Hace ya un tiempo que hemos venido trabajando en la idea de un maravilloso personaje, un superhéroe que recién nos dio señas de que su momento ha llegado y que, así como en las historias de Peter Parker, Clark Kent y Tony Stark devienen en Spiderman, Superman e Iron Man con sus superpoderes, este nuevo personaje también se presente a la sociedad a la que viene a servir y a salvar de los villanos que la acechan.
Dado que es en las edades de la infancia en que los dinosaurios y superhéroes son destinatarios de la atención e interés de muchos de los niños, lo que marcará en buena parte su formación de modelos y valores que los acompañarán durante la vida, resulta de la mayor importancia que estos sean, a pesar de imaginarios, genuinos en la promoción de principios que no para inocular contenido ideológico. Y, es en este contexto, que se abre camino el Capitán Virgulilla, quien por primera vez sale de la intimidad de familiares y amigos hacia el mundo, ya finalizando el mes de abril de 2024. Pero antes de continuar con el Capitán Virgulilla, hay algunos temas que merecen ser tratados.
¿Por qué ahora en abril?
Desde que asumí escribir en El Nacional, lo cual me impuse hacerlo una vez al final de cada mes, he procurado referirme o inspirarme en algún acontecimiento de interés o que llame a la reflexión ocurrido en tal período, sea nacional o foráneo, personal e íntimo o público y común, lo que hace que desde que inicia cada mensualidad no deje de estar atento a los hechos que ocurren y a mis experiencias más recientes, y así inició el mes de abril, el cual ha sido muy movido e interesante tanto en lo personal como para la sociedad venezolana. A ver, les comento un poco:
Roberto Emmanuel nació el 6 de abril de 2018, fecha por demás importante para un padre, día que coincide con la primera publicación, el 6 de abril de 1943, de una obra que me ha gustado mucho que es la de El Principito de Antoine de Saint-Exupéry. También en abril, ocurrieron en Venezuela hechos de relevancia histórica y política como lo fueron los del 19 de abril de 1810, que merecen especial estudio ante aproximaciones muy manipuladas y erradas al tenerlas algunas personas incluso como día de la “Proclamación de la Independencia”, lo cual genera grandes problemas en cuanto a cómo hemos concebido nuestro país desde entonces, o lo acontecimientos también de gran tensión política como los de abril de 2002, o de este mes abril de 2024 relacionados con la carrera electoral con vista a las elecciones presidenciales del año en curso. En fin, muchos son los referentes que pueden generar propuestas de temas para el artículo, pero ocurrió un acontecimiento en particular que de manera automática activó la temática sobre la cual escribir, casual y afortunadamente ya bastante adelantado y que como tantos sobre los que solemos cavilar, estaba en estado de latencia presto a cualquier estímulo para salir a la vida pública luego de algunos retoques.
Era el miércoles 25 de abril y me encontraba en uno de los lugares que desde que estuve allí la primera vez me marcó de manera muy especial, más allá de ese primer encuentro hace ya unos años frente al absoluto desconocimiento de su existencia, importancia, majestuosidad y belleza: se trata del paraninfo del Palacio de las Academias en Caracas, y que es utilizado para la incorporación de nuevos miembros de las Academias Nacionales, razón por la que son contadas las oportunidades que se verifiquen tales actos, motivo adicional para aprovechar cada vez que se pueda estar presente en alguna de estas actividades, apreciando además de sus instalaciones, su protocolo, los discursos de incorporación, las semblanzas de los miembros anteriores que ocupasen el sillón del recién incorporado, así como la contestación al discurso de incorporación que hace otro académico previamente designado.
Ese 25 de abril se incorporaba doña Corina Yoris Villasana como individuo de número a la Academia Venezolana de la Lengua, correspondiente de la Real Española, ocupando el sillón “O” y en el que le precedieron Eduardo Blanco, Laureano Vallenilla Lanz y Rómulo Gallegos.
Personalmente para mí asistir a ese acto de incorporación fue de alguna manera muy especial, además de poder compartir con la profesora cuyas clases y conversaciones son siempre edificantes, principalmente porque se trataba de la Academia de la Lengua, lo cual era algo extraño, ya que las veces a las que había asistido correspondían a las incorporaciones a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, incluso, a inicios del mismo mes de abril asistimos en el mismo recinto a la incorporación de la Dra. Margarita Escudero.
