Sin entrar a discutir la conveniencia y oportunidad de las elecciones primarias que, en realidad, son legitimación del liderazgo opositor, elegir una nueva dirección política, es tema en desarrollo. En Venezuela hay una oposición falsa, y otra con perfil ideológico muy parecido al oficialismo, que por propia naturaleza no constituye peligro para el régimen. Y junto a una población mayoritaria, con espíritu asistencialista, beneficia la demagogia de izquierda. Sin embargo, sus resultados son iguales a los de la falsa oposición. Descrédito y profundo rechazo.
La falacia lógica del falso dilema involucra una situación en la que se presentan dos puntos de vista como únicas opciones posibles, cuando en realidad existen alternativas sin considerar. Por eso, son deprimentes los nombres que se ventilan, demuestran a la sospechada oposición estancada, inerte, inactiva; mientras el país se agita, produce nuevas generaciones fuertes y dispuestas a no dejarse vencer por la mala marcha nacional ni negociar principios, son ellos, que adolescentes, niños o apenas naciendo, son el futuro contra la plaga castro-chavista que arremetió con furia, embistió inmisericorde y atacó con rabia la Venezuela de Simón Bolívar. Sin embargo, la oposición falsa, perturbadoramente obsesiva insiste de rodillas en esgrimir desgastados, viejos y corroídos argumentos que hacen perder el respeto e interés ciudadano.
El país protesta reivindicaciones y calidad de vida, mientras extasiados pro oficialistas se sacian masturbándose con elegancias y distinciones inútiles e inservibles, celebrando capitulaciones, entregas; tergiversando pendejadas y creando propaganda barata de ocasión. Venezuela les quedó grande a los politiqueros estultos. Un drama de la patria, esclava, aprisionada entre el partidismo castro-comunista que se corrompió y corrompe, que gobierna con el pensamiento “póngame donde haiga” y ejerce con desfachatez la incompetencia al ritmo insolente de llenarse bolsillos. Duermen mal, aun con sábanas de algodón egipcio importada, almohadas antiácaros rellenas de plumas de ganso y domados colchones de prostíbulo. Porque la conciencia queda y se retuerce; el miedo crece y los desvela mientras se persiguen a sí mismos. No parece casual la persecución y encarcelamiento a militantes de pequeñas organizaciones de izquierda, que llevan años rezongando su malestar.
Y mientras, la cruzada embustera de convencimiento, el país mejora, le otorga oportunidad a la oposición combativa, organizada, unida y renovada. No obstante, la falsa y fraudulenta pretende eternizarse, sigue inmóvil en lo mismo que ya es viejo y fracasado. Dejando caer al interino que por días representó la unidad suscitando el interés de potencias, dejando al usurpador atascado entre la Cuba miserable, indigente y reprimida de siempre; los intereses rusos; problemas chinos con covid, desaceleración económica y la costosa ayuda iraní que -ahora- el país paga, ¡la última! con tierra venezolana.
La falsa oposición tiene como misión hacerse de la dirección de organizaciones en la que se infiltran, disponiendo asignación de recursos y logística, que incluyen tolerancias para actuar de forma agresiva, efectiva, que lo califica como líder capaz. Ahora con primarias, que en realidad son legitimadoras de liderazgo, para que sea el ciudadano, ya que ellos ni quieren ni pueden, el que escoja la nueva dirección política de una verdadera oposición.
Porque la vergüenza opositora falsa -por cómplice y cohabitadora- es rechazada, repudiada por la enorme mayoría ciudadana, pretendiendo darse el lujo, de excluir a millones de venezolanos que viven fuera del país, dejados por el propio régimen con aprobación del CNE incluido el pecado mortal antisocialista de no residir en Venezuela.
La realidad, es que la dupla PSUV-MUD, les tiene culillo, son votos contra el continuismo, que ambos controlados por caza-rentas y guabineros de doble discurso, obedientes a la maña de arrejuntados politiqueros que llevan décadas de conveniente y lucrativo fracaso, vencidos útiles por el comunismo socialista bolivariano del siglo XXI, que procuran para siempre.
¡Tanta estulticia es absurda!
@ArmandoMartini