Que la «confesión» de Hugo Chávez en 2004 de cómo provocó alevosamente la crisis del 11 de abril de 2002 fuera una manipulación no significaba que él no tuviera un plan para hegemonizar Pdvsa, sino un deseo inmenso de procurarse el control absoluto de la empresa.
Pues si algo sabía muy bien Chávez era que su proyecto hegemónico sobre el país dependía, en gran medida, del control total del ingreso petrolero producido por la empresa. Es más, su aspiración de controlar la renta petrolera en nombre de su revolución nunca la ocultó.
Si algo distinguía a Chávez de los políticos tradicionales era que siempre tuvo presente una estrategia de poder. Como también su «falta de filtro» para guardarse nada. De ese modo fue acostumbrando al país a oír directamente sus intenciones por más insólitas y descabelladas que pudieran sonar.
Los adversarios solían ignorar sus amenazas hasta que las hacía realidad. Nunca escondió sus propósitos. Los gritó muchas veces a los cuatro vientos.
Anunciar sus planes era también una novedosa y emocional manera de Chávez conectarse con las expectativas del sentimiento popular, práctica que mantuvo con harta frecuencia y que le reportó altos réditos políticos.
La conciencia rentista
El impacto de la renta petrolera se había sembrado en la sociedad venezolana durante más de cien años.
Desde la explosión del pozo Zumaque 1 y más aún desde el «reventón» de Los Barrosos 2 en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo que atrajo el interés mundial sobre Venezuela, cada ciudadano nacido en el territorio venezolano incubó en su conciencia que al menos una porción de ese beneficio le pertenecía.
Esa convicción individual y colectiva, no sin sustento real, fue dando lugar a la formación de un estado de conciencia nacional que devino en lo que las ciencias sociales han dado en llamar el «rentismo petrolero».
En el desarrollo de esa conciencia rentista mucho fue el aporte del discurso y la gestión populista de los gobiernos de Acción Democrática y Copei, la expresión el «petróleo es nuestro», blandida como consigna en los días de la nacionalización petrolera, a comienzos de 1976.
El discurso de Chávez y el de sus partidarios encontró terreno fértil en esa mentalidad y no perdió oportunidad para exacerbarla a grados siderales.
Afirmaba que los ricos se habían robado la riqueza proveniente del petróleo y que él, su nuevo redentor, estaba predestinado a recuperarlo para devolverlo a sus legítimos dueños: el pueblo.
Por eso jamás dejó de pregonar su deseo de dominar la gigantesca corporación petrolera difundiendo la idea de que la industria debía estar «subordinada a un proyecto nacional» que no era otro que el suyo.
«Peñonazos» contra Pdvsa
Durante la campaña electoral de 1998, Chávez y los suyos convirtieron el ataque a Pdvsa en uno de los puntos centrales de su discurso político.
El lenguaje descalificador de la política fue empleado sin miramientos contra la empresa. Se hablaba de las cúpulas en Pdvsa que operaban igual que las cúpulas partidistas. Abundaban en la opinión pública los ejemplos de politización de Pdvsa. Se denunciaba la «cevegización» de la industria para exaltar el clientelismo que cobraba cuerpo en su interior.
No faltaban los ejemplos de los usos turbios de los recursos de la empresa en campañas políticas que le dieron sustento a esa idea.
Las referencias de los casos de corrupción afloraban en notas y reportajes periodísticos y en los debates políticos.
Las menciones tocaban a los personajes más encumbrados del gobierno nacional e involucraban a la alta gerencia y al propio presidente de Pdvsa.
Muchas denuncias tenían soporte en hechos que ocurrían en Pdvsa pues la industria, a pesar de los extraordinarios beneficios que sin duda reportaba para el país, no dejaba de verse afectada por los manejos políticos y la corrupción en su seno.
Se decía que detrás de los ataques contra Pdvsa estaban grupos económicos y medios de comunicación.
