Alfabetización Mediática: Efectos sobre la visión de los jóvenes por el abuso digital

De los muchos efectos perversos que vienen atados al abuso digital, uno de los más relevantes es el deterioro y peligro sobre la salud visual de nuestros jóvenes.

Expertos de las ciencias oftalmológicas vienen marcando alertas en entrevistas, congresos y artículos científicos que han venido demostrando las consecuencias del abuso en el consumo digital sobre la visión.

La Fundación Visión y Vida, cuya presidencia de honor es ejercida por S.M. la reina Doña Sofía, presentó el año 2018 el informe Prevalencia de la miopía en los jóvenes en España. Esta investigación reunió a un importante número de reputados expertos del mundo de la óptica-optometría y oftalmología española, quienes durante cinco años (2012-2017) analizaron si la pandemia de la miopía ha llegado a España, así cómo esta afecta a los jóvenes y nativos digitales.  En su informe de resultados estos profesionales revelan aspectos como:

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Cuando hablamos de otros efectos asociados al uso y abuso en el consumo digital por nuestros jóvenes, debemos destacar los efectos de la luz azul. Esta luz, así como la luz estroboscópica son las principales fuentes de iluminación en dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles y tabletas. Ellas pueden hacer que los usuarios experimenten molestias, entre ellas fatiga ocular, dolores de cabeza, estrés visual, ojos irritados e incluso insomnio. (Europapress. 2020). El portal de la red óptica Medical, alerta que según los expertos, la luz azul que emiten los teléfonos, ordenadores y tablets, altera los ritmos circadianos encargados de regular funciones vitales como el sueño o la temperatura corporal, incluido al conocido como reloj biológico de las personas. Por tanto, la luz azul no solo afecta a la visión, sino también al cerebro, pues lo excita de una forma parecida a cuando realizamos deporte.

El artículo «Efectos de la luz de las pantallas en el sueño» (2018), publicado por el periódico ecuatoriano El Universo, lo explica diciendo que “la luz azul de las pantallas tiene un espectro similar a la de los rayos ultravioleta. Activa la glándula pineal y la secreción de melatonina, alterando el ciclo sueño-vigilia en quienes tienen el hábito de usar dispositivos electrónicos antes de dormir”.

El tema es también abordado por la Consejería de Políticas Sociales y Familia de Comunidad de Madrid, en su guia Aprender a convivir con el móvil (2018), indicando que “la dopamina, una de las hormonas del sistema llamado “opioide” o del placer cerebral, que tiñe químicamente esa acción, y aporta a esa actividad una sensación de placer”.

Por su parte, la doctora Ángela María Gutiérrez, rectora de la Escuela Superior de Oftalmología, Instituto Barraquer de América, y expresidenta de la Sociedad Colombiana de Oftalmología, indica en una entrevista concedida al diario El Tiempo (2020), que la posición frente a la pantalla es clave para reducir el impacto de esta exposición. “Deben tener la pantalla de tal forma que ellos estén mirando ligeramente hacia abajo para que disminuya la abertura palpebral. Que no tengan la pantalla alta porque de esa forma esta estará muy abierta. Dicha medida hace que se seque menos el ojo, ya que la frecuencia del parpadeo es menor”, Finaliza Gutiérrez, indicando que la principal recomendación es disminuir el tiempo de exposición a estas pantallas.

Finalmente, un artículo publicado en el diario mexicano El Universo (2018) ofrece una batería de consejos para cuidar la salud visual mientras consuminos contenido digital, que son:

 

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