Durante la lectura de sus palabras de incorporación y la muy particular contestación que hiciera el presidente de la Academia, don Horacio Biord Castillo, ante su anécdota muy personal en la que recordaba como con apenas diecisiete años de edad se iniciaba como estudiante de letras en la Universidad Católica Andrés Bello, empezaron a desfilar en mi mente una gran cantidad de ideas que apuntaban hacia una sola dirección que no es otra que la de tener más claro que nunca el tema, más bien, el personaje, a que se referiría mi artículo de abril de 2024.
Era ya 25 de abril, no tenía tema aún para la columna, estábamos en el Paraninfo del Palacio de las Academias, en un acto de la Academia de la Lengua; par de días antes, literalmente, el 23 de abril, acababa de conmemorarse el Día Internacional del Libro y el Día del Idioma Español, conmemoraciones que fueron así fijadas por su relación con los fallecimientos de Shakespeare y Cervantes, quienes también estaban presentes en esa danza de ideas pululando en mi mente, y listo, fue allí, me dije: aquí es… estoy en la casa del Capitán Virgulilla, me está haciendo saber inequívocamente que es el momento de hacer su aparición.
¿Quién es el Capitán Virgulilla?
Todo empezó cuando con Roberto Emmanuel de 4 o 5 años en su tarea de iniciación a las vocales y consonantes, al explicarle la conformación de la letra “Ñ” con la tradicional explicación de ser igual a la “N” pero con un palito arriba, le pregunté con la intención de excitar su natural curiosidad infantil: ¿Sabes cómo se llama el palito de la Ñ? No, papá ¿Cómo?, Virgulilla. Risas automáticas.
Y es que en verdad la palabra, su pronunciación, es muy particular y graciosa, además que resulta bastante desconocido para la mayoría el nombre de ese muy español signo diacrítico, por lo que no tardó mucho en que el niño, de solo 5 años de edad, tuviera entre su inventario de interrogantes para adultos la entradora pregunta: ¿Sabes cómo se llama el palito de la Ñ?, con su correspondiente risueña respuesta ante el desconocimiento por parte de los adultos.
Mientras se afianzaba de manera absoluta en el niño de 5 años el saber lo que es la virgulilla y descubrir que muchos adultos lo ignoraban, surgía por otra parte en su formación el descubrimiento de los superhéroes con sus superpoderes y los villanos a combatir; fue así que inspirados en los distintitos superpoderes, como los de volar, super fuerza, rayos, visión especial, y tantos otros, tomaba forma la creación de un héroe particular, muy nuestro y que para diferenciarse de los demás no podía tener los mismos superpoderes, cuando nuevamente en otro momento de epifanía entre papá e hijo surgió el nombre: el Capitán Virgulilla. ¿Y sus superpoderes? Le pregunté al niño; y su respuesta, sin siquiera dudarlo fue: “sabe perfectamente todos los idiomas del mundo… y cambia de color…”. Sobre este último superpoder, el de cambiar de color, aún no le veo tanta utilidad, más frente al otro, pero en fin.
¿Podemos imaginarnos en realidad alguien que pueda saber a plenitud todos los idiomas que existen y han existido? Eso sí sería en realidad un superpoder muy superior a todos los demás, poder acceder y comprender todo el conocimiento posible, tener capacidades de comunicación como nadie, transmitir todos los mensajes de manera certera, poder ilustrar a las personas y sociedades, evitar confusiones de la comunicación, colaborar para prevenir conflictos y ayuda en su resolución en caso de que existan, hacer absolutamente comprensibles e inteligibles todos los mensajes entre las personas, evitar desacuerdos y guerras, suministrar herramientas argumentativas y creativas, eso sí sería realmente impresionante, y hay que reiterar, más importante aún que todos los demás superpoderes juntos del resto de los superhéroes.
¿Tiene el Capitán Virgulilla como todo superhéroe un villano al que ha de vencer?
Teníamos ya a nuestro héroe, el Capitán Virgulilla, surgió luego la necesidad de crear un villano al que ha de enfrentar, más bien un supervillano, lo suficientemente poderoso que pueda poner en riesgo a la mismísima humanidad, y no nos costó mucho observar a nuestro alrededor y encontrar que efectivamente existe ese villano a enfrentar y no es otro que todo aquel que atenta en mayor o menor grado contra el lenguaje, contra su corrección, tanto oral como escrita, generador de incoherencias, tensiones y disputas, de fallas en la comunicación, de la percepción errónea de la realidad, el fomentador de mentiras. Y aquí sí fue que recordé a un personaje que perfectamente cabía en la descripción, una nueva pregunta a Roberto Emmanuel: ¿Sabes quién era Titivillus? No papá. A ver, te cuento:
Titivillus era en la Edad Media un demonio al que se le atribuía el generar que los escribas que transcribían los libros, que principalmente eran biblias, incurrieran en errores u omisiones en sus trabajos que consistían en la sustracción de letras o su cambio, lo que luego ocasionaba que los oyentes y lectores de esos libros no recibieran el mensaje claramente.