Esas sospechas se alimentaban de la campaña de periodistas de alta audiencia como José Vicente Rangel o Alfredo Peña, que a su influyente columna semanal en el prestigioso diario El Nacional sumaba su programa de opinión y entrevistas en Venevisión, el canal de televisión de mayor audiencia en el país.
Vaya de ejemplo el siguiente caso:
El 2 de octubre de 1998, en su programa de televisión Peña soltó una serie de «peñonazos», como publicitariamente denominaba sus denuncias, a modo de introducción para preparar al espectador en torno al tema del manejo político de Pdvsa y espolear a su invitado de la noche: el candidato presidencial Hugo Chávez Frías.
“La prensa informó -dijo Peña con su proverbial estridencia- que Pdvsa ha gastado en 4 años 114.169 millones de bolívares, de los cuales para este año corresponde 56.000 millones de bolívares, dicen que en obras sociales, porque es que con este gobierno esa compañía, ya lo hemos dicho muchas veces, se ha politizado, se ha cevetizado; si se recuerdan la época en que la CVG hacía las carreteras, las cloacas, los parques infantiles, las autopistas y se ocupaba también de electricidad y del agua allá en Guayana, funciones que no son de una empresa productiva, en mi opinión la empresa productiva entrega dividendos a sus dueños si en este caso es el Estado, al Estado y paga sus impuestos y con lo que el Estado recauda, se ocupa el Estado de la educación, la seguridad social y también la sociedad personal, esa experiencia fue nefasta y en mi opinión destruyó las empresas de la CVG, pero no conforme con esto, ustedes se acuerdan de que Pdvsa a través de la empresa Citgo donó para la campaña electoral en Estados Unidos al Partido Demócrata y al Partido Republicano 150.000 dólares, pero aquí les tengo una evidencia que es realmente sorprendente, en este documento. Es la carta que firma el presidente de la Universidad de Nueva York, el señor Haig Oliva. Allí se dice claramente que Citgo otorgó 2 millones de dólares americanos, escuchen bien, 2 millones de dólares americanos a la Universidad de Nueva York, la universidad que acaba de entregarle una medalla de honor al presidente Caldera, la verdad es que esa medalla de honor al presidente Caldera nos costó un ojo de la cara, el gobierno planteó inicialmente un recorte de 800.000 millones de bolívares en el presupuesto, se opusieron los partidos, se opusieron los gobernadores y naturalmente tal recorte no se efectuó; el gobierno acudió entonces al expediente de solicitarle más dinero a Pdvsa, más dividendos, una cifra adicional de 537.000 millones de bolívares, pero Pdvsa no tiene eso en caja, líquido, entonces la fórmula que encontraron es como que el Seniat le tiene que reintegrar créditos fiscales a Pdvsa, hacen un neto de lo que el Seniat le debe a Pdvsa y queda líquido 159.000 millones, que será lo que entregará definitivamente Pdvsa al Fisco, a la Tesorería, de acuerdo con lo que ha dicho la ministra Maritza Izaguirre.
Otro punto, por cierto con relación a Pdvsa, me han dicho que los jubilables de la alta nómina, lo que llaman la nómina mayor, se irán de la industria el primero de enero. ¿Por qué se van? Porque ellos entrarán a partir del primero de enero a formar parte del nuevo régimen de prestaciones sociales, con el antiguo régimen ellos podían acumular las prestaciones, hoy no las pueden acumular, entonces es mucho más lo que ellos pueden acumular que cualquier aumento de salario; allí, es un grupo gerencial alto que recibirá una buena tajada y se dedicarán pues a cualquier otra actividad porque han pasado de 25 años en la industria y no les conviene y no les interesa el nuevo régimen de prestaciones sociales que sí tienen que aceptar el resto de los mortales y trabajadores venezolanos que no acumularán prestaciones porque, como ustedes saben, el nuevo sistema no acepta ese tipo de acumulativos.
¡Vaya entrevista!
AP: ―Vamos a una breve pausa. Yo quiero que en la próxima parte del programa usted nos explique lo que conversó esta mañana con la cúpula de Pdvsa, porque aquí no hay cúpula solamente en los partidos, también hay cúpulas en las industrias básicas del Estado como Pdvsa.
