OPINIÓN

23 de Enero: fecha para aprender y reflexionar

por Freddy Marcano Freddy Marcano

23 de enero, fecha patria archiconocida,  propia del pueblo venezolano que celebra, aún  hoy y a pesar del régimen,  la caída de Marcos Pérez Jiménez, militar dictador, y la reconquista de las libertades públicas. Es, además, una fecha donde se demostró que los intereses de la nación estaban por encima de los personales. El finado Hugo Chávez nunca supo qué hacer con el 23 de enero, porque quiso consagrar el fracaso del 4 de febrero y cuidó de subestimar el más bravío del 27 de noviembre, relegándolo como día de la aviación militar. Además, contradictorio como siempre, lo fue tan descaradamente, que juraba celebrar la fecha al mismo tiempo que halagaba a “mi general” Marcos. Un psicólogo puede dar cuenta perfecta de esas veleidades que revelen un profundo problema de todo aquel que quiere estar bien con Dios y con el diablo.

Es cierto que la decisión fundamental corrió por cuenta de las Fuerzas Armadas que, desde el primero de enero, puso en gravísimos aprietos a “mi general”, estirando la arruga por el resto del mes para tratar de salvar el poder.  Fue decisiva la inconformidad de los grupos y logias internas que decidieron dar al traste con la dictadura. Pero no menos cierto es que, por un lado, actuó decidida la Junta Patriótica de la que quizás no se esperaba mucho, por el reciente y contundente éxito del tramposo plebiscito de diciembre de 1957.  Hubo compromiso y conducción, coraje y habilidad, determinación e integridad, pero sobre todo lealtad de los partidos que conformaban esa junta ― partidos antes irreductibles adversarios en el trienio consabido. Y, por el otro, un pueblo decidido, insurgente, enérgico e incansable. El protagonismo de los sectores populares fue fundamental, y también lo fueron aquellas expresiones de la sociedad civil organizada: empresarios, sindicatos, estudiantes, prensa, entre otro.

No es posible que en las vísperas del 23 de enero de 2023 no hagamos un sincero acto de reflexión, una toma de consciencia, figurándonos en 1958. Probablemente, hoy no tenemos aquel éxito porque no hay una dirección política confiable, plural y honesta que se juegue la vida misma al asumir la alta responsabilidad de orientarnos en la lucha por la libertad. Quizá hemos permitido que contaminen a la población con falsas ideas e ilusiones. Y las organizaciones empresariales, sindicales, estudiantiles, periódicos y otras, se hayan rendido antes de tiempo, o quizá haya pasado mucho tiempo. Leí una crónica de un acto de los cinco directivos de la UCV, donde propusieron fumar la pipa de la paz con el régimen para que cesara el conflicto entre la universidad y el Estado. Yo no imagino a esos muchachos en 1958 negociando la paz con la dictadura. Los de ahora no están a la altura de los entonces juveniles Américo Martín de AD, Hilarión Cardozo de Copei, Douglas Bravo del PCV y otros aguerridos militantes de la libertad. Todavía tendríamos a Pérez Jiménez en Miraflores.

Esta es una fecha de real importancia para muchos aunque sea del desconocimiento de las nuevas generaciones que dejaron de estudiar en las escuelas lo que significó para la democracia. Hoy se revisan las incursiones que solo han dado falsos positivos a una población  que en su deseo de un mejor porvenir, se dejó manipular. Esa misma población creyó en el cambio que prometió Chávez, pero desconocía en qué dirección iba ese cambio. Como muestra se observa la situación en que nos encontramos hoy día: un país destrozado, desinstitucionalizado y entregado a mafias que solo buscan su enriquecimiento.

Recuperar nuestra historia y las fechas que realmente tienen un valor es parte del trabajo que debemos realizar: recuperar la importancia interpretativa y narrativa del conocimiento histórico, la importancia de acontecimientos tan alejados en el tiempo, buscar y enseñar a las nuevas generaciones el camino adecuado que en algún momento perdimos. Este intento por renacer y recuperar nuestra historia no es solo para el ciudadano de a pie, sino para los políticos que, aunque utilicen las fechas como banderas, desconocen el verdadero significado de lo que representan, y lo que muchos hicieron para llegar a ellas con éxito. Hemos insistido, resistido y persistido en un trabajo por la libertad democrática, pero necesitamos una base histórica que nos ayude en la nueva construcción que hemos estado proponiendo. Esta plataforma impulsará la transformación hacia una naciente era democrática que nos recuerde aquella, que en algún momento del tiempo, muchos venezolanos construyeron. 23 de enero de 1958: siempre será la sentencia a un dictador.

@freddyamarcano