El papa Francisco abrirá una «puerta santa» en la cárcel romana de Rebbibia como «símbolo de esperanza» el próximo 26 de diciembre, dos días después de la inauguración de un Jubileo que ofrecerá también eventos culturales a los peregrinos que lleguen a la capital.
El pontífice presidirá el 24 de diciembre a las 19:00 horas locales (18:00 GMT) la apertura de la «Puerta Santa» de la basílica de San Pedro, que siempre está murada y solo se abre en cada Jubileo, cada 25 años, o en sus versiones extraordinarias.
La apertura de esta puerta marca el inicio de cada Año Santo, un período especial en el que los fieles católicos pueden obtener la indulgencia plenaria, el perdón de sus pecados, viajando a Roma para atravesar su umbral.
Pero dos días después, Francisco extenderá esta «gracia» a la prisión de Rebbibia, a la que se trasladará para abrir otra puerta, explicó este lunes el arzobispo Rino Fisichella en la rueda de presentación del evento.
En la bula con la que convocó el Jubileo, Spes non confundit, el pontífice animó al mundo a ser «símbolo tangible de esperanza» y pidió a los gobiernos que durante el Año Santo promovieran «iniciativas de amnistía o de condonación».
Las puertas santas, como es tradición, estarán únicamente en las cuatro basílicas papales de Roma -San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María La Mayor y San Pablo Extramuros- pero además se abrirá otra en la mencionada penitenciaría.
El Año Santo también brindará varios eventos culturales a los peregrinos que acudan a la Ciudad Eterna en busca de la indulgencia (se espera la llegada de alrededor de 30 millones de personas de todo el mundo).
Antes del Jubileo se han organizado dos conciertos: uno el 3 de noviembre de la quinta sinfonía de Dmitri Shostakóvich ofrecido por la Orquesta de Santa Cecilia, y otro el 22 de diciembre, con el coro de la Capilla Sixtina cantando composiciones de Palestrina en la iglesia de San Ignació de Loyola.
Asimismo, según ha avanzado la Santa Sede, se expondrá gratis el cuadro White Crucifixion de Marc Chagall en el Palacio Cipolla de Roma, gracias a su préstamo del Art Instituto de Chicago.
El comisario del programa jubilar, Davide Mambriani, dijo en la rueda de prensa que con este cuadro Chagall «ilustró la devastación de los pogromos» de la historia y sostuvo que «junto al Guernica de Picasso representa una de las más elocuentes condenas de la guerra y del odio del siglo XX».
Un mensaje, subrayó, «todavía dramáticamente actual».
Desde el 16 de diciembre podrán apreciarse algunos «raros íconos» de los Museos Vaticanos en la sacristía de Borromini de la iglesia de Santa Inés, en la plaza Navona romana.
La Santa Sede también ha presentado el pabellón que enviará a la Exposición Universal de Osaka de 2025, integrado en esta ocasión en la instalación de Italia, ilustró Fisichella.
El tema del pabellón vaticano será La belleza lleva a la esperanza para lanzar «un mensaje universal» y «volver a despertar el deseo de un mundo mejor».
Para ello, los Museos Vaticanos prestarán su único cuadro de Caravaggio, El Santo Entierro (1602-1604), durante unos seis meses, indicó la directora del museo papal, Barbara Jatta.