—
AP: ―Continuamos conversando con Hugo Chávez Frías, candidato presidencial del Polo Patriótico. Comandante, por fin a usted lo recibieron en la plana mayor de Pdvsa, industria pública que de acuerdo con la Constitución y las leyes del país, debe regirse por la estrategia del poder público libremente elegido, en este caso al Poder Ejecutivo le corresponde nombrar la directiva de Pdvsa. Quisiéramos saber qué habló usted con la gente de Pdvsa y por otra parte si usted mantiene la posición que ha dicho públicamente, que una vez que llegue al poder nombraría una nueva directiva a esa corporación.
HCH: ―Sí, yo mantengo mi posición, aunque yo me refería al presidente de la empresa, no hablé de toda la directiva, no se puede tampoco borrar y empezar de cero; ahora, ¿y por qué al presidente? Porque se trata de una nueva estrategia, una nueva visión; sin embargo.
AP: ―¿Y por qué no la directiva, si Caldera cambió la directiva?
HCH: ―Bueno, habrá que estudiarlo, en todo caso yo te aclaro.
AP: ―Parece que viene de esa reunión con un punto de vista distinto.
HCH: ―No, no, no, de ninguna manera.
AP: ―¿Qué le dijeron en Pdvsa?
HCH: ―Bueno, fíjate, fuimos invitados, sí, a una reunión informativa, yo estoy aceptando esas invitaciones, del Banco Central, Fogade, Pdvsa hoy, etc.; en la Cancillería, estuve antier con el canciller, oyendo, como hoy, cuál es su visión de esa directiva, cuáles son los planes que tienen, para oírlos de primera mano y además exponer algunas ideas, pero fuimos más que todo con la intención de oír, pues ellos explicaron todo lo que es el plan de expansión, los proyectos de internacionalización, los recortes que se han visto obligados a hacer y cuáles son los efectos que han tenido, cuáles son las perspectivas de los precios, cómo defender los precios, cómo defender los mercados, es decir, fuimos a oír una visión de la cúpula, de la jerarquía de Pdvsa, nos trajimos materiales, designamos una especie de comisión de enlace, me acompañaron hombres como Bernardo Álvarez, Alí Rodríguez, Jorge Giordani, Héctor Ciavaldini, Jorge Olavarría.
AP: ―¿El señor Giusti estaba en la reunión?
HCH: ―Sí claro, cómo no, sí, incluso hablamos en privado en primer lugar y después fuimos a la reunión.
AP: ―¿Y qué le dijo en privado ese señor?
HCH: ―En privado nos explicó con láminas esos proyectos, esa visión, esas perspectivas. Nos trajimos una serie de informaciones que nos van a servir sin duda alguna para seguir nosotros profundizando, evaluando nuestros planes, pero yo no tengo ningún cambio de posición, sería muy ligero decir luego de una visita de dos horas.
AP: ―Es que se comenta mucho en algunos círculos que ya usted en los grupos económicos y diríamos el cogollo de Pdvsa, empezó a lavarle el cerebro.
HCH: ―Mira, los que puedan pensar eso no me conocen; no me conocen bien, mi cerebro no se puede lavar así, el cerebro mío, igual que el tuyo seguramente, y el de toda persona consciente, ya a los 44 años.
AP: ―Bueno, creo que aspira a un cargo supremo, no.
HCH: ―Precisamente, pero después de.
AP: ―Público.
