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A los venezolanos: de Putin, Lavrov, Ryabkov y Rodríguez Zapatero

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En la universidad de Andrés Pastrana (Metropolitan International University), las ONG Cevelibre, Demos of the Americas y The National Institute for Democracy and Development, por iniciativa de los profesores Blanca Rosa Mármol, Antonio Jose Herrera (a quien el mundo de las inversiones no ha logrado separar de su cátedra en Ciencias Políticas en la UCV, ni a la militancia en La Causa R) y Román Jose Duque Corredor, se celebra un conversatorio titulado “Los próximos días venezolanos”, después de una larga discusión entre José Gregorio Tovar, Vladimiro Mujica y Alexis Ortiz. El evento es promovido por las redes sociales por el Despacho de Abogados Badell & Grau, de Venezuela, pero ya también establecido en Florida.

El académico Asdrúbal Aguiar dirige el escenario, escogido para tal fin, unánimemente. Beatrice Rangel compartirá el ambón con el director de la Cátedra Mezerhane, en el Miami Dade College.

La ex ministra Rangel comienza expresando que a los venezolanos nos corresponde convencernos de que todo lo que nos ha costado conformarnos como una verdadera República, pasa, entre otras circunstancias, por la falta de entendimiento entre unos y otros, inclusive, en lo concerniente a la crisis actual, hasta el extremo de que diferimos en la estrategia para ponerle término y lo más grave es que si lo lográramos no existe uniformidad de cómo conducir a la nación para que se enrumbe a una democracia eficiente. El desajuste nos ha hecho daño, lógicamente, en el contexto interno, pero, también en el internacional, incluyendo a Estados Unidos, desde donde nos apoyan, pero sin dejar de lado que el problema nos sigue compitiendo. Por lo menos, en lo atinente a acciones concretas para un cambio de gobierno.

El profesor Aguiar elogia la claridad de Rangel, ponderando su preparación en políticas públicas. Expresa su conformidad de que la lucha de Venezuela será fructífera en la medida en que haya consonancia en la metodología, pero se tornaría lejana si persiste lo contrario, esto es, la disonancia. En este contexto he de poner énfasis, afirma el más destacado ministro del segundo gobierno del presidente Caldera, de que los últimos días me preocupan, puesto que parecieran demostrar un acentuado “desentono” en el propio contexto internacional, determinante para el interno, pues, por un lado, una mayoría de países apoyaron la gira de Juan Guaidó, como presidente interino, incluyendo al gigante del norte y a su propio jefe de Estado. Para la mayoría de los venezolanos ello fue concluyente, renaciendo de nuevo la esperanza de poner fin al desastre que nos afecta, cuyas dimensiones ya lo ubican como uno de los más acentuados del mundo. Aguiar exhibe el libro de Antonella Marty Capitalismo. Un antídoto contra la pobreza, presentado en el Interamerican Institute for Democracy, con claras consideraciones por parte de César Vidal, Carlos Alberto Montaner, Carlos Sánchez Berzaín y la propia Beatrice Rangel. Por cierto, con un saludo (Skype) impregnado de ilusión por parte de María Corina Machado. “Venezuela volverá a ser libre” fue una de las más emocionantes expresiones de la fundadora de Vente Venezuela. Para la autora argentina, acota Aguiar, la hecatombe de América Latina es el resultado de las políticas populistas.

El disertante, buen expositor, se pregunta: ¿Por qué hablo de desentono?, respondiendo que al reto asumido por Donald Trump, que de buena fe hemos de calificar como “un compromiso”, para sorpresa de muchos, incluyéndome, cuando Juan Guaidó no había tomado ni siquiera el avión de regreso a la patria, la Rusia de Vladimir Putin pareciera haber manifestado “un momento, pero deberían consultarnos”. La mano la ha levantado Serguéi Lavrov, su canciller, cuya preparación, experiencia y logros en el escenario, tanto nacional como internacional, son universalmente conocidos. Ha estado inmerso en la problemática de Sri Lanka, el International Economic Relations of the USSR, la coordinación de la estrategia política de Rusia en Siria, donde fue cuestionador de la actuación de Estados Unidos y del presidente Trump, pero, también, en las Naciones Unidas, ocupando el cargo de presidente del Consejo de Seguridad. Designado por Putin y de cercana relación con Dimitri Medvedev, primer ministro. Los premios recibidos por el canciller son numerosos y de importancia considerable. Lavrov, reitera el expositor, visita “la Sultana del Ávila” para ratificar el apoyo de Rusia a Nicolás Maduro, dejando claro que “Moscú sigue en Caracas”, pues ha apoyado a Maduro con miles de millones de dólares en acuerdos comerciales y líneas de financiación, siendo el segundo socio comercial después de China. La alianza Moscú-Caracas la certifica también, agrega Aguiar, Serguei Ryabkov, responsable ministerial de las relaciones con América, otro peso pesado de la política exterior de la patria de Lenin, incluyendo el área militar. Ryabkov, atestigua el académico, reconoce que Moscú interactúa continuamente con Venezuela: 1. Brinda ayuda económica, 2. Trabajan juntos la minería, 3. Le vende armas, 4. Mantiene acuerdos de cooperación técnica militar y 5. Asesora al Ejército. El viceministro alega que se trata de “pactos transparentes, configurados en términos muy precisos, tanto dentro de la legislación de su país y la venezolana, como de la internacional”. Los rusos han manifestado, pues, ante los EEUU y los demás países que han respaldado a Guaido: “nosotros, también, contamos”.