Si bien de alguna manera pudiera decirse que Titivillus y sus malignas tareas podría haber sido vencido y desterrado con la invención de la imprenta y otras tecnologías, incluso hasta los actuales momentos con computadores y teléfonos “inteligentes” y en especial con las funciones de “corrección ortográfica”, por el contrario, pareciera estar más cercano y activo que nunca. Titivillus es aquel villano que induce a la indebida pronunciación, el comerse y omitir letras, sílabas y hasta palabras completas, los famosos errores de dedo o de tipeo, los errores tipográficos o “typos”. Las “descorrecciones” automáticas en trabajos digitales, los errores de programación que generan los famosos en incomprendidos “bugs”, la falta de articulación y proyección de la voz en la palabra hablada, la utilización de muletillas, el abuso del insulto, el lenguaje soez, el surgimiento del lenguaje rebuscado que no son más que galimatías y disparates, letras de canciones con mensajes absolutamente denigrantes y contrarios a las más elementales normas del lenguaje, de la moral y el respeto, son solo algunas de las manifestaciones en las que seguramente Titivillus está involucrado, y por ello es que resulta hoy más necesario que nunca alguien que le pueda hacer frente a este villano Titivillus, su nombre: El Capitán Virgulilla.
¿Cómo es el Capitán Virgulilla?
Muy recientemente, dos días antes de esta publicación, luego de ya haber decidido que este era el tema dadas todas las circunstancias, sostuvimos Roberto Emmanuel y yo una muy divertida y productiva conversación en la que ya definíamos aún más a nuestro superhéroe, cuyas características procedemos a destacar y a invitar a los lectores a aportar ideas en cuanto a su perfil y otros elementos que puedan ser ventajosos para el Capitán Virgulilla.
Aquí una ficha descriptiva del Capitán Virgulilla, completamente ideada y creada por Roberto Emmanuel:
- El Capital Virgulilla nació el 23 de abril, Dia Internacional del Libro y de la Lengua Española, pero del año 2018.
- Vive en las Academias de la Lengua. En todas.
- Inspira a sus miembros en las labores de investigación pero quiere salir a llevarle las explicaciones a los niños.
- Tiene un ciclo de vida de cien años. Una vez cumplidos estos vuelve a nacer.
- Nació en la ciudad de París, luego le tocará en 2118 hacerlo en China (no se sabe la ciudad), en 2218 en Ecuador, tampoco se sabe la localidad, y en 2318 en Venezuela, específicamente en Caracas. Se desconoce dónde ocurrirán los siguientes nacimientos.
- La forma de su cabeza es rectangular, usa lentes oscuros redondos.
- Su traje es completo, no usa cinturón, pero sí guantes, muñequeras, coderas y rodilleras, tiene en el lado izquierdo del pecho un bolsillo con marcadores de distintos colores.
- Tiene capa y botas negras.
- Lleva en sus manos un par de libros que siempre está leyendo para aprender.
- Tiene como espada un lápiz que utiliza para corregir.
- Tiene dos principales vehículos. Uno terrestre: un bibliobús, y uno espacial, un cohete con biblioteca.
- El estilo de música que más le gusta es el rock.
- Si bien su superpoder es saber a la perfección todos los idiomas del planeta, incluso se comunica con los animales, su idioma preferido es el español, por eso es que escogió la virgulilla como símbolo.
- Tiene una mascota que es un perro llamado “Alfa”, que es como un dálmata, pero las manchas son virgulillas. Es anaranjado. Puede tener manchas, virgulillas, blancas o negras.
- Su frase preferida y que siempre utiliza es “Energía y buena actitud”.
- El Capitán Virgulilla además de combatir el mal uso del lenguaje haciendo las correcciones directas una vez que las detecta, aconseja a los niños y a los adultos a que lean mucho para aprender, además hará una película, y unos libros para colorear, así como de actividades.
¿Y el tema de la inteligencia artificial? ¿Qué tiene que ver con todo esto?
Muy recientemente he tenido la oportunidad de investigar sobre diferentes aspectos relacionados con tecnología e inteligencia artificial principalmente con la cultura y pensamiento jurídico.
