El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, confirmó este jueves que se ha recuperado el control de la Cárcel Guayas Número 1, conocida como la Penitenciaría de Guayaquil, donde las fuerzas del orden fueron recibidas con fuego hostil cuando intentaban trasladar a reos peligrosos a otras prisiones.
Arremetió además contra ciertos grupos políticos de oposición que han criticado su gestión en seguridad pública y sobre quienes sospecha que tienen afinidad con grupos del crimen organizado y el narcotráfico.
El conservador presidente ecuatoriano recordó que el pasado lunes se produjo una andanada de atentados y ataques con explosivos en calles de las provincias de Esmeraldas y Guayas, en una jornada violenta que se extendió hasta el martes y que causó la muerte de cinco policías.
Esos actos de «sabotaje y terrorismo» obligaron al gobierno a declarar un estado de excepción en Guayas y en Esmeraldas, que incluye un toque de queda entre las 21.00 y las 05.00 hora local (02.00-10.00 GMT).
Los hechos violentos coincidieron con el traslado de reclusos considerados peligrosos del Pabellón 2 de la Penitenciaría de Guayaquil hacia la cárcel de la Regional 4, en la vecina provincia de Manabí.
El ambiente de violencia y preocupación que cundió en el país provocó la reacción de grupos de la oposición política que sugirieron la posibilidad de aplicar un mecanismo constitucional conocido como «muerte cruzada», por la cual la Asamblea Nacional (Parlamento de mayoría opositora) destituiría al mandatario, la Cámara también se disolvería y se convocaría a elecciones anticipadas.
Lasso, tras evaluar la situación en el país y en la cárcel de Guayaquil, aseguró que «se están desplegando todas las acciones necesarias para enfrentar a este enemigo: El crimen organizado, el narcotráfico y sus nexos con la política».
«Nuestro objetivo es recuperar la paz» y en esa estrategia las fuerzas del orden, en el marco del Estado de excepción en Guayas y Esmeraldas, han detenido a 668 personas, añadió Lasso.
Volvió a repetir que se debe tener «cuidado» en apelar a los derechos humanos con el supuesto fin, según dijo, de «solapar la delincuencia».
«Primero están los derechos humanos de los 18 millones de ecuatorianos», agregó el mandatario tras afirmar que luego de conocerse los hechos violentos grupos opositores lanzaron críticas contra el Gobierno.
«Un grupo de políticos sugirió públicamente, y por intermedio de comunicados, desestabilizar la democracia y atentar contra el Estado de derecho», afirmó Lasso sin dar más detalles y recriminó que los críticos no se hayan solidarizado con el pueblo ecuatoriano.
«Esto es insólito, algunos actores políticos criticando al Gobierno y solidarizándose con bandas delictivas», agregó al afirmar que la población rechaza esas actuaciones «oportunistas».