Duckencia Bourdierd apenas se había graduado de la universidad cuando un poderoso terremoto destruyó su ciudad, Puerto Príncipe, Haití. El hecho ocurrió en enero de 2010. Incapaz de imaginar un futuro entre las ruinas, se mudó al país vecino: República Dominicana.

Seis meses después, Bourdierd volvió a casa. Conmovida por la resiliencia que alimentaba la reconstrucción de la ciudad, supo que debía quedarse y ayudar en esa reconstrucción. «Quiero ser parte de esa renovación, de esta oportunidad de comenzar de nuevo», dijo a América Quartely.

Bourdierd, que entonces tenía 24 años de edad, usó este deseo de renovar en Haiplast, una compañía de reciclaje de la que fue una de las fundadoras en 2011. Haiplast es el resultado de un concepto que desarrolló en uno de sus cursos de Administración de Negocios en la Université Notre Dame d’Haïti en Puerto Príncipe. Y surgió para suplir la necesidad urgente de administrar los residuos sólidos, que anteriormente eran lanzados a la calle y recogidos informalmente bajo condiciones peligrosas, si es que no eran abandonados allí.

“Más allá de generar recursos, quería hacer algo para ayudar a mi país”, aseguró.

Más de 6 años después, Bourdierd está haciendo ambas cosas. Los ingresos de 189.911 dólares de Haiplast en 2016 fueron más del doble de sus ingresos de 2013. La compañía empleó a 21 personas, pero beneficia a miles más que recogen objetos plásticos desechados, que HaiPlast compra, limpia, compacta y revende a compañías más grandes que los recicla en Estados Unidos, China y Europa.

Ser madre no es un obstáculo 

El camino no ha sido fácil. Bourdierd y sus socios fueron víctimas de una estafa cuando intentaron comprar su primer compactador chino. También ha tenido que desafiar a los críticos que la subestiman por ser la única mujer en el puesto de directora general de una compañía de reciclaje en Haití.

Recordó la vez que un empleado de un banco le dijo que tendría más problemas al pedir un préstamo, debido a que al convertirse en madre podría dificultar la dirección de una compañía.

Para Bourdierd, ahora madre de un hijo de dos años, el éxito de la organización habla por sí solo. «Yo digo que Haiplast fue mi primer bebé. Creo que las cosas se me están dando bastante bien», señaló.


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