OPINIÓN

El Buscón Alex Saab

por Jesús Eduardo Troconis Heredia Jesús Eduardo Troconis Heredia

A raíz de la detención de Alex Saab, el 12 junio de 2020 en Cabo Verde, archipiélago de África Occidental, escribí acerca del asilo y la extradición. Ambos institutos jurídicos estrechamente vinculados con la protección de los  derechos humanos fundamentales y la preservación del Estado de Derecho, económico, político y social.

Acusado por los delitos de corrupción, lavado de activos y blanqueo de dineros provenientes  del narcotráfico es capturado el Buscón fenicio-colombiano, la mayúscula para evocar su semejanza con el personaje inmortal, consagrado por la pluma de Francisco de Quevedo, dueño de la picaresca española.

El apresamiento del señalado testaferro de Maduro desata un escándalo sin mensura y asesta un golpe contundente al régimen castro-chavista. Pone la defensa de la pluralidad de cargos delictivos que se le endilgan en manos de Baltasar Garzón, el exjuez tan experimentado como sórdido, asume la causa, por cuatro centavos, equivalente a 6 millones de euros. Enfilando sus argumentos y alegaciones contra la solicitud de extradición, deja a un lado el asilo, solo procedente en el fuero político. Sin embargo, no alcanzó a refutar con éxito las acusaciones formuladas contra su cliente, todas, dentro del ámbito del Derecho Penal Internacional. A propósito la normativa jurídica correspondiente ha sido codificada, oportunamente, por la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia  Organizada, mejor conocida como la  Convención de  Palermo, y por la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, ambas en vigor a partir de 2003, con la resuelta aprobación de la Organización de  Estados Americanos; la Organización Mundial de Aduanas; la Liga de los Estados Árabes; la Organización de Cooperación y Desarrollo  Económico; la Unión Africana y la Unión Europea.

En el curso del proceso la solicitud de extradición interpuesta por Estados Unidos ante la jurisdicción de Cabo Verde, admitida a trámite, culmina con una sentencia que establece el enjuiciamiento del empresario colombiano en los tribunales norteamericanos, bajo la sospecha de esconder la fortuna de Maduro y sus adláteres.

Actualmente en Miami, en donde ha comenzado un juicio por el blanqueo de más de 350 millones de dólares, la discusión centrada en la conceptualización de la extradición, entendida como una acción judicial que pretende la punición de un delito previsto en los ordenamientos jurídicos del país extraditante y del país concedente. No se trata del asilo, considerado una  potestad discrecional del Estado sino de un acto propio de la jurisdicción, apegado al principio de la separación de los poderes públicos.

La dictadura que gana desprestigio minuto a minuto, con la espada de las sanciones individuales sobre la cerviz, se da cuenta de que las consecuencias del juzgamiento de Saab son impredecibles en las instancias judiciales de Estados Unidos, el país de la justicia.

Así, los roces con la comunidad internacional aumentan, en especial con la Unión Europea y Noruega, patrocinadores del diálogo entre la oposición y el régimen, que tiene lugar en el Museo Antropológico de México, de arquitectura contemporánea pero con símbolos, piezas y pinturas precolombinos que enaltecen la rica cultura azteca.

La tensión al rojo vivo provoca los miedos y la ira de Maduro, quien rompe la baraja, suspendiendo el  diálogo tras la extradición, lo que evidencia el fracaso rotundo para impedir la entrega del  Buscón, Álex Saab.

Posteriormente, es cuando se descubre la creación de empresas de papel o fantasmas en México, no es Naif López Obrador; en Rusia, dirigida con mano de acero (Stal) por el exalcalde de San Petersburgo, Vladimir Putin; también se crean en Hong Kong y la autoritario y arbitraria Turquía de Erdogan, a fin de comercializar la exigua producción del petróleo en Venezuela que apenas roza los 600.000 b/d.

Asimismo, apunto la carta del excanciller Jorge Arreaza al empresario barranquillero Alex Saab. En la misiva, le expresa literal: que él posee información clasificada del régimen y que, aún extraditado, está sujeto a las leyes venezolanas, obligado a preservar el secreto de confidencialidad y lealtad. Arreaza, precavido, teme a las figuras del testigo de cargo, la acumulación de procesos penales y la acumulación de penas o condenas, consagradas en el sistema jurídico anglosajón.

El gobierno a un paso del abismo eleva a rango  de mártir al conseguidor y lo designa representante en la mesa dialogante. Queda de este modo al desnudo la ausencia de buena fe del régimen, relativa a las elecciones locales y regionales, a la par, Saab y sus cómplices pasan a los primeros lugares en la lista negra de la Oficina de Control de activos en el Extranjero (OFAC) del gobierno presidido  por Joe Biden.

Ojalá que estos despreciables actos de corrupción desprendan influencias positivas en el ideario ético y político de Josep Borrell, hasta ahora, partidario a rajatabla de los comicios de noviembre.

La democracia representativa es la piedra de toque sobre la cual se construye el proyecto de integración de Europa. Por esa razón, el ingreso de un nuevo Estado a la Unión Europea supone la adhesión al sistema democrático que lleva consigo el respeto al sufragio, al Estado de Derecho, a la defensa de los derechos humanos, a la igualdad, al paradigma de uniformar las legislaciones y a la aplicación preeminente de las normas jurídicas comunitarias sobre el orden jurídico interno de cada Estado miembro.

Al respecto, es pertinente traer a cuento el ultimátum reciente del Parlamento Europeo a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, pidiéndole acciones contra la deriva  democrática de Polonia y  Hungría.

Varsovia, con el mundo al revés, intenta dar preeminencia  a las sentencias de su Tribunal Constitucional frente a las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, exactamente lo contrario de lo dispuesto en los Tratados de la Unión que postulan la primacía del Derecho Internacional de Europa.

De otra parte, en aras de la salvaguarda de los valores democráticos me referiré a la devoción mimética de Josep Borrell, que lanza la propuesta de la intervención multilateral como solución al conflicto de Afganistán, mediante la puesta en pie de una fuerza militar de acción rápida, integrada por 6.000 hombres. En contraste, para solucionar la crisis indecible que atraviesa Venezuela propone la celebración de elecciones libres, universales y secretas.

La pregunta: ¿es factible una alternativa de fuerza para la crisis de Afganistán y una pacífica para resolver el problema venezolano?

Cierro, agregando a la extradición de Saab dos causas, graves, bochornosas y vergonzantes que minan la invulnerabilidad aparente del régimen madurista.

1) Claudia Díaz, enfermera del extinto Hugo Chávez y presidente de un fondo de inversión estatal, será extraditada a Estados Unidos por las acusaciones de blanqueo de capitales y pertenencia a un grupo criminal.

2) El general Hugo Carvajal, jefe de inteligencia de los gobiernos de Chávez y Maduro, prisionero en Madrid será extraditado a Estados Unidos por blanqueo de capitales y el delito del narcotráfico.

Alex Saab, el Buscón, en los estrados del Tribunal Federal de Miami en el estado de Florida de la Unión, juzgado por los delitos de blanqueo de dinero y conspiración para cometer lavado de activos y siete cargos tipificados en las disposiciones de los instrumentos jurídicos reguladores de la lucha contra la corrupción, contra  el crimen organizado y el narcotráfico.

Lo peor está por venir, la acumulación de los procesos penales y la acumulación de las penas crece sin parar, incontenible.

 

 

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