¿Hay que votar el 28 de julio? Yo tengo mi respuesta. Es el resultado de años de luchas, de ideas, de argumentos, de discusiones, debates, pero sobre todo de revolución; la misma que sigue en el poder pese la victoria sin precedentes en las parlamentarias de 2015 gracias al voto castigo oficialista y a un rechazo contundente que se amalgamó para pulverizarlos en las urnas. Lo dije hace unos días en este espacio, fue una indiscutible votación de 7.728.025 votos y una diferencia innegable de 2.102.777 votos ante los 5.625.248 del Polo Patriótico. Un resultado que nos demostró que cuando las condiciones están dadas se puede vencer electoralmente al régimen. Lo que sucedió después es debatible, pero no en este momento.
Ningún momento histórico ni electoral es igual a otro. Comparar el de hoy en día con el de las últimas presidenciales es un absurdo; Henri Falcón jamás logró convencer de ser una opción real y no el candidato a la medida de Nicolás a una gran parte del electorado que se sintió traicionado y agotado tras las protestas de 2017 y los cientos de asesinados por la represión oficial. Nicolás logró en ese escenario, según cifras del CNE, obtener 6.248.864 votos aplastando la campaña timorata de Falcón quién solamente pudo obtener 1.927.387 votos.
La abstención en las elecciones presidenciales de 2018 alcanzó el 68% del padrón electoral siendo la más alta de cualquier cita presidencial en Venezuela, una lección para la dirigencia política que entendió que no se puede imponer el liderazgo y que la voluntad del pueblo es la base para poder crear un binomio perfecto hacia la participación y la defensa del voto. Sin confianza en el candidato es imposible inspirar la participación y el deseo de ser garantes de los resultados y es que, por citar un ejemplo, la campaña de Henri Falcón solo pudo colocar 13.000 testigos en las mesas y necesitaba más de 30.000.
Esta vez el pueblo se manifestó en las primarias del 22 de octubre y aunque las trabas han sido totales y no gozamos de ciertas condiciones, es una realidad que la oportunidad electoral solamente puede ser comparable al ambiente previo a las elecciones de 2015 en las que Venezuela manifestó su rechazo a la miseria, represión e injusticia que encarna el modelo gubernamental que nos gobierna desde hace largos 25 años.
Hoy tenemos un candidato, la coalición existe, aun con sus imperfecciones; hoy el cansancio del pueblo venezolano, sin importar el estrato social, su preferencia política es real, porque la crisis país es insostenible y no lo maquillan propagandas mentirosas en Youtube, canchas de pádel, ruedas frente el mar o estadios absurdos en un país en el que el pueblo muere esperado para ser atendido para recibir salud.
Este 28 de julio necesitamos que usted se levante, se arme de valor y vote, pero también que invite a sus vecinos, a sus familiares y que además sea parte de la masa que haga la veeduría que el régimen negó a la Unión Europea; que seamos garantes de que el proceso se lleve a cabo correctamente y que no vacilemos en defender nuestro voto.
¿Vamos a ganar? Existe una gran posibilidad, pero va a depender de nosotros en una llave mancomunada con los actores políticos.
¡A votar y a defender el voto!
@fmpinilla
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