La decisión de la mayoría de los miembros de la Asamblea Nacional de 2015 de eliminar el llamado gobierno interino no busca enmendar los errores del interinato y menos los de la falsa oposición. La clara intención que tiene ahora el G3 de arrebatarle el control de los activos de Venezuela en el exterior a los operadores de Voluntad Popular es la mejor evidencia de que estamos frente a un simple ajuste de cuentas.
La naturaleza política de la Asamblea Nacional de 2015 es la misma del ya fenecido gobierno interino. Al estar ambos integrados por operadores partidistas que se han beneficiado de “ser oposición” no se podía esperar una diferencia sustancial más allá del cambio de siglas y colores. La Asamblea Nacional de 2015 se ha manejado en la misma obscuridad que amparaba al interinato a la hora de rendir cuentas. Ambos demostraron la más absoluta incompetencia a la hora de articular una verdadera política de oposición para enfrentar al chavismo y sacarlo del poder.
Hoy la mayoría del G3 (Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo) en la Asamblea Nacional de 2015 se alzan contra el gobierno interino que ellos mismos fraguaron con Voluntad Popular por diferencias en el manejo y el reparto de los recursos asociados al interinato, en el que la gestión de los activos de Venezuela en el exterior parece ser el botín más preciado.
No se le puede hacer el juego a franquicias partidistas como Voluntad Popular (López), Vente Venezuela (Machado), Alianza Un Bravo Pueblo (Ledezma), Encuentro Ciudadano (Solórzano) y La Causa R (Velázquez), entre otros quienes nos quieren obligar a tomar partido en la dicotomía entre buenos y malos donde los buenos serían el interinato y sus epígonos y los malos los partidos del ahora G3. En esencia estos partidos que también se han beneficiado del negocio de ser una oposición conveniente al chavismo igualmente coinciden en la defensa del régimen político y seudolegal de la Constitución chavista de 1999, la cual siempre invocan para basar su propia legalidad.
Estos partidos que ahora lamentan con nostalgia la desaparición del interinato comparten responsabilidad en el fracaso de la falsa oposición que nunca pudo construir una política viable y efectiva de confrontación con el régimen chavista ni desde el llamado gobierno interino ni desde la Asamblea Nacional de 2015.
Se pueden entender las razones prácticas que tendría VP para llorar amargamente por el desmantelamiento del interinato y el adiós a los buenos tiempos de “embajadores” y “asesores” que se dieron la gran vida viajando por el mundo con dineros de los venezolanos. Pero las motivaciones de los socios minoritarios del interinato (Vente, ABP, EC y LCR) no resultan claras, sobre todo cuando todos ellos están dispuestos a salvar al gobierno interino de las graves acusaciones de corrupción en la que ellos seguramente no participaron.
La argumentación seudojurídica ofrecida por el G3 para desmantelar al gobierno interino basada en el vencimiento del período por el cumplimiento de lapsos legales también podría y debería ser aplicada a la misma Asamblea Nacional de 2015 cuyo período, según la Constitución chavista de 1999 que ellos defienden, ya estaría igualmente vencido.
Pero como lo que está en juego es quién se queda con el botín de los activos de Venezuela en el exterior, veremos al G3 apelar por la misma lógica que en su momento usó VP: la legalidad y funcionalidad de la AN 2015 se prolongará hasta que en Venezuela haya elecciones libres, o sea, por tiempo ilimitado. Y con ella la insólita pretensión de seguir manejando los activos en forma arbitraria y por tiempo ilimitado.
Desde la perspectiva de millones de venezolanos que ven con indiferencia y desprecio este ajuste de cuentas en las entrañas de la falsa oposición las razones políticas que justifican la desaparición del interinato son las mismas que funcionan para eliminar la Asamblea Nacional de 2015. Ambos representan rotundos fracasos en el propósito de cambiar al régimen político chavista y compiten vigorosamente para superar en tiempo y eficiencia los ya colosales niveles de corrupción del chavismo.