OPINIÓN

90% de rechazo de Nicolás Maduro: el suicidio del PSUV

por Juan Francisco García Escalona Juan Francisco García Escalona

Todos los últimos movimientos que se han ejecutado en el país por parte de los factores políticos del PSUV poseen la dirección de garantizar un proceso electoral que los favorezca, de esta necesidad surgió el viaje de Diosdado Cabello a Cuba y la designación de un nuevo CNE por la Asamblea Nacional; no obstante, el elemento central que es el acuerdo sobre quién será el candidato es sin duda el motivo de grandes diferencias en la intimidad del gobierno.

El rechazo a Nicolás Maduro es brutal, como también lo es su empeño en la reelección, el PSUV desde hace muchos años no gana una elección de forma transparente. La diferencia en este proceso se ubica en el tamaño del fraude y la connotación internacional, los costos políticos se ubicarían en una dimensión sin precedentes, echando por la borda todas las maniobras que han ejecutado al pulso de un fino bisturí los hermanos Rodriguez, quienes se combinan de banda a banda para mitigar las confrontaciones con Estados Unidos y la Unión Europea, conservando en la misma dinámica las relaciones y las sociedades con los bloques históricos que los soportan, teniendo a La Habana como epicentro de su política.

La designación del nuevo CNE tiene impresa la desesperación de Nicolás Maduro, los rectores Elvis Amoroso y Rosalba Gil están intrínsecamente unidos a Cilia Flores, y Carlos Quintero es alineado a Nicolás Maduro,  los otros 2, son figuras decorativas que exponen los niveles de complicidad de los partidos de oposición, en este caso Acción Democrática  y Un Nuevo Tiempo. El otro aspecto estruendoso de estas designaciones es la ausencia de Diosdado Cabello, nuevamente relegado en la toma de decisiones, quedando en evidencia por enésima vez la desconfianza que le tienen Nicolás Maduro, Cilia Flores y por supuesto los hermanos Rodríguez, quienes serán siempre una pared imposible de superar por el hombre del mazo.

Ahora bien, queda también demostrado que la audacia en el gobierno se reduce a la hora de determinar un candidato diferente a Nicolás Maduro, ninguno de los contrapeso y consejeros a lo interno tiene el temple para hacerlo cambiar de opinión, el error se acrecienta y van rumbo a un colosal desastre, que se atreven a anunciar sin rubor alguno. La designación de Elvis Amoroso es un exceso que pudo haberse evitado con cualquier figura intermedia que seguramente les cumpliría el mismo fin, pero han preferido saltar al vacío y generar más conflictos a lo interno del país y también en el campo internacional.

Nuevas sanciones por fraude electoral

La normalización de la política en Venezuela es uno de los principios que se ha establecido en todos los mecanismos internacionales de negociación, los voceros del gobierno se comprometen y mienten cada vez que se presenta el desafío electoral, en vista de la pérdida gradual del apoyo popular que en cuantificación electoral se ubica en casi 5 millones de votos desde Hugo Chávez en 2012 hasta las elecciones regionales en el año 2021, y que en el contexto de una elección presidencial, cualquier candidato unificado tendrá más de 5 millones votos de diferencia sobre Maduro si en definitiva es el candidato del PSUV.

Alzarse con el poder es un dilema que muchos a lo interno del gobierno tendrán que valorar, la sobreexposición a más sanciones es un campo minado de experiencias que no son agradables de revivir, el agotamiento de las estrategias para sortearlas y lograr contener la crisis y los reclamos internos del país son extenuantemente agotadores, sin dejar de visualizar la eterna lucha por evitar levantamientos militares que den al traste con la mal llamada revolución  del siglo XXI.

De tal manera que Nicolás Maduro y el PSUV navegan las profundidades del desastre, con el suicidio electoral como único elemento de permanecer en el poder, teniendo la inexistencia de confianza entre ellos como un símbolo de la naturaleza y voracidad de su forma de existir políticamente, donde todos son prescindibles, por lo tanto ninguno se siente seguro de sus propios interlocutores, todo esto hace una nube muy sombría en las relaciones del poder político y las posibilidades de un desenlace electoral y pacífico en Venezuela.

El PSUV va a fracasar estrepitosamente, es bastante fácil advertirlo si Nicolás Maduro definitivamente es el candidato.

@jufraga12