OPINIÓN

80 años de la caída de Polonia

por Carlos Balladares Castillo Carlos Balladares Castillo

Un día como hoy pero de hace 80 años, la Luftwaffe bombardeaba las zonas de la capital de Polonia (Varsovia) donde todavía se resistía el avance de la Alemania del Tercer Reich.

El frente de batalla en las afueras de la ciudad recibió la visita de Adolf Hitler, quien tenía una semana en el puerto de Danzig, que fue reconquistada con la invasión. La artillería del Ejército y las bombas de la Fuerza Aérea hacían casi imposible mantener la resistencia polaca.

El 27 de septiembre Varsovia se rendiría y al día siguiente las dos potencias que destruyeron el Estado polaco firmarían el Tratado Germano-Soviético de Amistad, Cooperación y Demarcación que reformularía el suscrito a finales de agosto estableciendo las zonas de influencias respectivas. El repaso de los hechos más importantes en la Segunda Guerra Mundial, según vayan cumpliendo el 80 aniversario (desde septiembre de 2019 hasta septiembre de 2025) lo iremos haciendo desde nuestra cuenta en Instagram: @profeballa. Y cuando finalice una etapa (campaña y batalla) haremos un resumen analítico en esta columna, tal como hacemos ahora.

Uno de los hechos más curiosos de este primer mes de guerra es que algunos de estos eventos determinarían el resto de la conflagración, tal como afirmamos seguidamente:

1) La invasión de Polonia por Alemania y la Unión Soviética (URSS) generaría una larga frontera común entre ambos, con todos los problemas que esto conlleva y ¿acaso no facilitaría los planes expansionistas al este (lebensraum o “espacio vital”) que Hitler había establecido en su libro Mein Kampf o el natural expansionismo bolchevique que había nacido con la revolución en 1917 pero que se había estancado relativamente con “el socialismo en un solo país” de Iosif Stalin? Ambos hechos terminarían ocurriendo de algún modo.

2) El 15 de septiembre la Unión Soviética y el imperio de Japón firmarían un armisticio después de su larga batalla de Jaljil Gol (Nomonhan para los japoneses) (mayo-septiembre, 1939). De esta experiencia sumamente costosa en vidas de soldados, haría que el Japón buscara recursos (especialmente el combustible) en el sureste asiático, lo cual inevitablemente le llevaría a la guerra con Estados Unidos. Para la URSS significó el traslado de tropas dedicadas a su frontera en Asia a la europea, lo cual le permitió invadir Polonia con más tranquilidad y una vez que sufre la invasión alemana en 1941, defender su capital (Moscú).

3) La Alemania de Hitler establece en Polonia el orden racista que espera aplicar en Europa (en especial en el este): primero anexiona a su territorio mucho más regiones que las perdidas con el Tratado de Versalles, en ellas aplica una “limpieza étnica” (desplazamiento de pueblos no germánicos o considerados “arios”), establece un territorio (“gobierno general”) donde hacinar a los pueblos no arios pero también desarrollar los guetos de judíos y los campos de exterminio de los pueblos que “no son raza” (judíos, gitanos, etc.), estos pueblos serán mano de obra esclava y se eliminará rápidamente sus élites para evitar todo posible liderazgo y mentalidad nacional, además de someterlos a todo tipo de privaciones empezando por los alimentos. Su máxima autoridad será el nazi Hans Frank.

4) Uno de los mejores ejemplos de resistencia de los pueblos ocupados y oprimidos por el orden nazi fue el del gobierno polaco en el exilio. El mismo permitió organizar a cientos de miles en cooperación con Francia primero (es el quinto ejército en número de soldados, según datos oficiales), pero especialmente en el Reino Unido y los aliados en general; llegando a pelear en diversos frentes y ayudando en el esfuerzo para derrotar al Tercer Reich.

5) El mito de la Blitzkrieg (guerra relámpago) fue generado fundamentalmente en la campaña polaca. La combinación de los tanques como punta de lanza que destruyen la resistencia de los ejércitos enemigos con el apoyo de la Fuerza Aérea, para lograr así penetrar en territorio enemigo y luego pasar a rodear y aislar al mismo forzando su derrota. De esa forma se superaba la tradición de trincheras generadas en la Primera Guerra Mundial y hacían de la Wehrmacht un cuerpo invencible. La realidad es que los tanques en la campaña sufrieron muchos desperfectos, la infantería (entre otros equipos) eran dejados atrás porque no estaba mayoritariamente motorizada (seguían dependiendo de los caballos) y lo más importante: nunca se habían enfrentado a tanques con el mismo nivel tecnológico y número por no hablar de contar con la superioridad aérea.

6) Se inicia la batalla del Atlántico (que durará toda la guerra) y que determina al final quién será el vencedor, y que fue el que logró mantener el vínculo con el mundo, en especial con la mayor potencia industrial: Estados Unidos. Si las armas, equipos y recursos que Estados Unidos mandó a Europa (Reino Unido y la URSS) no llegaban, la victoria de Hitler era una clara posibilidad. Y esto se logra gracias a que la mayor parte de la población de Estados Unidos desde el principio consideró que debían entrar a la guerra en caso de que Francia y el Reino Unido fueran vencidas. Y el Acta de Neutralidad que fue aprobada cuando comenzó la guerra es reformada cuando Polonia cae, promoviendo la venta de armamentos a países con los que Estados Unidos tiene intereses estratégicos y vínculos históricos.

7) La más triste lección fue haber abandonado la ofensiva del Sarre (7 al 12 de septiembre). Francia atacó a Alemania en apoyo a Polonia, pero abandonó el avance. Muy probablemente de continuar Hitler estaría obligado a desviar ejércitos al oeste, pero nada de eso ocurrió. No se aprendió que debían robarle la iniciativa a los nazis, los cuales demostraron que no entendían otro lenguaje que el de la fuerza. La debilidad de Occidente fue casi su perdición.

La caída de Polonia fue una tragedia pero su espíritu de resistencia le dio una lección al mundo entero. Desde que conozco su historia siempre he admirado a los polacos, y comprendido de dónde surgieron personas como Nicolás Copérnico, Federico Chopin, Marie Skłodowska-Curie y Karol Wojtyla (que nosotros los católicos conocemos como San Juan Pablo II).