OPINIÓN

12 de Octubre de 1492 

por Ángel Lombardi Ángel Lombardi

Cada 12 de octubre se repite la estéril discusión ideológica y política de si fue un descubrimiento, un encuentro, una resistencia, etc. Cada quién con su «verdad-particular”, con su punto de vista, con su razonamiento y explicación. Aquí se cumple aquello de mi verdad, la tuya, la verdadera. Pero en la historia no hay verdad-verdadera porque, historiográficamente, es decir, en la historia escrita, todo, absolutamente todo, es una interpretación del historiador y sus lectores y siempre desde el presente de cada uno. Es lo que podemos llamar anacronismo histórico: la pretensión de conocer el pasado desde un presente siempre diferente, con ideas y mentalidades diferentes. Se puede ser «objetivo» filológicamente sobre la palabra y el dato estadístico. Colón existió y navegó con tres carabelas, salió de tal puerto y con tantos tripulantes, etc. En ese sentido la historia tiene validez empírica gracias al documento y cosas y objetos en general, comprobados y verificables, pero cuando la base de explicación y comprensión es un testimonio, la subjetividad personal prevalece, así como los intereses dominantes en los «intérpretes». Así es como el 12 de octubre de 1492 terminó siendo una discusión de «tesis» y de ideologías contrapuestas más propias de la confrontación política del presente que un intento de comprensión. 

Descubrimiento, resistencia, encuentro y, por qué no agregar, mundialización del comercio, o primera globalización, en términos de abarcar por primera vez toda la Tierra; es a partir de este viaje de Colón que la humanidad empieza a conocer, comprender y a representarse cartográficamente como habitante humano del planeta Tierra y en ese proceso estamos. Un mundo uno y diverso, que comercia entre sí, pero que también se hostiliza y hace la guerra.