HCH: ―Después de tantos años, Alfredo, de estudios, de lucha, de dolores y de rigores, yo tengo mi cerebro y mis ideas fuertemente…
AP: ―Pero fíjese, por ejemplo, lo siguiente. La revista Primicia publicó hace unos dos meses una declaración que a mí me pareció insólita por parte del entonces gobernador del estado Anzoátegui. Este gobernador decía que la gente de Pdvsa, cuando él estaba en campaña, lo acompañaban y hacían campaña con él y ahora no hacen campaña con él. Esa revista publicó una serie de reportajes donde demostraba la politización de Pdvsa, cómo los recursos de Pdvsa se utilizaban para ayudar a tal o cual estado de acuerdo con cuál partido estuviera al frente de ese estado; es decir, no se gerenciaba en forma profesional sino que se gerenciaba de acuerdo con los intereses de quienes estuvieran alrededor de los intereses de esa cúpula, porque nos… usted durante dos años Luis Giusti fue precandidato presidencial, y era el precandidato presidencial que tenía Alfaro, Caldera y Teodoro Petkoff, eso lo dijo el gobernador de Anzoátegui. Usted se recuerda lo que pasó con la CVG, unas empresas que se iniciaron en, inicialmente como empresas productivas para que fueran rentables y contribuyeran al desarrollo industrial del país, bueno, aquello se convirtió en empresas que tenían que ver con la luz, con el agua, con los parques infantiles, con la carretera, con los centros deportivos, etc., y por supuesto, con un clientelismo partidista escandaloso; entonces, se está cevegizando Pdvsa. ¿Cómo va a hacer usted para evitar eso?, hace dos días publicó la prensa que han gastado 114.169 millones de bolívares en gastos sociales. Señor, una empresa productiva lo que tiene que hacer es entregar sus dividendos si es pública a la Tesorería, al Estado, entregar sus dividendos y pagar sus impuestos y es tarea del Estado ocuparse de educación, de salud pública y de seguridad. ¿Usted va a auditar a esa empresa que ha sido hasta ahora inauditable?
HCH: ―Bueno, cómo hacerlo, pero por supuesto que hay que auditarla, a Pdvsa hay que subordinarla, subordinarla al gobierno, al Estado, Pdvsa no puede ser algo independiente como un Estado dentro de otro Estado, se ha independizado, se ha ido de las manos, yo lo he dicho de muchas maneras, pero ahora que estamos más cerca y hay mucha probabilidad de que seamos el próximo año, tengamos el poder y la capacidad de transformar la empresa, transformarla para bien, porque es una empresa esencial dentro del modelo económico y el modelo futuro para Venezuela; ahora, por eso es que yo hablo Alfredo de hacer cambios en la más alta cúpula de la industria petrolera, por eso es que nosotros hablamos de cristalinizar la industria, sacarla de una especie de caja negra, bueno, más profunda que el mismo secreto militar, hay que auditar a Pdvsa, la Contraloría General de la República debe mirar con mucho cuidado, con lupa, nosotros hemos hablado de reducir el nivel de costos y gastos de Pdvsa que se ha incrementado en 300% en los últimos años; hemos dicho que hay que revisar con lupa las inversiones de Petróleos de Venezuela en el exterior que no son auditables y nadie sabe qué pasa con los dividendos de esas grandes inversiones en Estados Unidos, en Alemania y en otros países del mundo; esas son las medidas que nosotros hemos diseñado en un nuevo modelo de política petrolera, de gerencia petrolera.
AP: ―Fíjese usted, por ejemplo, que Pdvsa financió el Partido Demócrata y al Partido Republicano en las elecciones, les dio 150.000 dólares y yo tengo una carta, de ahora, donde Citgo, filial de Pdvsa, le da 2 millones de dólares americanos a la Universidad de Nueva York que le puso una medalla de honor a Caldera esta semana, esos 2 millones de dólares americanos los necesita la Universidad Central o la Universidad Simón Rodríguez o la Universidad de Carabobo, que están paradas porque no les pagan.
HCH: ―O que quieren cobrarle ahora a los estudiantes para que vayan a las universidades, cosa contra la cual nosotros estamos, bueno, estamos, porque tenemos una posición firme; en cuanto a Pdvsa, además de las medidas de reestructuración de su directiva, de su capacidad de control de gestión, la capacidad del Estado de controlar, de auditar a Pdvsa, de revisar las cuentas hasta el último rincón del mundo donde hay una oficina de Pdvsa o una instalación de Pdvsa, pues también nosotros hemos lanzado al país la necesidad de cambiar la estrategia petrolera venezolana, no podemos seguir con este modelo de casas muertas, Miguel Otero Silva –dixit-, un siglo petrolero, petróleo y petróleo y mucho petróleo, y hambre, hambre y más hambre.
