El régimen de Maduro no para de agredir a quienes queremos libertad; no detiene su marcha atroz de violaciones de los derechos humanos.
Por ejemplo, ya ordenó el secuestro de más de 2000 venezolanos por disentir de su régimen, entre ellos niños, ancianos y mujeres; incluyendo a la coordinadora de Súmate, al ex magistrado Perkins Rocha, al coordinador de Convergencia Biagio Pilieri y a decenas de periodistas y dirigentes politicos, imputándole crímenes inverosímiles como el de “terrorismo”, entre otros.
Pero eso no es lo peor. El Ministerio Público emitió otra citación en calidad de investigado a Edmundo González Urrutia –el presidente electo–.
Y, como ya nuestra líder María Corima Machado lo advirtió, en cualquier momento los lobos se echan en contra de las propiedades del presidente electo con el afán de capturarlo.
Y, ante esto hay que ser muy categórico. Si el régimen venezolano llegase a arrestar y encarcelar a Edmundo González Urrutia o a María Corina Machado estaría cometiendo ni más ni menos que una “cruenta sublevación contra la voluntad del pueblo venezolano ”, lo que obligaría a propios y a extraños a reaccionar rápidamente.
Sí, ni los venezolanos ni los demócratas del mundo podrían quedar de brazos cruzados ante semejante acción de Miraflores; eso sería la gota que va a derramar el vaso.
Y así como los presidentes de Brasil, Colombia, la Unión Europea y Estados Unidos (Lula, Pedro y Biden) desconocen a Maduro, de esa misma forma tendrían que exigir no solo la libertad de Edmundo González, de María Corina Machado y de todos los presos y perseguidos políticos, sino la certificación oficial de que va a respetar el resultado de las elecciones presidenciales del 28 de julio que perdió de forma apabullante.
Y esa reacción también implica –y hay que decirlo– en la toma de decisiones de los entes internacionales en salvaguarda de la democracia venezolana y del pueblo venezolano.
Pues, ya la Organización de Estados Americanos y la Organización de Naciones Unidas han exhortado a la Corte Penal Internacional a que termine de emitir órdenes de captura contra Maduro y sus secuaces.
A la par, dentro del país, las fuerzas democráticas debemos prepararnos para una nueva etapa de lucha cívica y democrática, siguiendo la guía recta y orientadora de María Corina Machado.
Pues, aquí nadie se puede rendir. Aquí nadie se desmaya. Todos los venezolanos debemos estar firmes en el compromiso de liberar de una vez por todas a nuestra tierra.
Maduro dirige un régimen que agoniza; un régimen que no tiene futuro. Este es el momento. ¡Ganó Venezuela!
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.
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