Los líderes del G7 reunidos con Volodimir Zelenski en Hiroshima

Mas la erudición de los necios es necedad: La sabiduría da vida, pero generalmente es una necedad tratar de corregir a un necio. (Proverbios 16,22).

Después de reflexionar sobre la vergonzosa actuación del presidente brasileño Lula Da Silva en la ciudad de Hiroshima, Japón, donde se negó a reunirse con el presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, a pesar de que ha tomado como bandera política la búsqueda de un tratado de paz que finiquite el conflicto militar entre la Federación Rusa y Ucrania, situación que han evitado los gobiernos de la República Popular China, de la India e incluso la Liga Árabe, se puede concluir que el único lugar geopolítico del planeta donde se apoya a Vladimir Putin es en Latinoamérica, donde también ha sido el único lugar, donde en una conferencia internacional, se escondieron en una votación secreta para negar una intervención institucional (véase: https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20220720-el-mercosur-rechaza-la-petici%C3%B3n-del-presidente-zelenski-de-intervenir-en-su-cumbre) .

Pareciera ser parte de la historia de nuestros gobiernos, pensar la política exterior con las vísceras y no con el pensamiento frio que recomiendan los expertos seguidores de la “Maestra Historia”, pues si observamos lo ocurrido desde 1810, parece existir una necesidad de hacer las cosas al revés de los ejemplos exitosos que marcan pauta en la historia de la humanidad. Es importante entender que estos extravíos políticos tienen importantes antecedentes históricos, que son necesarios puntualizar para entender estas posiciones actuales:

La primera equivocación histórica, fue no imitar el modelo federal estadounidense del siglo XVIII, que abrigó a 13 colonias muy independientes en su carácter político, para forjar una unión política sostenible, muy al contrario, los virreinatos se dividieron en multiplicidad de países independientes, que comenzaron una lucha encarnizada por el poder político dentro de cada país, generando guerras civiles que hicieron perder décadas y décadas, que otros países dedicaron a la Revolución Industrial , creando instituciones políticas y sociales, además de construir infraestructuras indispensables para el desarrollo, durante el siglo XIX.

Luego en el siglo XX, la equivocación de nuestros gobiernos fue mucho mayor al pretender industrializar nuestros países con un sistema económico de “sustitución de importaciones”, cerrado al comercio exterior, siguiendo los pasos de la planificación central (¿admiradores secretos de Stalin?), enfrentando con la fuerza del Estado  a los empresarios, en vez de apoyarlos como ocurriese en Asia, donde Taiwán, Singapur, Hong Kong, Corea del Sur, cuyos gobiernos demostraron en pocas décadas que se podían crear sociedades prósperas, muy educadas  y con economías del primer mundo.

Por si fuera poco, en la mayoría de nuestros países, existe una incomprensión de los hechos que derivaron en la Caída del Muro de Berlín (1989) y la desaparición de la Unión Soviética (1991), justificando todos los errores políticos y económicos de aquel sistema, basados en el hecho, de que se derrumbó todo el Bloque Socialista de Europa Oriental,  pero la República Socialista de Cuba, siguió en pie, ignorando que además del excepcional liderazgo personal de Fidel Castro, que llevó a sus seguidores travesar el espantoso “desierto de penurias” del denominado “Período Especial”, se le suma también la eficacia de un “Estado Policial”, que también funcionó en la República Democrática Corea (Norte), donde una hambruna mató entre 500.000 a 3,5 millones de personas, sin que se derrumbara  el gobierno. La diferencia fundamental entre Corea y Cuba es que los gobiernos del Reino de España, los Estados Unidos Mexicanos y la República de Venezuela, debido a su inocultable admiración por Fidel Castro y su revolución socialista, unieron fuerzas para evitar una tragedia social y económica terminal, que pusiera fin a dicho régimen político en esos difíciles momentos.

Mucho menos se han entendido los cambios de la 4ª revolución industrial, la “sociedad del Conocimiento” y la digitalización de la administración pública (gobierno electrónico), puesto que dichas políticas afectaría en forma mortal a demasiados intereses económicos locales, que no están dispuestos a enfrentar la competencia esteran, así sea de los vecinos regionales. Por ello es que fracasan la cuasi totalidad de los movimientos de integración en Latinoamérica, mientas si se cristalizan en la Unión Europea y otros ejemplos regionales en el mundo.

Entrando al siglo XXI, el boom de las materias primas de los primeros lustros, permitió a muchos gobiernos, volverse fastuosos y organizar mundiales de fútbol y juegos olímpicos, así como desafiar a las potencias tradicionales de Occidente, en foros y otros eventos, en vez de intentar cambiar las condiciones estructurales del subdesarrollo, sean educativas o de infraestructuras, por lo cual era cuestión de tiempo para que se volvieran a las crisis cíclicas de nuestra región, de altas y bajas en los indicadores sociales y económicos.