Vladimiro Mujica, de Cevelibre, pero, también, de Demos of The Americas, felicita a Aguiar por relatar la concatenación del régimen con Rusia, identificando causas y consecuencias del presente y devenir de nuestra nación. Por mi parte agregaría: 1. Rosneft ya distribuye 2 tercios del crudo que extrae Maduro, 2. Por medio de un despacho en Panamá, acaba en la India y China y 3. Para Bloomberg Estados Unidos no ha impuesto sanciones contra la empresa rusa por el temor de causar un caos en los mercados petroleros. Pero ya han empezado a hacerlo, interrumpe Horacio Medina, ingeniero petrolero venezolano, exiliado desde hace ya algún tiempo: 1. El Departamento del Tesoro estadounidense ha anunciado sanciones contra Rosneft Trading y 2. Por esa vía para Mike Pompeo se le está cortando la línea de vida principal de Maduro y 3. Le costará, por tanto, evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos. Beatrice Rangel, demandando rectitud, señala que hemos identificado una de las principales causas para el sostenimiento de Nicolás Maduro, esto es, “la cooperación rusa”. Juan Guaidó, por tanto, ha de dedicar todos sus esfuerzos para que Donald Trump logre que Rusia ponga término al colaboracionismo con el régimen. Y a ello debería sumarse el resto de la oposición, actuando como un solo bloque. ¿Pudiéramos hacerlo?, pregunta la interviniente. No hay respuesta.

La ex ministra de Carlos Andrés Pérez y destacada directora del Interamerican Institute for Democracy, propone que habiéndose identificado una de las causas para el sostenimiento del gobierno en Venezuela y la ruta para combatirla, el conversatorio ha de dirigirse a las alternativas restantes, por lo cual ruego a Asdrúbal Aguiar que conduzca el evento en este sentido. Este último, Secretario Ejecutivo de IDEA, exitosa organización vinculada a la Cátedra Mezerhane y al Miami Dade College, que agrupa a los ex presidentes de los países suramericanos y a los de España, en procura del sostenimiento y modernización de la democracia, al expresar su conformidad con la doctora Rangel, aduce que a la visita de los rusos  Serguéi Lavrov y Serguéi Ryabkov, se sumó, algunas horas antes o después, la del ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español, que actualmente gobierna a la madre patria a través de una coalición con el populismo político de izquierda de Pedro Sánchez y que ha generado los peores temores en la península.

Al ex jefe de Estado se percibe desde hace ya algún tiempo como cercano del gobierno venezolano, distinguiéndose como promotor de un diálogo con la oposición, o por lo menos, con un segmento de la misma, por lo que sus visitas a Caracas han sido más que frecuentes. Para algunos mantiene, también, una estrecha vinculación con el denominado “Grupo de Sao Paulo”, una especie de “hosterizer” dentro del cual Hugo Chávez, Lula da Silva, Dilma Rousseff, Rafael Correa y Evo Morales, mezclaron varias cosas raras con el resultado de un brebaje tan extraño que ya el Furher venezolano había calificado como “socialismo del siglo XXI”, hoy afortunadamente más devaluado que antes.

Pero, en definitiva, lo cierto es que Zapatero entra y sale a y desde Venezuela, como “Pedro por su casa”. Luis Corona, presidente de Cevelibre, con el pragmatismo que le caracteriza, señala que debería puntualizarse que el diálogo constituye otra tipología ante la crisis de Venezuela, lamentablemente devaluado por el abuso y la insinceridad con la cual se ha manejado, como lo revelan las experiencias de Caracas, República Dominicana, Noruega y Barbados. En todos ellos ha estado presente Rodríguez Zapatero, interrumpe, con ironía, José Gregorio Tovar, fundador de Demos of the Americas, proponiendo a los asistentes escuchar el editorial de César Vidal del 03/02/20 “Zapatero, el imbécil, sigue cabalgando”, advirtiendo que ha hecho 100 grabaciones, con la ayuda del periodista venezolano Caupolicán Ovalles, a la disposición de los interesados y sin cargo alguno.

