios y antiimperialistas de la línea política de Nicolás Maduro, sino de personas que durante mucho tiempo se han acobijado de las políticas estadounidenses y ahora cuando no coinciden en sus puntos de vista, tienden a asumir posiciones “críticas y nacionalistas ”, que parecen propias del Partido Comunista cubano o del gobierno de Corea del Norte.

Comienzo de la polémica  

La tragedia comienza cuando María Corina Machado desconoce abiertamente el liderazgo internacional de Juan Guaidó y apela al argumento único de la intervención militar (que solo puede surgir de la voluntad y capacidad del gobierno estadounidense), obligando al gobierno de Trump a fijar posición contundente a través de su embajador especial James Story y su operador político encargado Elliot Abrams, que descalificaron toda posición que no acepte a Juan Guaidó como cabeza de la coalición de más de 60 países, de los cuales al menos 30 están en una línea dura, de medidas más agresivas.

Anecdóticas quedaron las declaraciones escritas en Twitter y Whatsapps de ciertos opinadores, de que Story actuaba por cuenta propia y era un funcionario de tercera categoría, ya que no entienden que solo existe una sola línea política  después de tanto tiempo sobre Venezuela en el Departamento de Estado sobre Venezuela. Financistas, activistas políticos y periodistas de portales (algunos con sede en Miami), deben estar muy angustiados con la idea de las represalias del gobierno de Trump sobre ellos ante la tamaña imprudencia de semejante situación de desafío que algunos denomina malcriadez política, otros imprudencia suprema y otros suicidio “en primavera”, especialmente cuando entendemos y recordamos que fue el apoyo estadounidense de George Bush (hijo) quien disparó la carrera política de María Corina Machado en la opinión pública mundial y ahora se presenta este cortocircuito, donde Abrams le descalifica a nivel de propuesta política.

Desarrollo de la polémica

Dentro de esta polémica surge el conflicto emocional creado por las palabras de Story acerca la “venta barata”, que llevó a algunas figuras de mayor peso político y mediático a cuestionar la capacidad del embajador estadounidense de fijar posiciones sobre la política interna de los partidos políticos, el gobierno nacional y otras situaciones de la vida nacional, lo que amerita varias puntualizaciones que, como siempre, los involucrados se niegan a aclarar, como por ejemplo:

1. Concepto de injerencia extranjera:en este concepto político, caben distintas interpretaciones, especialmente si analizamos la influencia y activismo político y comercial de los aliados de Maduro como la República Socialista de Cuba, República Islámica de Irán, Federación Rusa, República Popular China, entre otros casos menores, que han ejercido un ejercicio intensivo en la política nacional, donde se destacan las decenas de miles (quizás ya pasó el centenar) de trabajadores cubanos que desde 2002 han desarrollado una labor en ministerios, alcaldías y gobernaciones, pasando por el “Fondo Chino” que implicó centenares de proyectos públicos muy específicos, mientras que el gobierno de la Federación Rusa tiene trato directo con Pdvsa y las empresas iraníes se establecen en diversos sectores económicos de la vida nacional y todos ellos con el apoyo indiscutible del gobierno de Nicolás Maduro, que califica dichas actuaciones de cooperación internacional (internacionalismo, lo llamaban en la Unión Soviética).

Ha sido imposible conseguir casos paralelos de tales acciones en otras épocas en aquellos países denominados imperialistas, hacia aquellos denominados colonizados o sometidos a la “dictadura del capital internacional”, como les gusta llamar a algunos escritores de extrema izquierda. Ni siquiera en la reconstrucción de Europa durante la era del Plan Marshall (1948-1952) se puede imaginar a los líderes europeos llevando a los embajadores estadounidenses como virreyes a la inauguración de fábricas o carreteras, así como no se puede uno imaginar que en Japón o Corea del Sur se dejaran todas las empresas rentables en manos extranjeras, lo que evidentemente no pasó, por lo cual el caso de Venezuela es único y requiere de un profesional meticuloso metodológicamente, como el colega John Magdaleno, a fin de que haga un estudio sobre los casos de proyectos de gobiernos extranjeros en otros países, para ver si se puede sustentar como “anómalo” el caso de nuestro país.

2. Interrelaciones con el gobierno estadounidense: Existen ciertas posiciones comunes en los críticos de las políticas y la sociedad estadounidense que, ciertamente, no se cumplen en el caso venezolano.

Futuro de la polémica  

Es indudable que esta situación se va a incrementar a niveles exponenciales, cuando salga la lista de todos los candidatos a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre y comience la lluvia de sanciones sobre los candidatos en diversos países, que van desde la congelación de bienes, prohibición de viajes, castigos a familiares y amigos en diverso grado, entre otras medidas administrativas, ampliando considerablemente la lista de sancionados y perseguidos a nivel global. Recordemos la denuncia de 30 altos políticos opositores (no chavistas) que están en lista de posibles sancionados en el Despacho Oval de Donald Trump.

Esta historia continuará…