Al giorno

Descontar el día tras día a los meses en Venezuela es un acto de heroísmo, es vivir un día más, además de la gran carga emotiva que trae consigo esta devastadora realidad. Es ganarle tiempo a la desesperanza, a la dictadura; es sobrevivir a la muerte por hambre, delincuencia o enfermedad. No es victimismo, como le escuche afirmar a una persona de mis afectos, esa manifestación del ego -sobre el victimismo- lo dicen los que todo lo juzgan, lo ven a la distancia y que no se colocan en nuestros zapatos. Lo observan a lo lejos, viendo «los toros desde la barrera». Así transcurre un país donde la esperanza se escapa a veces, como el agua entre las manos. Hoy muchos sobrevivieron a agosto y descuentan unos días a septiembre. Esa angustia diaria que carcome y enferma. Aunque los «coach» motivacionales dicen que en toda adversidad hay oportunidades. En un post colgado en Facebook, a falta de agua potable buena es la de lluvia en estación de invierno en Venezuela, así estamos colando el café mañanero en este país de tormentas. Sí la naturaleza te da limones haz limonada, buena manera de justificar la escasez de agua.

Un país infartado, desolado, triste y con miedo. Sobrevivió a otro mes y muerde días del nuevo, los descuenta de a poco, aleluya, amaneció. Esa angustia, esa cotidianidad es como se vive emocionalmente, entre el miedo, la agresión. En el lejano oeste se colocaban carteles para los cazarrecompensas, «Se busca». En este dilema feroz de nación, coloquemos el cartel «Se busca una esperanza». Con energía de optimismo. Vivimos al giorno, sin saber con certeza si matriculamos al siguiente día. La vida es un suspiro. Esa «normalidad» que se instaló en muchos de nosotros es esperando el nuevo día. Que llegará sin lugar a dudas.

#seguimos

#AsiDeSencillo.

@ernestmarcano