No todo es negativo. En medio de tantos y tan graves problemas que enfrenta el ciudadano común también hay sucesos que compensan, aunque sea parcialmente. Hemos seguido con emoción y entusiasmo la inolvidable jornada cumplida por los Tiburones de La Guaira en la última Serie del Caribe.
En nombre y representación de Venezuela dieron un ejemplo de lo que puede lograr la voluntad y el deseo de estar a la altura de las obligaciones que debemos asumir cuando corresponde hacerlo. Quiero enviar una enorme felicitación a todos los que participaron en esta jornada mayamera. A los directivos del equipo, a su cuerpo técnico, al inolvidable Padrón Panza y familia, pero especialmente a quienes se la juegan completa en el campo del terreno, los jugadores. A todos ellos y de manera muy especial a mi tocayo Oswaldo “Ozzie” Guillén, manager triunfador quien agrega un enorme trofeo a su ya dilatada y exitosa carrera. Podríamos mencionar sus logros como pelotero y también como manager de los Medias Blancas de Chicago, campeones del mundo titulados en una Serie Mundial, pero ya es sabido por todos. Agrego al autor del inolvidable juego sin hits ni carreras y también al recordado “pelúo” Ángel Bravo con quien tuve el honor de participar en unos Nacionales de Beisbol Juvenil celebrado en Coro, estado Falcón, en 1958, como parte de la selección del estado Zulia.
En alguna oportunidad di gracias al Señor por la existencia del deporte en general y del beisbol en particular. Lo hago de nuevo. Recuerdo que en un programa de televisión, hace algunos años, la entrevistadora me preguntó por mi pasión por la política, por sus orígenes y desarrollo. Le dije que la política no era mi pasión sino mi trabajo. Me gusta y lo disfruto con intensidad. Pero, agregué que mi verdadera pasión era el beisbol desde que tengo uso de razón. Ella abandonó el tema y yo quedé convencido de que no entendió el sentido de lo afirmado.
Esta inyección de entusiasmo producto de la actuación de los Tiburones de La Guaira es de ayuda infinita para quienes tenemos la responsabilidad de enfrentar la dura y cruel realidad que viven los venezolanos. Es un grito de “Sí se puede” y agrego llegar “Hasta el final”, en este caso con la candidatura presidencial de María Corina Machado.
Es otro caso, por supuesto, pero quiero aprovechar la oportunidad para afirmar que ella no tiene sustituto. Le hacen el juego al régimen quienes están planteando la necesidad de buscarle un sustituto porque el régimen no permitirá que se inscriba como candidata y, en consecuencia no podría participar en las elecciones presidenciales. Es impresionante como de manera consciente, de buena o de mala fe, le prestan ese servicio al adversario reducido a su más mínima expresión, pero con probada capacidad de maniobra para alcanzar su objetivo de permanencia en el poder.
Recojo la afirmación reciente del Parlamento Europeo, según la cual, sin María Corina, las elecciones perderían su razón de ser. Nunca serían válidas ni legítimas.
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