Es aquí, cuando entramos al caso de la Guerra de Ucrania, que nos lleva directamente a la cumbre del G-7, luego de 15 meses de guerra. Contextualicemos:

  1. La guerra o invasión de Ucrania ha dividido el mundo en 2 bloques claramente identificados, como son los partidarios de la democracia occidental contra los partidarios del autoritarismo oriental, lo que se puede apreciar claramente en los países aliados de cada bando en cuestión.
  2. El conflicto ha hecho impostergable la colocación de las razones de “seguridad nacional” por encima de las razones de eficiencia económica, que permitieron y fomentaron, durante décadas, el traslado de las cadenas de suministro y fabricación desde los países industrializados hacia China y otros países.
  3. En razón de lo anterior, la guerra que se está planteando fuera de los campos de batalla de Ucrania es económica y tecnológica y abarca el planeta entero, quedando los discursos de cooperación reservados para tiempos futuros.

Es  aquí, justo en esta coyuntura, donde la inmensa mayoría de los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe, tienen una conducta claramente a favor de Vladimir Putin, que va desde el apoyo abierto como Cuba y Venezuela hasta el poco o mal disimulado, como es el caso de Argentina, Brasil, Colombia y México, que disfrazan de “neutralidad y pacifismo”.

Entonces es cuando aterrizamos en las contundentes puntualizaciones de la Declaración de la Cumbre del G-7, donde usaremos el siguiente resumen para precisar la fuente (https://elcomercio.pe/mundo/asia/g7-japon-puntos-clave-de-la-declaracion-de-la-cumbre-del-g7-en-hiroshima-ucrania-rusia-china-volodymyr-zelensky-xi-jinping-ultimas-noticia/  )

I. Ucrania

  1. Los líderes reafirman nuevamente su condena a la guerra iniciada por Rusia en la vecina Ucrania, que representa una “amenaza” para el orden internacional.
  2. Se comprometen a seguir apoyando a Kiev durante el tiempo que sea necesario, tanto desde el punto de vista diplomático como financiero, humanitario y militar.
  3. Piden a China que medie en la guerra para que Rusia retire de forma inmediata sus tropas rusas del territorio del país vecino y cese el conflicto.
  4. Muestran su “grave preocupación” por las acciones “desestabilizadoras” de Irán, especialmente la transferencia a Rusia de drones armados.

Traducción política

Se comprometen a apoyar a Ucrania hasta el final, para evitar la ruptura del Orden Internacional, amenazando a China, si termina apoyando directa y sostenidamente a la maquinaria militar rusa y precisando que van a sancionar muy fuertemente a la República Islámica de Irán, por su apoyo a la Federación Rusa.

II. China

  1. Piden a Beijing que cese en sus demandas de soberanía “injustificadas” en la zona del mar de China Oriental y que resuelva las tensiones en torno a Taiwán por la vía pacífica.
  2. Llaman a construir relaciones constructivas con China mientras reducen sus “excesivas dependencias” de abastecimiento de Beijing.
  3. Destacan su preocupación por las “prácticas ajenas al comercio” internacional de China en su posición dominante como exportador.
  4. Se comprometen a contrarrestar » prácticas maliciosas”, como la transferencia de tecnología ilegítima o la divulgación de datos.

Traducción política

Señalan claramente que una invasión de Taiwán será inaceptable para muchos países, que además de Estados Unidos, irían a la guerra con China, establecen que van a enfrentar una guerra tecnológica con China, como ya se puede evidenciar en el campo de los semiconductores, anuncian de una vez el traslado progresivo de sus instancias de manufacturación fuera del territorio chino y justifican por adelantado una Guerra Comercial por ampliarse.

Hay muchos otros aspectos de la declaración que afectan muy profundamente a nuestros países especialmente en materia de energía, ambiente y salud, pero por razones de espacio debo limitarme a estos 2 aspectos y dejar a la imaginación de los lectores tratar de comprender qué puede justificar el apoyo de los gobiernos latinoamericanos en esta nueva Guerra Fría del siglo XXI a los enemigos de Occidente, mientras millones de ciudadanos de nuestros países corren a emigrar a los países occidentales para trabajar y vivir, además de enviar remesas para sostener a quienes se quedan en nuestros países.

¿Será que piensan que, en caso de crisis, los futuros emigrantes van a establecerse en Siberia y Manchuria exterior, en vez de Europa y Estados Unidos?

La respuesta a estas posiciones requiere de comprender la naturaleza de las decisiones absurdas en nuestra región, empeñados en una necedad incurable, a pesar del paso de los siglos, en casi todos los casos.

Seguiremos esperando…


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