2. El proceso electoral:
La segunda observación relevante, en mi opinión, tiene que ver con las diferentes etapas del proceso electoral, en las que se manifiestan hechos verdaderamente cuestionables, que van desde el comienzo de la inscripción electoral hasta el final del mismo y que podemos puntualizar en los siguientes apartados:
2.1. La participación de los partidos políticos de maletín:
Como se queda demostrado el día de las elecciones cuando en los centros de votación a lo largo y ancho del país solo se presentan testigos electorales de 3 o 5 organizaciones políticas y entonces uno se pregunta dónde están esos partidos políticos nacionales, regionales y locales que inscribieron a más de 70.000 candidatos. Sería muy interesante, que en un proceso de diálogo político o reinstitucionalización política, se exigiera la validación por firma de todos los partidos políticos, para de esta forma desparasitar el mundo electoral de tantos vividores y vagabundos.
Mención aparte merece el abuso continuo, que casi podríamos calificar de “sadismo procesal”, contra aquellos dirigentes políticos, especialmente Juan Barreto, que no logran obtener el visto bueno para sacar adelante sus organizaciones políticas, a pesar de tener activistas en toda la geografía nacional.
2.2. La inscripción y sustitución de candidatos
Es un espacio oscuro, del cual se podría armar una novela en estas elecciones regionales y se debería reglamentar con mucho rigor. Es absolutamente escandaloso la inscripción de “candidatos tapas” que después no se podían cambiar o se desconoce si se cambiaron en muchos casos, arrojando dudas sobre por quien se votaba en determinadas tarjetas.
El trágico caso de la inscripción de David Uzcátegui, que incidió notablemente en su rendimiento electoral, es uno de los ejemplos más claros de dejar la sustitución de candidatos bajo este esquema, ya que dicho caso, trancó cientos de sustituciones que se manejaban en el imaginario de las organizaciones políticas opositoras.
Igualmente de escándalos y tal vez más intolerable fue la cayapa política que sufrió el Partido Comunista de Venezuela que es objeto de una persecución implacable desde que abandono el Polo Patriótico, siendo afectados en este caso varios de sus candidatos principales.
2.3. La instalación de las mesas electorales:
Más allá de las denuncias concretas de algunas organizaciones especializadas, por ejemplo la ONG Súmate, véase:
(Súmate 61% de las mesas electorales del 21Nov se constituyeron ilegalmente #Noti21 https://www.instagram.com/p/CWy73PCLm3l/?utm_medium=share_sheet)
Existe el hecho evidente de que la correlación de fuerzas de 3 rectores oficialistas y 2 opositores no funciona debidamente si no se inserta a lo largo de la estructura electoral. De nada sirve que el acta de la instalación de mesa tenga un apartado para la firma de los testigos electorales si el Coordinador de Centro del CNE impide que los mismos entren a la instalación, porque no dicho funcionario no quiere. Es hora, en mi opinión, de volver a equilibrar las cargas políticas y repartir el presidente de mesa, el miembro “A” y el secretario de la mesa entre los 3 partidos políticos más votados del último proceso, como se hacía antes de 1995, eliminando la odiosa inasistencia de los miembros electos del servicio electoral obligatorio, que se niegan asistir y que nunca se fija una posición de compromiso ante esta realidad, donde misteriosamente se da el fenómeno de que todos los miembros de mesa, apoyan una sola parcialidad política.
2.4. El día de las elecciones:
Obviando el hecho de que muchas mesas no cumplieron con el reglamento de comenzar a las 6:00 am y que sobró el tiempo para votar a lo largo del día, no se puede ignorar el conflicto ocurrido en algunos centros electorales, que sin electores en la fila, no podían cerrar la mesa, a pesar de que no había ningún llamado a prorroga, porque algún funcionario electoral, estaba esperando “órdenes superiores” de naturaleza desconocida para comenzar el acto de transmisión. Este hecho tan desagradable e ilegal, fue presenciado por mi persona, como miembro de mesa, a pesar de la defensa inquebrantable del presidente de la misma, que exigió y logró cerrar la misma después de 45 minutos de airada discusión, defendiendo la pulcritud del sistema electoral venezolano, ante unos imperturbables observadores de la Unión Europea, que no decían nada, pero miraban el reloj, como quienes no entienden que sucedía… es necesario, a luz de lo acontecido, que el CNE, informe con antelación, 10 minutos antes del cierre, la obligación de cumplir la ley.
Existen muchos otros casos, a lo largo del país, donde se denunciaron distintas incidencias electorales, algunas de carácter bastante violento, que deben ser reprimidas con severidad, a objeto de no estar diciendo después que todo salió perfecto, a pesar de la existencia evidente de heridos, detenidos y daños materiales.
Otro hecho alarmante que debe ser puntualizado es referente a la categorización de los testigos electorales, pues si en un estado existen 10 candidatos a gobernadores de diferentes coaliciones de partidos políticos, es de Perogrullo que tienen derecho a entrar 10 testigos electorales, pero en algunos sitios la autoridad electoral no entendió esta situación y aplicaba el termino reduccionista de que solo debe haber una candidato del oficialismo y uno de la oposición, lo que naturalmente, generaba un conflicto entre la interpretación del coordinador de centro, sobre si la oposición era la MUD o la Alianza Democrática, por lo cual puedo imaginar que pasó en otros estados con candidatos que si llevaron testigos a los centros de votación.
El colmo de esta situación, es que el CNE oficializó dicha situación cuando exige en la máquina de votación, que firmen con la uña en la pantalla digital el presidente, miembro A, el secretario, testigo A y testigo B, quedando entonces uno o varios testigos sin fuerza legal a la hora de un proceso de reclamo, creando una inconsistencia con el acta llenada a mano, donde si aparecen todos los testigos presentes.
5. El resultado final:
En un proceso totalmente automatizado es absolutamente inconcebible los problemas de transmisión, especialmente, cuando en todos los centros de votación de este país, existían miembros de mesa, funcionarios del Plan República y testigos con teléfonos inteligentes, que podían enviar la información en tiempo real de lo acontecido, mientras las máquinas de votación, sufrían tardanzas inexcusables, que llevaron a algunos a pensar que “se le acabaron los megas” , como le suele ocurrir a los jóvenes adictos a los celulares.
El caso del estado Barinas es patético y ejemplarizante de que el sistema electoral en Venezuela sufre de graves deficiencias de gestión por fallas humanas y no por fallas tecnológicas, dando un severo contraste con la velocidad, precisión y fiabilidad que se espera de este sistema.
En la próxima semana, escribiremos sobre las graves consecuencias políticas de estas elecciones regionales y municipales.