AP: ―Mire comandante, en el Seniat se creó un departamento fiscal para justamente ocuparse de los tributos de la industria petrolera, no solamente de Pdvsa sino de las transnacionales que han venido a raíz de la apertura, el presidente de la República presionado por el presidente de Pdvsa eliminó ese departamento y el Estado había hecho un gran esfuerzo y el Estado había invertido dinero y horas enviando jóvenes venezolanos y técnicos venezolanos al exterior y trayendo expertos del exterior, porque la materia fiscal petrolera exige una especialización muy concreta, pues bien, eso fue destruido. ¿Usted va a reconstruir ese departamento de investigación fiscal de la industria en el Seniat?
HCH: ―Sí, tú lo veras en las líneas generales y particulares que ya hemos comenzado a exponer a los venezolanos que en materia de lo que hemos llamado rígida disciplina fiscal en política macroeconómica, nosotros proponemos repotenciar el Seniat y entre esas medidas de repotenciación está la reactivación de la Unidad Especial de Tributación Petrolera que como tú muy bien lo has dicho fue eliminada en este gobierno de Caldera, para que Pdvsa y las empresas petroleras le den al Fisco Nacional los impuestos que tiene que pagarle, igual repotenciar el Seniat en forma general, pero sí, te respondo y está ahí y tú lo verás escrito, lo hemos anunciado como una política de corto plazo, la reinstalación, la reactivación de la Unidad Especial de Tributación Petrolera en el Seniat.
AP: ―Vamos a una breve pausa. Yo quiero que usted me diga cómo va a enfrentar usted ese monstruo de mil cabezas que es la corrupción en las Fuerzas Armadas y en la administración pública civil…
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AP: ―Continuamos conversando con Hugo Chávez Frías, candidato presidencial del Polo Patriótico. Cuando usted se alzó comandante, hecho que yo en su momento reproché, hemos discutido mucho sobre eso comandante, pero el hecho es el siguiente. Uno de los argumentos principales que ustedes daban entonces era el de la corrupción, porque durante mucho tiempo en Venezuela el secreto militar sirvió de escudo y todavía sirve para la corrupción. Aquí se creó un trípode que es: perro de la guerra, político y militares corruptos, sobre todo de alta graduación; aquí se han hecho fortunas, aquí hay políticos que se han enriquecido, empresarios que salen de una bodega a convertirse en potentados, generales que salen de las Fuerzas Armadas a vivir 10 años en Nueva York con una jubilación de 1 millón de bolívares en dólares, lo cual me imagino que pagarán, no les alcanza ni para el condominio y eso hay que acabarlo y eso hay que ponerle coto y nadie le ha puesto coto; asimismo, otro tipo de corrupción, por ejemplo, ¿cómo es posible que nosotros estemos financiando en las condiciones en que está Venezuela esas fundaciones de los partidos políticos, de los sindicatos, de los parlamentarios? ¿Cómo es posible que a estas alturas de la vida gastemos más de 20.000 millones de bolívares en espalderos? ¿Cómo es posible que en teléfonos celulares y en teléfonos básicos se gaste todo el dinero del mundo? ¿Cómo es posible que Pdvsa, que usted fue a visitarla hoy, tenga 2 aviones Falcon 50, que cada uno vale 20 millones de dólares americanos y que esa compañía tenga una flota de aviones más grande de la que tiene cualquier línea aérea comercial en América Latina; la flota de aviones de CVG, el avión del Banco Industrial y hay gobernaciones que también tienen aviones y helicópteros, flotas de automóviles que cuestan una fortuna?
HCH: ―Alcaldías que tienen avionetas, las he visto.
AP: ―Bueno, alcaldías que tienen avionetas, y entonces ¿cómo se le puede pedir a un pueblo que se amarre el cinturón si esas cosas no se corrigen? ¿Usted le va a poner el cascabel al gato?