Disciplinémonos, reitera Beatrice Rangel, preguntando si deberíamos calificar o no al diálogo como una de las alternativas ante el desastre venezolano. Sin duda, adiciona, Aguiar, pero tomando en cuenta de que con ocasión de la reciente visita de Rodríguez Zapatero: 1. ¿Habrá recibido la opción dialogada la oxigenación que había perdido, 2. A qué nos conduce, y 3. Nos abrirá como única posibilidad el camino a las elecciones parlamentarias para la escogencia de una nueva Asamblea Nacional, limitándose a ello? De esto último no tengo dudas, responde Miguel Ángel Martín, ex presidente del Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, incorporado al evento. Antonio Marval, actual presidente, acota que “el sufragio constituye constitucionalmente un derecho, por lo que deberíamos ejercerlo. Recordemos que cuando no lo hemos hecho, las consecuencias han sido desastrosas”. Los presentes se miran unos a otros. Hay silencio en la sala.

La doctora Rangel advierte que no deberíamos enredarnos, por lo que es necesario puntualizar: 1. El diálogo es una cosa, 2. Las elecciones otra. 3. Un diálogo sincero puede conducir a un cambio de gobierno, opción óptima, 4. Pero puede ser, también, el camino para un proceso eleccionario integral y 5. Me refiero a que se permita al pueblo para que libre y soberanamente decida quién debe gobernarle. Entendemos esto último como referido al primer magistrado y los poderes públicos restantes. De acuerdo, expresa Corona, al lado de Paciano Padrón y Adolfo Salgueiro.

El profesor Aguiar concede la palabra al ingeniero Enrique Colmenares, presidente del movimiento nacional de una Asamblea Constituyente, como el remedio más idóneo para Venezuela. Ha llegado de Caracas directamente al conversatorio, acompañado del jurista Román Duque Corredor, quien preside el Bloque Constitucional, otro de los think tank que lucha desde ya hace algún tiempo por la democracia en el país caribeño. He venido a denunciar, dice Colmenares, la maniobra del gobierno y de un grupo de dirigentes de la oposición para celebrar elecciones parlamentarias, bajo la égida de un gobierno usurpador. Tal vez, el régimen les reconozca el triunfo y hasta se declare perdedor del sufragio, pero les esperará, como hasta ahora, con la teoría de Hermann Escarrá, conforme a la cual la asamblea nacional constituyente que el gobierno se hiciera elegir devino en la máxima autoridad y que a sus providencias han de someterse los restantes poderes públicos y sin excepción. “Una rebuscada interpretación de la ley de leyes”, aduce Román Duque.

Beatrice Rangel pregunta a Colmenares: ¿En qué consiste su propuesta?, advirtiendo que lo reclama consecuente con el esfuerzo que viene exigiendo, para la identificación, en un contexto científico, de iniciativas que puedan ofrecerse a los venezolanos y a la Comunidad de Naciones, viables de llevar a cabo, tanto por la permisión de las mismas en un contexto democrático, como a su concreción y efectos. Ipso facto, el interrogado dice “una consulta plebiscitaria”, que consistiría en convocar a los venezolanos legitimados para sufragar y se pronuncien si desean o no que Nicolás Maduro prosiga ejerciendo la primera magistratura. Obtendríamos así una decisión soberana, imperativa, obligatoria y de efectos inmediatos. Pero, además, algo muy significativo, que se haría conforme a la previsiones de la Constitución. La ministra adiciona, se trataría, por tanto, de la tercera opción del menú. La más determinante, contesta Colmenares, poniéndose de pie y en medio de los constitucionalistas Blanca Rosa Mármol, Román Duque Corredor y Luis Manuel Aguana, este último ingeniero, pero, dada su pasantía en ANCO, ya abogado, como el mismo Colmenares.

El conversatorio, cuyo tiempo se había previsto en 2 horas, máximo, para las 4:00 pm, ya lleva 6 y sin receso. Una voz de mujer se escucha: “Cuán triste me siento. Nuestra patria de mal en peor, a los venezolanos ya ni nos toman en cuenta para conducirla. Ha pasado a manos de norteamericanos, rusos, chinos y españoles. Pareciera una enredadera de intereses sobre intereses empresariales, personales y profesionales. Dilucidar es difícil, puesto que quienes están detrás de cada postura como que meten la mano para luego esconderla. Es un verdadero cataclismo… Soy Eulogia Mosquera, alejada del país desde hace una década. Me gano la vida barriendo casas, incluido este local. En Venezuela era abogada constitucionalista».

Así termina el evento.

@LuisBGuerra

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