OPINIÓN

Alfabetización mediática: La industria de los videojuegos

por Eduardo Caballero Ardila Eduardo Caballero Ardila

Cuando usted, o uno de los suyos, se sienta frente a una pantalla para jugar en línea debe ser consciente de que no solo es un jugador, sino también un consumidor que forma parte de una industria mil millonaria cuyo objetivo es capitalizar la mayor cantidad de audiencia posible, apelando a las emociones más básicas de los seres humanos.

¿Quiénes están detrás de esta industria y de qué tamaño es? Mucho se habla de los videojuegos en aspectos como las oportunidades que le han dado a la población de esparcirse durante la pandemia o por el impacto de los mismos en la conducta y en los valores de los jóvenes, e incluso en la posibilidad que tienen para apoyar la educación.

Sin embargo,  las dimensiones de esta industria no pueden quedar lejos del radar de economistas, docentes, sociólogos, empresarios, pero muy especialmente de los padres quienes deben comprender el impacto de los juegos en línea.

Un informe de la consultora Accenture estima que el año 2021 el número de jugadores en el mundo ascendió a 2.700 millones de personas, que es aproximadamente 35% de la población mundial. Las transacciones de esta industria estuvieron de acuerdo con este informe cercanas a los 300.000 millones de dólares; esa cifra es superior a las industrias cinematográficas y musicales juntas. Las innovaciones nacidas en los juegos también se están utilizando ampliamente en otros sectores, desde la medicina y la defensa, hasta la formación y la educación corporativa.

Este informe muestra algunos datos relevantes:

Esta industria ha generado un ecosistema de nuevas profesiones de alta remuneración como desarrolladores o probadores de videojuegos, ingenieros de audio, animadores y hasta guionistas especializados en historias del juego. Una industria que da empleo a más de 120.000 personas

La industria de los videojuegos, integra verticalmente subsectores con mayor o menor influencia en cada país como los juegos en red (online), las consolas de mesa y las consolas portátiles, los juegos para PC (ordenadores personales) o hasta los salones de ocio informático conocidos como arcades.

Pero sin lugar a dudas las estrellas de la noche han pasado a ser los juegos NFT, que están basados en la cadena de bloques o blockchain, en los que los jugadores  ganan dinero usando tokens no fungibles, un modelo al que se le conoce como play to earn. Carlos Bolívar, especialista en realidad virtual en Distrito Metaverso indica que un juego NFT es un videojuego que se sustenta en blockchain, y todos sus elementos, como pueden ser avatares, espadas u otros instrumentos, son NFT, en consecuencia pueden ser comprados, vendidos o alquilados.

Esta revolución gamificada atrapa una importante parte de la población joven, que ven oportunidad fácil de ganar dinero jugando mediante una inversión que se recupera y reditua a través de juegos contra otros jugadores o contra la máquina, lo que se denomina click to earn.

Cada uno de estos juegos desarrolla nuevas criptomonedas que fluctúan en precio de acuerdo con los resultados globales del juego en cuestión. El valor de las utilidades se transa en plataformas de conversión USDT. Entre los más populares encontramos nombres como Axie Infinity o Thetan Arena, pero en el furor, muchos jugadores han visto desaparecer su dinero en juegos como Cryptomines o Block Farm Club. Cualquier parecido con el recuerdo de las pirámides es mera coincidencia.

Ese fenómeno que algunos analistas denominan enganchabilidad de los videojuegos debe ser manejado y atajado a tiempo mediante una correcta educación mediática que reconozca la importancia del esparcimiento, pero a su vez el peligro de la dependencia excesiva por parte de nuestros hijos.

Es por ello que la educación en medios debe ser considerada con prontitud, como una materia obligatoria y necesaria en los subsistemas educativos de nuestro país.