Alessandro Baricco estuvo en Caracas y tuvo dos encuentros con el público venezolano, uno de ellos en la Sala de Conciertos de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Como en los buenos tiempos de la UCV, me hizo recordar la visita de Fernando Savater en el año 1996. Apenas era una estudiante del primer año de la carrera, y hoy, como profesora del doctorado de la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas, pude ver a uno de los herederos de Umberto Eco.
Gracias a la organización de la Dirección de Cultura de la UCV y del Instituto Italiano de Cultura, donde estudié hace más de veinte años, el pasado lunes 11 de noviembre de 2024, los asistentes al evento pudimos estar en una clase de literatura italiana en la Sala de Conciertos y de la mano de Alessandro Baricco.
Los organizadores armaron una dinámica en la que los primeros diez minutos se habló enteramente en italiano y posteriormente, con intérprete simultáneo, estudiantes de la Escuela de Idiomas entrevistaron al intelectual italiano.
Baricco hizo un recorrido por la literatura italiana y reconoció que formó parte de un nuevo movimiento que inició en los años 90 junto con Susana Tamaro y Sandro Veronesi. Lo que existía desde la década de los sesenta eran imitadores de los grandes autores clásicos.
Este movimiento fue posible gracias a autores como Umberto Eco que lideró la liberación con sus reflexiones filosóficas a través de la literatura y con un lenguaje televisivo. Eso fue realmente novedoso. Baricco se asume como hijo de esa liberación.
Y aunque Baricco reconoce la importancia de Eco para el surgimiento del movimiento literario del que él formó parte, reflexionó y afirmó que todo autor que está naciendo debe separarse de su padre, superarlo e incluso matarlo, en el sentido metafórico. Luego podrán hacerse amigos, pero no durante su nacimiento como escritor.
Tuvimos la oportunidad de oír a Baricco hablar y reflexionar sobre su obra. La mayor parte de sus libros se refieren a historias que no pueden ubicarse en un lugar determinado. Le gusta escribir sobre «no lugares». En Seda, su protagonista va de un sitio a otro a través de sus viajes.
Al hablar sobre La esposa joven manifestó su interés sobre la épica sudamericana. Para él García Márquez cuando habla del amor monta un altar con oro y demás. Desde la visión del europeo, eso es muy interesante porque es distinto a lo que conocen.
Su literatura está muy influenciada por el cine. No se escaparon referencias actuales como el cine de Tarantino, que en su opinión, forma parte de la tradición del wéstern metafísico y él con Abel viene a completarla.
Como intelectual de estos tiempos, le preguntaron su opinión sobre el uso descontrolado de la inteligencia artificial en el proceso creativo de la escritura. Para Baricco, la inteligencia artificial es una herramienta útil para redactar contratos o sentencias, pero es irrelevante en el proceso de creación de una novela.
Nos advierte que no debemos tenerle miedo a la inteligencia artificial sino más bien a la flojera humana. Baricco empleó una frase que me gustó mucho para terminar este tema: «el que quiere vivir, vivirá. El que está muerto por dentro morirá. El resto son herramientas».
Por otra parte, recordemos también que Baricco es fundador de la Escuela Holden de narrativa en Turín. Es un proyecto muy interesante e innovador cuyo nombre proviene de uno de los personajes de El guardián entre el centeno de J.D. Sallinger. La intención era crear una escuela en la que se graduara Holden. Baricco participó en cada aspecto de la escuela, incluso en el diseño de las sillas, que son incómodas adrede para recordar que la vida es así también.
Y como recientemente celebramos el Día de las Librerías, en Caracas podemos conseguir sus libros en Sopa de Letras, La Gran Pulpería y Librería Alejandría.
Agradecida a todas las instituciones que hicieron posible ver y oír a Baricco en Caracas. Fue una mañana de cultura y literatura con mis amigos que me regaló la UCV y en la UCV, como en sus mejores tiempos
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