HCH: ―Se lo voy a poner, o mejor dicho, se lo vamos a poner, porque no se trata de un hombre, yo no tengo tanto poder para poner el cascabel al gato en todas partes, allí Alfredo, primero estaba oyendo, digamos, la gran diversidad de hechos que tú estás mencionando, yo estaba recordando al barón de Montesquieu, quien decía o dijo que: detrás de causa particular siempre hay una causa general, o sea una causa madre, la raíz del problema como decimos en lugares comunes, hay una causa madre de todos esos efectos que tú mencionaste, de corrupción en los mandos militares, de corrupción en las aduanas, de corrupción en Pdvsa, en la Alcaldía, la burocracia, es el modelo político, clientelar, yo lo he llamado desde mis estudios de política, de ciencias políticas en la universidad, el modelo adeco que nació aquí básicamente el 18 de octubre de 1945, un modelo populista, clientelar, corrupto y los partidos políticos que se adueñaron del modelo, las cúpulas de los partidos políticos, especialmente Acción Democrática y Copei, pues se meten en todas partes, designan altos mandos militares, designan cúpulas de Pdvsa, el sistema electoral está montado sobre el partidismo y no hay democracia verdadera, de forma tal que hay una sociedad de cómplices, esa es la causa madre; entonces ahí va la acción de Hugo Chávez Frías, dirigida a la causa madre, porque mientras no se transforme ese modelo corrupto, político clientelar y abramos el cauce a una democracia de verdad participativa, una democracia sana, unos poderes del Estado donde impere el poder moral, pues Venezuela seguirá hundiéndose en altos niveles de corrupción civil, militar, nacional y regional, hay que transformar el modelo político y sanear las instituciones».
PDVSA una «caja negra»
El examen de todo lo dicho por el periodista y el entrevistado a la luz de lo sucedido durante estos veintitrés años de gobierno chavista, que incluyó al propio Alfredo Peña como ministro de la Secretaría de la Presidencia de la República y alcalde metropolitano, sería una tentación para cualquiera que deseara constatar verdades y falsedades dichas esa noche.
Pero no hablamos de lo sucedido después sino de lo que sucedía en ese momento y sus implicaciones en la industria.
La feroz arremetida de la opinión pública afectó duramente la importancia ganada por Pdvsa en el país.
Se multiplicaron las acusaciones, con fundamento real o falso contra la empresa.
Se le endilgaba «ocultar recursos a expensas del fisco, de la misma manera como treinta años antes se había acusado a las operadoras transnacionales de transferir fraudulentamente recursos al exterior».
Pdvsa fue declarada «inauditable», se dijo que era una “caja negra” y fue definida como «un Estado dentro del Estado», afirmando que tenía «demasiado poder autónomo, como en el pasado se había acusado a las transnacionales», escribió Ramón Espinasa, experto petrolero vinculado por muchos años a la empresa.
En su interesante y sustentado alegato en defensa de la empresa, Espinasa afirmaba que «Pdvsa perdió la batalla de la opinión pública antes de las elecciones, no se preocupó por explicar que el aumento de los gastos era consistente con el aumento de la producción, que de hecho los costos por barril estaban bajando».
También aseguraba que la empresa «siempre sintió que la razón estaba de su lado y no era necesario explicarle al país el desempeño del sector». Craso error.
«Consecuente con su discurso -prosigue Espinasa-, el candidato y después presidente se planteó reducir el tamaño y la importancia de Pdvsa, reducir su nivel de gastos, como objetivo estratégico. Bajo la premisa genérica de que eran demasiado altos en sí mismos y en particular respecto a los gastos del gobierno, uno de los puntos básicos de la nueva orientación de política petrolera a partir de 1999 fue el de reducir los gastos de Pdvsa. El lineamiento de política fue el de reducir los gastos de Pdvsa para, en formas por lo demás discrecionales, transferir el ahorro al gobierno para financiar su gasto».
Concluido el proceso electoral el 6 de diciembre de 1998 el país entraría a conocer paulatinamente cuál sería el destino de su principal fuente de riqueza.