“El tiempo histórico es un paréntesis en la eternidad, origen y destino del hombre, y tiene tres niveles —según el filósofo Fernán Braduel—: la larga duración o nivel de las estructuras (cuya estabilidad es muy grande), la coyuntura (estadio intermedio, en que el cambio es perceptible) y el acontecimiento”.
Pues bien, en ese marco referencial podemos ubicar el desarrollo de la revolución bolivariana para determinar comparaciones en el tiempo de manera especulativa para el debate histórico y político. Veamos: estando presos en Yare los golpistas del 4 de febrero de 1992, comenzaron a escribirle a políticos e intelectuales las causas de su rebelión, identificándose como MBR-200. A esos papeles les dieron por título “¡Por eso insurgimos!” (El Nacional, 23 de junio de 2013).
A 33 años de aquello, leamos: “En Venezuela no existe separación alguna entre las ramas del Poder Público, pues los partidos políticos (…) conspiraron entre sí para usurpar la soberanía popular y lograr que el Ejecutivo se arrogase la totalidad de los poderes del Estado”.
Con relación a ello, no fuimos nosotros sino el abogado Hermann Escarra el que planteó en 2003 las desviaciones de la revolución bolivariana, para lo cual era necesario un cambio de rumbos vía una “transición que deberá desmontar la hipertrofia del TSJ, la FAN y la AN” (La Razón) que se desprende de la sintonía del Poder Público Nacional entre sí, imponiendo leyes contrarias a elementales principios del Estado de Derecho Constitucional, violatorio de elementales derechos humanos y tratados internacionales suscritos por Venezuela.
“¡Por eso insurgimos! Las Fuerzas Armadas no podían ser cómplices y sostén de usurpadores de la soberanía política, (…) de los saqueadores de la hacienda pública, de los hambreadores del pueblo en provecho propio…”
Al respecto leamos las opiniones del exministro de la Defensa general Fernando Ochoa Antich: “El régimen ha desmoralizado a la Fuerza Armada… Chávez, al llegar a la Presidencia de la República, se trazó el objetivo de controlar Pdvsa y a la Fuerza Armada Nacional para establecer su hegemonía en el poder. Maduro continúa con el mismo plan”, La Razón, enero 20 de 2013).
Por su parte, el general Ángel Vivas Perdomo: “Hay mucha confusión ideológica en la masa militar… Los Castro controlan el poder en Venezuela”. El también general Enrique Prieto Silva: “En la FAN hay riquezas inauditables» (La Razón, 17.01.16)
Agreguémosle a ello el misterioso asunto de Pdvsa. Para lo que es suficiente destacar que cuatro de los últimos ocho presidentes de esa empresa han sido señalados de hechos de corrupción para desfalcar mil millonariamente en dólares a la industria petrolera. Rafael Ramírez (2004–2014), Eulogio del Pino (2014–2017), Nelson Martínez (enero de 2017–agosto de 2017) y Tareck el Aissami (2020–2023).
“Es alarmante el incremento en el número de delitos de sangre registrados en la época”, continúa el documento de los insurgentes, de lo que no dudamos, pero nunca a los niveles de la revolución bolivariana, y la organización para perpetrar todo tipo de delitos no solo es emblemática, sino de trascendencia más allá de nuestras fronteras, conocida como el «Tren de Aragua”. Megabanda criminal con más de 100 miembros, según Insight Crime, está presente no solo en todo el territorio nacional, sino en países como Brasil, Colombia, Chile, Perú, Bolivia, México y Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump ha emitido un decreto que los considera como “una amenaza a la estabilidad del orden internacional en el hemisferio occidental”. Dicha banda se formó “como un colectivo del sindicato de construcción del tren en el estado Aragua, cobrando sobornos para colocar empleos dentro de la construcción entre el 2007/2010”.
En otro aparte del comentado documento se afirma: “El gobierno imperante es una tiranía que se siente libre de disponer arbitrariamente de la vida de los ciudadanos y de permitir que las policías y el hampa sean sus verdugos”.
¿Qué decir ahora 33 años después de las arbitrariedades en el desconocimiento del Estado de Derecho al amparo del Poder Público Nacional? Detenciones arbitrarias, inhabilitaciones ilegales sin fórmulas de juicio, lo que indica solamente en cuanto al número de personas fallecidas por protestas en Venezuela; solo durante el año 2017 hay un estimado de 127 y 157. Y de acuerdo con el grupo de derechos humanos Foro Penal, en “el marco de las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, fueron encarceladas 1.884 personas que enfrentan cargos de terrorismo o incitación al odio”.
Entonces, histórica y políticamente, ¿qué pudieran decir los insurgentes del 4F de 1992 al 4F de 2025?
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