Siempre que comienza un nuevo año solemos repetir frases que suenan a cliché, entre muchas: “Este será un año de retos”, o “este será un año trascendental”. Sin embargo, creo que por primera vez para esta generación vivimos concretamente tales aseveraciones, porque definitivamente 2024 será un año de retos y trascendental para todos los venezolanos.
Eso sí, iniciamos un año como le gusta al gobierno nacional: de incertidumbre, en medio de más preguntas que respuestas y con un panorama político entrampado porque, sí tenemos candidata presidencial, una fuerte, pero una vez más se han encargado de crear tensión, pues a ocho meses de una elección presidencial no se sabe a ciencia cierta si María Corina Machado será o no la candidata que se enfrentará a Maduro.
Nicolás, por su parte, ya hizo su más reciente jugada para crear más confusión dejando entre ver en la jaladera de bo…, digo, la “entrevista” realizada por Ignacio Ramonet, que no sabe a ciencia cierta si será el candidato del oficialismo, lo que hace que los expertos en crear novelas y especialistas en inventar pronósticos comiencen a esgrimir teorías. ¡Esa es la idea de la revolución!
En este contexto algunos factores dentro de la oposición, como siempre, lucen desorganizados e intentando debatirse entre dos opciones: o cómo su montan en la ola de María Corina, o sabotearla porque les conviene verla caer y ya saben el porqué: “Alacranato” puro y vulgar.
El problema para los interesados en apoyar a MCM es que siguen repitiendo patrones erráticos, sin un plan más que la improvisación y repitiendo flácidas estrategias ya fallidas en el pasado. Tantos los que apoyan a Machado, como el “alacranato”, no han entendido el contexto en el que se desenvuelven y no desentramaron los últimos cinco meses de política nacional y lo peor, no escucharon la calle porque en su “cálculo político” no importa lo que opina la gente, finalmente quién vota. Craso error.
Las primarias no fueron sólo María Corina, representaron una acción espontánea que no es propiedad de ningún partido, sino que simboliza el hastío de la gente, esa misma que pensamos estaba disconexa y la cual todos creímos que no se activaría. La misma que salió en masa a apoyar una opción por la fe que los movió y fue indiscutible, aunque muchos lo hicieran sin entender detalles políticos. Ni la compra de votos, ni las zancadillas a la primaria, ni todas las tramoyas pudieron contra la expresión popular más genuina. Ese es el verdadero efecto María Corina y el verdadero éxito. Ella agrupa una esperanza y con la misma se cambió el panorama político. Los partidos y los errores pasados fueron castigados, como también sucedió con el gobierno.
Pero en el escenario que caminamos cortesía revolucionaria, el reto es para todos. ¡Cuidado con el triunfalismo! El régimen, pese al resultado de las primarias, sigue siendo el único partido con estructuras en cada rincón del país, con argumentos para conseguir votos, sean por la vía legal o la del ventajismo. Es absurdo menospreciar al rival y discutir si el rechazo al gobierno es inmenso, porque, aunque todos sabemos que los 10 millones de votos del Esequibo son debatibles, ciertamente sí lograron números para nada despreciables por la vía que sea, sin obviar los muchos factores que jugaron: propaganda obscenamente millonaria, movilización, etc. (¡Hasta la oposición hizo parte del circo al motivar a votar!).
¡Organización, trabajo y unidad cívico política! Es menester arropar y apoyar la única opción electoral que tenemos y esperar su habilitación o analizar el escenario contrario. Pero en el contexto que sea, es imprescindible exigir la activación de puntos de registro de nuevos votantes y una campaña fuerte, con prensa, redes y calle y más calle; votar en modo tsunami sin olvidar uno de los puntos flacos de cada elección: presencia y defensa de cada voto, en cada centro electoral, en cada mesa hasta el último minuto por más oficialista que sea el sector. Éstas, entre muchas más, serán las únicas acciones que nos permitirán capitalizar los resultados obtenidos en la primaria.
¡Basta de vieja politiquería y de reuniones infructuosas entre cuatro paredes o entregar migajas!
Sí, 2024 será un año de retos y trascendental para todos los venezolanos. Pero dependerá de todos.
@fmpinilla