Mérida es el estado que concentra el mayor número de suicidios en Venezuela. Desde enero hasta agosto, la entidad registra un total de 39 suicidios y 17 intentos de suicidio, según el Observatorio de Violencia (OVV).
Solo en agosto se han contado siete muertes por suicidio y cinco intentos, lo cual representa 13,8% de los casos registrados en el país.
Gustavo Páez, coordinador regional del observatorio, dijo que la forma más frecuente de consumar un suicidio en Mérida es el ahorcamiento, con 59,5%. Después figuran lanzarse de un lugar alto (27%), envenenamiento (10,8%) y utilización de arma de fuego (2,7%).
Páez explica que por primera vez, desde que el observatorio comenzó a realizar estudios del problema en 2017, hubo un incremento de suicidios por lanzamiento, que ocupó por años el tercer lugar.
Imitación suicida
El efecto Werther pudiera explicar la situación. Awen, Centro de Psicología y Salud Emocional, lo define como la imitación de conductas suicidas. «Cuando se presenta el efecto Werther, sucede que este acto puede afectar a terceras personas hasta el punto de llevarlas a realizar también un suicidio», explica el centro.
Páez considera que los casos del último mes en el estado probablemente sean por imitación suicida. «La manera como se visibiliza la situación aporta más información a las personas que ya están vulnerables», dice.
«No se puede normalizar ni naturalizar el hecho de que las personas se lancen por el viaducto», agregó.
¿Por qué Mérida?
El OVV ha efectuado estudios que revelan una particularidad y especificidad en la entidad. Si bien los factores van cambiando con el tiempo, algunos persisten en la actualidad.
«Los suicidios son una causa de muerte muy compleja y multifactorial. Detrás de cada caso hay múltiples factores que se combinan», afirma Páez.
Esto ocurre con más frecuencia en los municipios rurales, donde la agricultura es la principal actividad económica.
El coordinador del OVV puntualiza que esa actividad depende de muchos factores: naturales, sociales, económicos y políticos.
«Un cambio drástico en alguno de ellos, puede poner en riesgo la actividad e impacta en todos los trabajadores», señala.
El alcohol, la endogamia y la ausencia de psicólogos y psiquiatras en las zonas vulnerables son otros factores que agravan el problema en Mérida. A todo esto se suma el elemento cultural. «El andino es introvertido, le cuesta drenar sus emociones» y eso puede generar violencia y desencadenar el machismo, explica Páez.
En el estado Mérida históricamente el hombre tiene mayor conducta suicida que la mujer, y en 2023 se ha visto un incremento de suicidios en adultos y personas de la tercera edad.
Paéz lo atribuye a la crisis en el país. «Algunos no tienen a sus hijos cerca, no todos reciben remesas, el poco dinero que tienen no les alcanza. Muchos piensan que no tienen opción», indica.
Suicidios, un problema de salud pública
La tasa de muerte por suicidios en Mérida ha bajado en los últimos dos años. En 2021, el OVV registró 18 muertes por suicidio por cada 100.000 habitantes, mientras que en 2022 se contabilizaron 15,06 muertes por cada 100.000 habitantes en el estado. Años antes se registraban 21 muertes o más por cada 100.000 habitantes.
Pese a que los números muestran una baja, Páez considera que los suicidios en Mérida y en Venezuela son un problema de salud pública.
La psiquiatra Albis Pabón afirma que es un problema de salud pública mundial».
Pabón y Páez coinciden en que las solución del problema debe regirse por las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda la implentación de políticas públicas.
«Los entes gubernamentales son los que tienen los recursos humanos y financieros para implementar las estrategias», dice Páez.
El acceso a la salud pública mental es otra de las sugerencias de la OMS. La psiquiatra Pabón comenta que en Mérida existe el Programa Regional de Salud Mental.
Las líneas telefónicas, la capacitación de guardianes que ayuden a identificar conductas suicidas, campañas mediáticas sobre la concientización de la salud mental y la generación de información responsable a través de los medios de comunicación son otras de las sugerencias de la organización.
Para afrontar la situación en el país, los organismos nacionales y estadales deben tener voluntad política. Pabón afirma que se necesitan cifras oficiales que muestren la magnitud del problema para implementar estrategias de prevención multisectorial.
El suicidio no puede considerarse una moda, sino que siempre ha existido, opina Pabón.
Páez coincide: «Decir que el suicidio es una moda, es una burla hacia el sufrimiento de las personas. Es un tema sensible, tabú y estigmatizado. Decir que está a la moda es completamente inhumano».
Si conoce de alguna persona que tenga conductas suicida y no sabe a quién dirigirse, busque ayuda de manera inmediata.
DepartameNTO DE PSIQUIATRÍA DEL HOSPITAL universitario de los andes
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Por: Génesis Puleo / @ggpuleo