OPINIÓN

Alex Saab, ¿de diplomático a informante?

por Carlos Silva Carlos Silva
Alex Saab

Foto Archivo

La inminencia de la extradición de Alex Saab a Estados Unidos acosa a los jerarcas del chavismo en las calles, donde las pintas a favor del testaferro de Nicolás Maduro no parecen haberlo convertido en “diplomático”. Y los persigue el temor de que el encargado de lavar el dinero sucio de la corrupción y el narcotráfico transmute en informante de la policía contra el conglomerado que secuestró las instituciones en Venezuela para traficar con drogas y robar.

Saab, empantanado en las arenas movedizas de los negocios turbios, dijo en una entrevista reciente con la agencia de noticias Efe que se siente “estresado” debido a las estrictas medidas de seguridad en su prisión domiciliaria en Cabo Verde.

El régimen de Maduro, que la semana pasada exigió a la nación africana “la liberación inmediata del diplomático venezolano Alex Saab”, define más sutilmente el nerviosismo de este diciendo que “está perdiendo su capacidad de concentración” para estudiar las acusaciones en su contra.

En un esfuerzo desesperado que parece apuntar a la preparación del juicio en Estados Unidos, el costoso equipo legal de Saab -pagado por el régimen con el dinero de los venezolanos- trató de escandalizar la semana pasada por la breve detención “sin precedentes” de uno de los abogados del testaferro al tratar de entrar a la casa en la isla de Sal donde el preso está recluido.

Pocos días antes, la defensa también protestó porque Cabo Verde denegó por cuarta vez la entrada al país de otros abogados de Saab. Pero todo eso no hace sino indicar que las medidas de seguridad se tornan cada vez más estrictas a medida que se acerca la extradición, y que no se han disipado las sospechas de que el régimen de Maduro y sus aliados traman la fuga del detenido.

Estados Unidos acusa a Saab, apresado el 12 de junio en Cabo Verde, de participar en el blanqueo de 350 millones de dólares defraudados a través del sistema de control de cambio en Venezuela. Por esto Washington tiene jurisdicción en el caso. En Estados Unidos también saben que el barranquillero y tres hijastros de Maduro se lucraron con “cientos de millones de dólares” con el sobreprecio de los productos para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, CLAP.

Hay razones para suponer que Saab puede ayudar a las autoridades norteamericanas a desenredar la red económica de apoyo a Maduro y a presentar cargos contra aliados del régimen. Es probable que contribuya a correr el cortinaje de la conexión Turquía-Rusia-Irán para recibir oro venezolano que Teherán convierte luego en divisas con el fin de burlar las sanciones estadounidenses. Es posible que enseñe asimismo la ruta del dinero de Maduro y Cilia Flores que Washington ha jurado encontrar porque “no es su dinero, es el dinero que ellos robaron”.

Entretanto, La Corte Suprema de Justicia de Cabo Verde alista la decisión final sobre el pedido de extradición de Alex Saab a Estados Unidos, que se negó a anular la orden de fugitivo contra el testaferro de Maduro.

El propio Saab, ante lo que probablemente considera su inminente entrega a la DEA, ya designó defensa en Estados Unidos e incluso tiene una celda esperándolo. Pero ha advertido que si lo extraditan, se negará a colaborar con ese país. No conviene descartar sin embargo la hipótesis de que el colombiano de 49 años de edad, que quiere rescatar a su familia en Moscú, deje de ser diplomático” para convertirse en lo que se conoce en los bajos fondos como indicateur de police.