A pesar de tener una vigorosa cultura de miles de años, la China moderna apenas acaba de cumplir 75 años, debido a que se considera que todo comenzó con la llegada al poder del Partido Comunista el 1° de octubre de 1949, iniciando un ciclo histórico de la misma forma que en Venezuela, la propaganda gubernamental señala que nuestro país renació en 1999 y antes de esa fecha todo era horror y desgracia desde 1498 hasta 1998, como si no se hubieran construido escuelas, universidades, puertos, aeropuertos, autopistas, carreteras, fabricas y no se hubiese dejado estudiar a la gente.
Muy distinto, es el caso de China, donde su orgullo nacional y sus instituciones si tenían un siglo de humillación y abusos de potencias extranjeras que se aprovecharon de la incapacidad del gobierno imperial chino para modernizar su país como si lo consiguió el Imperio de Japón en la misma época y logró evitar que otros países abusaran del mismo.
Además desde 1911 hasta 1949 existió una enorme anarquía y corrupción que hacía muy difícil la vida del ciudadano común, que tenia que soportar el peso de las agresiones militares de Japón y una encarnizada guerra civil.
Por ello, la llegada del nuevo y firme gobierno desde Pekin, generó repercusiones mundiales desde su inicio en la política mundial, ya que su participación militar exitosa en la guerra de Corea (1950-53), impidió la desaparición de la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte), rescatando a su vez el orgullo nacional con sus triunfos militares en dicho conflicto, como se puede apreciar en sus películas de corte patriótico (ver Youko en español por Youtube), donde se soporta en la imaginería popular del pueblo chino los ejemplos de sacrificio y valor en nombre de una causa patria. Mucho tiene que aprender el Ministerio de la Cultura en Venezuela y especialmente los medios de comunicación o televisores públicas de este tesoro cultural en todos los estilos y en nuestro idioma castellano.
Es importante señalar que la Guerra de Indochina, la cual liberó a Vietnam de ser una colonia de Francia, fue posible por los enormes suministros de material de guerra que llegó desde la frontera china, lo cual se repetiría una década después durante la guerra de Vietnam contra Estados Unidos, donde el suministro inacabable de materiales, armas y municiones desde Vietnam del Norte a Vietnam del Sur (Ruta Ho Chi Minh) hizo posible aguantar años de guerra y la reunificación total de dicho pais por vía militar.
Nuestro país, tal vez tratando de imitar esos ejemplos internacionalistas y antiimperialistas, ha invertido cantidades enormes e inauditables de decenas de miles de millones de dólares estadounidenses en una multiplicidad de gobiernos e instituciones políticas, que van desde los países de América Latina y el Caribe hasta naciones africanas y asiáticas, además de grupos culturales y partidos políticos en todo el mundo. El balance de tal gasto arroja un saldo político positivo para el gobierno puesto que dispone del apoyo de decenas de países en los foros y organismos internacionales para defender sus acciones políticas, mientras que una evaluación financiera o de otro tipo no es posible en este momento por ser desconocidos los datos básicos de dichas relaciones internacionales.
Sin embargo, la política fronteriza de la República Popular China, ha sido muy difícil de llevar con sus vecinos, quienes en su momento, se aprovecharon de la debilidad de china antes de 1949, para generar conflictos estructurales. El hecho de haber tenido una guerra fronteriza de un mes con Vietnam en 1979 y un enfrentamiento militar con la Unión Soviética en 1969, son reflejos de la reacciones ante los recuerdos de los abusos políticos y militares que sufrió China ante Gran Bretaña y Japón en la época imperial y por ello, se carga de tanta emocionalidad los conflictos fronterizos con la India, con todos sus vecinos del litoral marítimo y muy especialmente con el caso de Taiwán, que más allá de los argumentos históricos es la puerta de salida al océano Pacifico.. En esta turbulenta y difícil relación, se debe destacar la habilidad diplomática china para absolver Hong Kong y Macao del Reino Unido y Portugal, sin conflicto militar a través de la absorción económica, independientemente de los problemas políticos que se generaron después.
En el caso venezolano, si bien no se han presentado guerras con los países vecinos, no se hicieron las inversiones necesarias y esfuerzos puntuales para fomentar la integración regional en materia industrial, vial (es inaceptable que en pleno siglo XXI, el Darién, en Colombia, no tenga una autopista que una Suramérica con Centroamérica ) y especialmente en relaciones institucionales para revalidar títulos universitarios, unificar pasaportes y sistemas de emergencia, que dejaran como en la Unión Europea un tejido de relaciones sociales y económicas permanentes.
En este sentido, la iniciativa china de la Franja y la Ruta es un brillante ejemplo de política exterior del siglo XXI, ya que amarra a los gobiernos a apoyar a las políticas de su gobierno en los foros internacionales, pero a diferencia del caso de Venezuela, deja un saldo enormemente positivo tanto para el sector empresarial chino, como colosales obras de infraestructuras, que muchos gobiernos, no hacen o tardan décadas en desarrollar. Venezuela fuera otro país, si se hubieran terminado las 3.000 o 4.000 obras de infraestructura pendientes, especialmente el Plan ferroviario nacional, que quedó en veremos.
El gobierno de China entiende la importancia de que sus inversiones se deriven en empresas chinas, para hacer un «círculo virtuoso» de retorno de capitales e influencia de sus ciudadanos en ultramar, mientras que el gobierno de Venezuela, tiene un conflicto permanente con los 7-8 millones de venezolanos en el exterior por razones políticas, que no trataremos en este escrito de hoy por ser tema que requiere su propio escrito.
Otro ejemplo exitoso de China es su política deportiva, demostrada en los Juegos Olímpicos de Tokio y de París, donde demostraron que están muy por encima de otros países a excepción de Estados Unidos en medallas olímpicas de oro. Una medalla especial fue la conseguida por el equipo olímpico chino de Ciclismo BMX entrenado por el medallista olímpico venezolano Daniel Dhers, lo que demuestra cuál es la ruta correcta para engrandecer el prestigio y orgullo nacional a través del deporte, como este caso en particular.
Un caso particular de China es su feroz combate a la corrupción que ha acabado con la carrera y muchas veces la vida física de los funcionarios descubiertos en hechos de corrupción administrativa. En Venezuela, este tema ha sido problema sin resolver durante generaciones o siglos, desde la época colonial, hasta nuestros días, donde ministros, gobernadores y alcaldes, llenan la historia política del país, con hechos escandalosos, que tampoco se tratan en este escrito.
Finalmente, entramos en materia económica, donde las lecciones de China hacia Venezuela permiten concretar que no pueden ser aceptables las empresas que solo dan pérdidas financieras pero de ello no podemos decir mucho, puesto que se desconocen los estados financieros de las empresas del Estado, a todos los niveles por parte del ciudadano común.
Termino felicitando a la colonia china en Venezuela y a la embajada de su gobierno, que a pesar de las diferencia ideológica existente con mi persona, tiene demasiadas y muy importantes lecciones que enseñar a nuestro país.