Una vez, tomando algunas notas sobre nuestro querido superhéroe, puse a prueba una de las soluciones de inteligencia artificial para hacer una travesura que consistía en componer una canción infantil sobre nuestro héroe, el Capitán Virgulilla, y su némesis, Titivillus. Me dispuse a redactar y enviar el correspondiente “prompt” y luego de pocos segundos, la respuesta y resultado que quiero compartir con ustedes.
Roberto Hung: -Prepárame una canción infantil sobre el Capitán Virgulilla, quien es un superhéroe cuyo superpoder es saber todos los idiomas del mundo y su archienemigo es Titivillus, el demonio que hace que la gente se equivoque en el lenguaje.
IA GPT:
(Verse 1)
Capitán Virgulilla, un héroe sin igual,
Con su poder del lenguaje, siempre va a brillar.
Sabe todos los idiomas, sin importar el lugar,
Con su valentía y sabiduría, todo podrá lograr.
(Coro)
Capitán Virgulilla, defensor del hablar,
Combatiendo a Titivillus, con su don sin igual.
Con su capa y su pluma, lucha contra el error,
Por un lenguaje correcto, él es el protector.
(Verse 2)
Titivillus, el demonio, quiere confundir,
Hace que la gente se equivoque al escribir.
Pero el Capitán Virgulilla no se dejará vencer,
Con su astucia y conocimiento, el mal va a detener.
(Coro)
Capitán Virgulilla, defensor del hablar,
Combatiendo a Titivillus, con su don sin igual.
Con su capa y su pluma, lucha contra el error,
Por un lenguaje correcto, él es el protector.
(Puente)
El capitán viaja por todo el mundo,
Enseñando a la gente, siempre tan jocundo.
Con juegos y canciones, el lenguaje aprendemos,
Gracias al héroe, Capitán Virgulilla, lo comprendemos.
(Coro)
Capitán Virgulilla, defensor del hablar,
Combatiendo a Titivillus, con su don sin igual.
Con su capa y su pluma, lucha contra el error,
Por un lenguaje correcto, él es el protector.
(Final)
Gracias, Capitán Virgulilla, por tu enseñanza,
Nos inspiras a hablar con claridad y esperanza.
Juntos venceremos a Titivillus, sin dudar,
Por un lenguaje correcto, siempre de la mano estar.
A modo de conclusión.
Sin duda que desde nuestra más temprana edad y con nuestra natural curiosidad estamos recibiendo todos los días información que nos estimulará, o no, a desarrollar determinados temas, así como principios y valores, los cuales recibimos de modelos reales o imaginarios, de preparadores de clases o de superhéroes, de pasados o presentes. La lengua, la comunicación, el mensaje, el pensamiento, la creatividad, sin duda son un tesoro que proteger y cuidar de los supervillanos que siempre están al acecho, es por ello que queremos presentar a nuestro superhéroe, que más que ajeno e imaginario ante riesgos ficticios, se nos presenta muchos más cercano y real, para hacerle frente a riesgos verdaderos que debemos afrontar.
Un superhéroe que se nos muestra no lejano o foráneo, con poderes excesivamente caricaturescos, nos merecemos dentro del carácter imaginable, que sea más bien un héroe cercano, realizable, es más hasta interno, un héroe que efectivamente podamos crear y edificar en nosotros mismos, y eso se hace leyendo, aprendiendo, pensando, escribiendo, creando, programando, todo lo cual es posible para cada uno de nosotros si tenemos energía y buena actitud.
Las instituciones, como el pensamiento, se van adecuando a nuevos tiempos y nuevos retos, así he podido personalmente observarlo en el caso que nos invitan hoy nuestras cavilaciones como lo son las Academias nacionales y sus miembros, que cada vez más se encuentran más cercanas, menos acartonadas ¿Y por qué no?, menos formales, ello sin descuidar su rigurosidad de contenido, pero poniendo atención a destinatarios mucho más necesitados de esos valores que son tan necesarios, todavía más en cortas edades.
Nos despedimos felicitando a doña Corina Yoris Villasana por su incorporación la Academia Venezolana de la Lengua correspondiente de la Real Española, y a dicha Academia por recibir en sus filas a tan importante miembro en momentos en los que son muy necesarios, entre otros, los superpoderes de los que aquí hemos tratado.
Felicitaciones
“Energía y buena actitud”
Se despiden y firman.
Capitán Virgulilla,
Roberto Emmanuel Hung Valles
Roberto Hung Cavalieri
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