Constituye un acto de valentía, un hecho histórico sin precedentes, el que las víctimas hayan dado sus testimonios y hayan sido escuchadas por los jueces de la Corte Penal Internacional. Es un acto de justicia por sí mismo, lo que no ha hecho la justicia venezolana porque la verdad no le conviene al régimen totalitario; resulta evidente la situación desastrosa del Poder Judicial. Carece de voluntad y capacidad para enfrentar los crímenes y atender y escuchar a las víctimas.
Estos testimonios de carácter confidencial serán exclusivos para los jueces de la CPI, las víctimas no serán puestas en peligro. Es una opinión de primera mano para los jueces, hablan del hoy de las burlas de la justicia. Sabemos que el régimen no está por la justicia ni para que se sepa la verdad. Se ceba en la impunidad.
Las 8.900 voces de las víctimas representan un número inmensamente mayor. Han dicho claramente que están en desacuerdo con que la investigación no continúe: aquí no hay justicia, lo que hay es impunidad. Este es el claro mensaje a la Corte.
Abundan las ejecuciones extrajudiciales, los asesinatos, las migraciones forzadas: los han echado del país, se van para salvaguardar su integridad física; genocidio en contra de los pensionados, maltratados por debajo de las cotas de dignidad humana.
El dolor se siente en todos estos patrones generalizados y sistemáticos. Se percibe la perversidad de la tortura: al esposo se lo mataron enfrente de los hijos. Familiares quieren saber dónde se encuentran enterrados sus deudos producto de las desapariciones, para llevarles flores. Han sido utilizados perros en actos de torturas. Los jueces miran videos, miran la sed de justicia de las víctimas.
Hablemos de las primarias. Aunque el objetivo del país mayoritario es salir del ecosistema criminal, no es compartido por parte de algunos partidos que están participando en las primarias. No existe unidad de propósitos, por tanto.
La honorabilidad del la Comisión Nacional de Primaria se mantendrá hasta que decida entre el voto manual o asociarse al CNE. Se ve y se siente la presión y el peso del G4 que la designó para que vaya por un sentido que denunciamos como colaboracionista. La Comisión debe empinarse sobre las dificultades que la tienen acorralada y ejercer el mandato ciudadano de voto manual y transparente. Estamos ante un proceso privado eminentemente de los ciudadanos al margen de la mano peluda que ha conculcado la soberanía popular y le quitó al voto la función de elegir.
La decisión de la Comisión Nacional de Primaria será determinante para el destino político del país de liberarse de un régimen de oprobio.
Compartimos con Miguel Henrique Otero que la estrategia de incorporar al CNE es para excluir a María Corina Machado.
Rechazamos la posición de la vicepresidenta de la Comisión que ha sostenido que la población favorece la unidad por encima de lo técnico.
¡Libertad para Javier Tarazona y Emilio Negrín! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!